Inkuybeta Tales — Alicia Arévalo

Lluerna
Lluerna
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6 min readApr 12, 2023

Inkuybeta tales es un relato que imagina relaciones interespecie en las ruinas del capitalismo, desde la ficción especulativa y desde una perspectiva eco/xeno/feminista. Se trata de un recorrido sonoro por un bosque inhóspito, necroso, enfermo y mágico.

El relato narra la historia de Inkuybeta, una criatura que vive en una gruta dentro de un bosque. Ya no puede habitar el exterior porque la contaminación del aire pudre sus conductos de ventilación. Su cueva está llena de excrementos y esqueletos de seres a los que ha devorado, una gran cantidad de insectos comen sus restos. Hay un nido gigante en el que incuba un huevo que encontró explorando, del cual nacen musgos y líquenes. Con el tiempo, Inkyubeta y el huevo de musgo han comenzado a vivir en una relación de interdependencia. Su cuerpo se ha alargado protésicamente y el huevo forma parte de él. Se relacionan desde patrones de xenosolidaridad. Este huevo es una escultura protésica que funciona como un terrario de musgo. La he construido para llevarla colgada en mi torso durante la performance y sonificar la conjunción de cuerpos (musgo-plástico-piel) como representación de la relación interespecie. El resultado de esta composición de cuerpos es una quimera híbrida de organismos que cohabitan.

En la performance encarno a Inkuybeta teniendo la prótesis huevo añadida a mi cuerpo. El sonido base es un paisaje sonoro del bosque y la cueva de esta criatura. Está compuesto de instrumentos de aire, resonancias de meditación y sonidos de agua y animales. Creo en directo una polifonía con múltiples voces digitales generadas por medio de la sonificación de la prótesis/terrario de musgo que llevo en mi torso. Lo hago con una placa de sonido TouchMe.

Mientras recito el relato que introduce los conceptos que exploro en la obra. Lo construyo como un ensayo poético que atiende a la construcción de nuevos imaginarios sobre la concepción de la naturaleza. Pongo el foco de atención en la polifonía como herramienta para entender sistemas complejos de relaciones vegetales y el potencial de la conjuración y los hechizos. Es un collage con extractos de textos propios y de Donna Haraway, Ana Tsing, Bruno Latour, Derrida, Starhawk; también de guiones de animes como Utena y Madoka Mágica. Mi voz está modulada en directo con Vocoders de Ableton para darle una dimensión posthumana.

La escenografía en una instalación que recrea la gruta de Inkuybeta usando sal, arena, rocas, esculturas de huevos, esqueletos de criaturas etc.

Así, en una especie de meditación guiada de fantasía oscura nos adentramos en un relato que desplaza el concepto moderno de naturaleza romantizada. El potencial de transformación de realidad que reside en la imaginación nos lleva a poder configurar escenarios que desplacen lo humano del centro. La idea es alejarnos de la humanización del bosque para entender sus propios ciclos con todos sus elementos como la muerte, el excremento y lo abyecto. Me oriento hacia unos saberes “otros”: los basados en la magia, la fantasía, la fe y la espiritualidad. Estos relatos de ficción nos posibilitan ir más allá de la realidad establecida. Dicha potencia intrínseca en la creencia mágica puede ser una herramienta emancipadora cuando entra en contacto con la colectividad. A través de la imaginación y la fantasía, abrimos la posibilidad de generar otros futuros posibles potencialmente reales. Las fantasías colectivas generan comunidad, tejen redes y lazos que conllevan unos afectos.

Ensayo poético recitado en la performance

Inkuybeta, un ser que vive en una gruta. Ya no puede habitar el exterior porque la contaminación del aire de este bosque enfermo pudre sus conductos de ventilación. Su cueva está llena de excrementos y esqueletos de seres a los que ha devorado, una gran cantidad de insectos comen sus restos. Hay un nido gigante en el que incuba un huevo que encontró explorando, ha comenzado a nacer musgo en él ahora Inkyubeta y el huevo de musgo viven en una relación de interdependencia. El cuerpo de Inkuybeta se ha alargado protésicamente, el huevo también forma parte de su cuerpo. Se relacionan desde patrones de xenosolidaridad. Son xenoparientes.

Hagamos xenoparientes, no hijes

para desarrollar las artes de vivir en un planeta herido.

El tiempo se ha convertido en una masa difusa y líquida,

que se estira y se contrae sin un sentido lineal.

Se retuerce sobre sí mismo.

Ya no recuerdo un tiempo pasado

¿Cuándo estuvieron mis conductos de respiración libres de óxido

por última vez?

Respira profundo

siente el dolor

que habita en nuestras profundidades.

Porque vivimos, aún,

en las heridas abiertas,

y el dolor es sal, quema.

Deja la pena

convertirse en sonido

río vivo al respirar

alza la voz.

Grita. Chilla. Llora. Gime.

Laméntate, ponte de luto

por el desmembramiento del mundo.

El campo ha sido arado durante generaciones

y llenado con sustancias químicas

hasta varios palmos de profundidad.

Está tan humanizado, es tan técnico, tan artificial como la ciudad que acabas de abandonar.

El bosque, aunque lo consideres virgen, es muy posible que todos sus árboles hayan sido plantados muy recientemente, o que haya vuelto a crecer después de que lo talaran para construir la ciudad cercana. ¿Así que a qué te refieres cuando usas las palabras naturaleza o natural?

Lo humano también procede de la naturaleza

pero somos huéspedes, no solo anfitriones.

El mundo perece bajo una estatuaria de lo que antes pareció

haber sido vida

el paisaje es hostil,

pero los movimientos de sus seres

generan armonías elásticas y flexibles

que se despliegan con potencia.

El conjunto vivo y no-vivo

en el que se ha convertido el planeta

es híbrido, pegajoso, voluptuoso.

La sociedad de este momento es una amalgama de criaturas

que conforman comunidades nómades.

Las especies del planeta establecieron nuevas uniones contra su propia desaparición.

Se forjó una alianza planetaria

entre lo queer,

les cuerpes disidentes rechazades

por la cisnormatividad patriarcal y colonial

y las especies de animales y plantas que convivíamos en el planeta.

Estábamos expuestes

— más que en cualquier otro período —

a la propia extinción.

Esta gruta me abraza desde entonces

como un frío y amargo útero

me acoge entre sus piedras gélidas

¿Qué hay dentro del huevo?

¿Dónde lo encontré?

Me pierdo en sus hermosas lágrimas cristalizadas,

que como garras protegen su interior

el último vegetal del mundo.

Ahora somos hijes del compost.

Si el cascarón del huevo no se rompe,

el polluelo morirá sin haber nacido.

Nosotres somos el polluelo, el huevo es el mundo.

Si el cascarón del mundo no se rompe,

moriremos sin haber nacido.

Rompamos el cascarón del mundo.

Para revolucionar el mundo.

Como las redes del matsutake que crece en Hiroshima

clamemos en polifonías,

creando ritmos múltiples que nos conecten.

El tiempo geológico se avalanza sobre nosotres.

El pasado es la zona en disputa.

El futuro emerge acechando el presente.

Hay muchos futuros y muchos pasados.

Hay que encantar el mundo,

conjurar el mundo

recordar los hechizos.

Una conjuración es, una alianza, a veces una alianza política, más o menos secreta, un complot o una conspiración.

Se trata de neutralizar una hegemonía o derrocar un poder.

Conjuración significa, la encantación mágica destina a evocar, a hacer venir por la voz, a convocar un encantoo un espíritu. El conjuro es la llamada que hace venir por la voz, hacer lo que no está ahí en el momento presente de la llamada.

Clamemos en polifonías.

Conjuremos el mundo.

Clamemos en polifonías.

Hay que encantar el mundo,

conjurar el mundo

recordar los hechizos.

Clamemos en polifonías,

creando ritmos múltiples que nos conecten.

La polifonía es la conjuración.

Clamemos en polifonías.

Lluerna és un espai de creació i pensament de la Fundació Joan Miró. Es materialitza com a revista digital amb un esdeveniment presencial a l’Auditori i una festa distesa per fer comunitat en el sector artístic.

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