Valfierno

Hernán Salcedo
Lo que leo
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3 min readApr 25, 2016

“Una entrevista es una situación falsificada: se simula una amable conversación amistosa cuando en realidad los intereses que corren por detrás son claramente otros”.

“Una de las formas más vulgares de hacer cierta una historia inventada es contar otra más inventada todavía y, después, aceptar que la primera era un invento pero que ahora, ahora sí, le estoy contando la verdad verdadera. El viejo truco de descúbranme el truco y crean que ahora ya no hay”.

“Fue un tiempo tan feliz. Aunque el maestro Rousseau diría que la frase es una contradicción: el privilegio de la felicidad consiste en anular el tiempo”.

“Lo que solemos llamar, entonces, accidente, son esas situaciones donde la tontería del azar se manifiesta: se vuelve rimbombante. El accidente —lo que llamamos accidente— es el azar de siempre cuando define años en segundos: modifica las maneras del tiempo. Como una pincelada —digamos, por ejemplo— que demora segundos en ser dada y después dura. El accidente —lo que llamamos accidente— participa de la esencia del arte. La vida nos parece hecha de esos minutos que no cambian nada sustancial, de esos azares sin manifestación; el arte y el accidente están hechos, en cambio, de los otros. El accidente es aterrador: la evidencia de que los azares rigen todo y que, a veces, no soportan pasar inadvertidos. Y los hombres no toleran esa prepotencia, el sinsentido. Entonces inventan cuentos para sobrellevar la tontería del azar: filosofías, religiones”.

“La historia de los hombres es la historia de los relatos que inventaron para hacer menos cruel la tontería: para creer que todo tiene algún sentido”.

“Una muerte no es dura por lo que se va; es terrible porque te obliga a inventarte otra vida cuando creías que ya tenías una”.

“Que quería hacer la obra de arte más difícil: una vida. Que para hacer de una vida una obra de arte debía falsificarla: que ser el hijo de tu padre y de tu madre es pura naturaleza, que ser el mismo siempre es resignarse a la naturaleza, que una vida sólo es obra cuando se la inventa”.

“Si no fuera por la copia el mundo no existiría. Todo desaparecería todo el tiempo: somos efímeros. Y un original tampoco dura, es necesario que lo copien para que siga presente. El hijo al padre, el herrero a un herrero anterior, el martillo al martillo, el pollo a su gallina: todos copian. El hijo, copiado por el arte natural, es una reproducción imperfecta de su padre —donde su madre se inmiscuye más o menos—. Sin la copia no habría cultura, no habría sociedad ni tradiciones, sólo animales: una batahola de individuos sin historia”.

“Un artista que copia es más hábil que el copiado. El artista copiado no ha hecho más que dar libertad a sus instintos: hace lo que le sale, lo que puede. En cambio el que copia se fuerza, se tuerce para hacer lo que el otro hizo sin querer. Lo que en uno fue naturaleza en el otro es arte”.

“El pasado es infinitamente modificable; el futuro, en cambio, sólo puede ser el que será”.

“Hay una edad en que ya no vale la pena hacer alardes: o la realidad los desmiente y son patéticos, o la realidad los confirma y son innecesarios”.

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Fragmentos del libro Valfierno (2004, Premio Planeta Argentina), de Martín Caparrós.

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Hernán Salcedo
Lo que leo

Lic. en Comunicación (UBA). Periodista. Editor en la Agencia de Noticias Télam. Clown. Miembro de Alegría Intensiva, Payasos de Hospital.