La única historia

“¿Preferirías amar más y sufrir más o amar menos y sufrir menos? Creo que, en definitiva, esa es la única cuestión.”

Una novela que empieza así sitúa al lector en un rol de par. Es como si el escritor dijera “de acuerdo, voy a contarte una historia, yo voy a ser el escritor y vos el lector, pero en este asunto también tenés experiencia, así que compartamos este viaje juntos”.

“La única historia”, la más reciente novela del británico Julian Barnes es un texto hermoso. Narra una historia que en resumen no es nada de otro mundo, pero el logro está en la escritura y en cómo el autor domina el ritmo del relato, y entreteje sabiduría y experiencia.

Un texto que seduce, atrapa y fluye. Recuerdos que nacen, que se repiten, que se abandonan. Un personaje que selecciona lo que quiere mostrar con la misma mecánica del recuerdo y al mismo tiempo se pregunta sobre esa selección. Por momentos la escritura es en primera persona, en otros es alguien el que le habla al protagonista. Pero ese salto fluye y no se percibe como quiebre.

La novela está atravesada por la idea de que tal vez al amor no se lo puede encerrar en una definición y por eso se lo encierra en un relato. Es sin dudas uno de los mejores libros que leí este año. Lo recomiendo.

Lo que subrayé en el libro:

“¿Preferirías amar más y sufrir más o amar menos y sufrir menos? Creo que, en definitiva, esa es la única cuestión.”

“¿Quién puede controlar cuánto ama? Si se puede controlar, entonces no es amor. No sé cómo podemos llamarlo, pero no es amor.”

“Suerte es otro nombre del destino”

“Mi actitud ante nuestro amor era singularmente franca, aunque sospecho que esa singular franqueza es característica de todo primer amor. Yo pensaba, simplemente: Bueno, una vez establecida la certeza de que nos amamos, el resto de la vida tiene que encajar alrededor. Y tenía plena confianza en que así sería.”

“Todo el mundo tiene su historia de amor. Todo el mundo. Puede haber sido un fiasco o no, puede haberse quedado en agua de borrajas, hasta puede ser que ni siquiera haya existido, que haya sido puramente mental, pero no por eso es menos real. A veces ves a una pareja que parece morirse de aburrimiento juntos y no te imaginas que puedan tener algo en común o por qué siguen viviendo juntos. Es porque en su día tuvieron su historia de amor. Todo el mundo la tiene. Es la única historia.”

“Porque en algún momento todo el mundo quiere huir de su vida. Es casi lo único que los seres humanos tienen en común.”

“No tenía una nueva definición de amor. En realidad no examinaba lo que era y lo que podía entrañar. Me limitaba a someterme al primer amor en todos sus aspectos, desde esa caricia en que se rozan las pestañas hasta el absolutismo. Todo lo demás no importaba.”

“Yo tenía diecinueve años y sabía que el amor era incorruptible, a prueba del tiempo y del deterioro.”

“Si algo he descubierto a lo largo de los años es que el primer amor sienta una pauta para toda la vida. Puede ser que no supere a los amores posteriores, pero a estos siempre les afectará la existencia del primero. Puede servir de modelo o de ejemplo negativo. Puede ensombrecer a los amores siguientes o, por otra parte, puede facilitarlos o mejorarlos. Aunque en ocasiones el primer amor cauteriza el corazón, y lo único que encontrará quien busque después será tejido cicatricial.”

“Y el primer amor siempre acontece en la aplastante primera persona. ¿Cómo puede ser de otra manera? Y además en el abrumador presente de indicativo. Tardamos en comprender que existen otras personas y otros tiempos verbales.”

“(…) se «comprende» el amor más tarde, la «comprensión» del amor bordea el sentido práctico, se «comprende» el amor cuando el corazón se ha enfriado. El amante, en su rapto, no quiere «comprender» el amor, sino experimentarlo, sentir la intensidad, la clarificación de las cosas, la aceleración de la vida, el egoísmo totalmente justificable, el descaro lascivo, la vociferante alegría, la seriedad serena, el anhelo ardiente, la certeza, la simplicidad, la complejidad, la verdad, la verdad, la verdad del amor.”

“Pero estoy convencido de que hay pánico y un caos infernal a la espera de emerger dentro de todos nosotros. Lo he visto rugir en los moribundos, como una última protesta contra la condición humana y su tristeza crónica. Pero existe en los más equilibrados y racionales de nosotros. Solo hacen falta las circunstancias propicias para que aparezca. Y entonces estás a su merced. El pánico empuja a algunos hacia Dios, a otros a la desesperación, a las obras benéficas, a la bebida, al olvido afectivo, y a otros a una vida en la que esperan que nada grave vuelva a trastornarlos.”

“El buen sexo es mejor que el sexo malo. El sexo malo es mejor que ningún sexo, salvo cuando la ausencia de sexo es mejor que el mal sexo. El autosexo es mejor que ningún sexo, salvo cuando ningún sexo es mejor que el autosexo. El sexo triste es siempre mucho peor que el buen sexo, el mal sexo, el autosexo y ningún sexo. El sexo triste es el más triste de todos.”

“A veces se hacía una pregunta sobre la vida. ¿Cuáles son más verídicos, los recuerdos felices o los infelices? Al final decidió que era una pregunta sin respuesta.”

“Hay gente que decide vivir a la orilla del mar cuando envejece. Contemplan el flujo y el reflujo de las mareas, la espuma que burbujea en la playa, más allá las grandes olas y quizá, aún más allá, oyen las ondas oceánicas del tiempo, y en esa insinuada vastedad exterior hallan cierto consuelo por la pequeñez de su propia vida y la inminente mortalidad.”

“La cura para el sexo era el matrimonio; para el amor, el matrimonio; para la infidelidad, el divorcio; para la desdicha, el trabajo; para la infelicidad extrema, la bebida; para la muerte, una frágil creencia en la vida de ultratumba.”

“Qué extraño es que cuando eres joven no tienes ningún deber con el futuro, pero cuando eres viejo tienes un deber con el pasado. Con la única cosa que no puedes cambiar.”

“«En el amor todo es verdad y mentira; es el único tema en el que es imposible decir algo absurdo.» (…) el propio amor nunca es absurdo, y tampoco ninguno de sus protagonistas. El amor se salta todas las severas ortodoxias de sentimientos y de conducta que una sociedad pueda querer imponer.”

“Nada termina nunca, no cuando ha llegado tan hondo. Siempre serás un soldado herido que aún puede caminar. Es la única alternativa, al cabo de un tiempo. Caminar herido o muerto.”

“Le había señalado que todo el mundo tiene su historia de amor. Aunque fuese un fiasco, aunque se quedara en nada y nunca funcionase, aunque de entrada todo hubiera sido puramente mental: no por eso era menos real. Y era la única historia.”

“Tal vez el amor no podía encerrarse en una definición; solo se podía encerrar en un relato.”

“La única historia” (2019), de Julian Barnes