Sexto sentido

El roce de ese cobertor en mi nuca, sus besos rodeando mi cara, mis labios, mi mano abrigando su corazón -¿qué tan cierto es esto? ¿En qué momento llegamos aquí?-

Pasar de ser desconocidos a dos seres que se buscan en cada rincón que habitan, la necesidad perpetua del tacto, el simple hecho de sentir su mirada sobre mi rostro, en mis ojos. La búsqueda de la sonrisa en plena oscuridad, las pupilas dilatadas pendientes de encontrarse con las tuyas…ver tu rostro tan iluminado de esa luz incandescente al compás de un vaivén eterno.

—¿Imaginas esto? ¿Imaginas mi boca susurrando tu nombre o tonterías incomprensibles para el mundo, pero verdades absolutas para nosotros? — ¡Cuánto quisiera tener esto todos los días! Vivir de la embriaguez que provoca tu mirada, tu voz; no importa mucho el tiempo, importa nuestra intensidad…importa el nosotros, aislados de todos, aunque exista un mundo entero allá afuera.

Agradezco con el alma que estés…pido que lo sigas haciendo.