LIVINK Offsite #5 — Es el momento de las empresas inteligentes

Manuel Zafra
LIVINK Offsite
Published in
2 min readJul 29, 2020

La inteligencia es la facultad de aprender, de entender, de adaptarse, de razonar, de tomar decisiones, de mostrar habilidad, de ser flexible…

Es una cualidad que recae sobre las personas, no sobre los colectivos. Las empresas tienen (una) cultura, una forma de hacer las cosas, un zeitgeist particular, pero no tienen inteligencia. Si hubiera alguna característica de las empresas que pudiéramos llamar inteligencia es el momento ideal para poner en práctica todo lo que dicen sus variadas definiciones.

Las personas (los empleados) recordamos cómo somos tratados en momentos excepcionales. Nadie recordará un solo hecho relevante relacionado con su empresa en 2019 pero todos recordaremos cómo se comportó la empresa en la primavera del 2020. Qué hizo con nosotros, con nuestro tiempo, con nuestra salud, con nuestra libertad. Qué hizo para ser un lugar mejor en el que trabajar. Qué hizo para incrementar el valor aportado a todos los elementos con los que interactúa. Son preguntas que todos nos haremos en los próximos meses. No tengo duda alguna. En el corto plazo no habrá muchos cambios pero en el medio y largo plazo todo va a cambiar, y las respuestas a esas preguntas serán herramientas de decisión.

Las empresas inteligentes tienen que saber las respuestas, tienen que preguntar y escuchar a los empleados. Teletrabajar desde donde buenamente puedas no aparece como opción en el manual de onboarding del empleado. Tres meses de hot desking en silla de comedor no parece lo mejor para la salud del empleado. Nunca dejó de ser momento para escuchar pero ahora lo es aún más.

Las empresas (los jefes y directivos) tienen el deber de mostrar inteligencia. La responsabilidad con el empleado no se limita al espacio físico denominado oficina y ha quedado demostrado estos tres meses.

Hay momentos en que la relación empresa-empleado orbita alrededor del salario, y solo se habla de cuánto pagan allí o acá. Otros momentos en que lo hace sobre los perks, sobre el salario emocional, sobre las vacaciones ilimitadas o sobre la oficina. Ahora esa relación debe orbitar sobre cómo, dónde, desde dónde, quieren trabajar los empleados. Hay que escuchar a los empleados. Y si no tienes recursos para escuchar, busca alguien que escuche por ti.

¿Cuántas empresas se han preocupado por las particularidades concretas del lugar de trabajo de sus empleados? Enviar una silla buena, un segundo monitor, un teclado, un ratón, ¿de verdad supone un coste inasumible?

También es el momento de aumentar el nivel de conciencia, si las empresas tuvieran conciencia claro, pero este tema para otro día.

--

--