Policenauts y vivir de las viejas glorias

Sergio Ruiz
Lockfolio
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8 min readFeb 20, 2023

‘Policenauts’ trata básicamente de vaticinar un futuro en el que la raza humana habría progresado tanto como haber desarrollado su primera colonia espacial en el año 2010, pero visto desde 1994 y a través de la cabecita loca de Hideo Kojima. Es muy fácil caer en los tópicos vertidos sobre el autor japonés y su ambición por confluir el videojuego con otras artes escénicas, además de sus (a menudo) exageradas pretensiones por trascender el medio y emplear sus locuras para centrar la atención sobre su imagen. En 1994 no obstante, Kojima todavía no acaparaba el foco mediático de la misma manera que lo recibió tras el lanzamiento de ‘Metal Gear Solid’, y buena parte de su trabajo yacía recluido en su país natal con la axiomática barrera del idioma. ‘Snatcher’ y las dos primeras obras protagonizadas por Solid Snake habían roto moldes y propuesto grandes conceptos, pero el autor todavía estaba en pañales y angosto por las limitadas capacidades de los sistemas en los que se movía. Kojima demuestra ganas por dar otra vuelta de tuerca al videojuego, lo cual ya es bastante para los tiempos que corren, pero se enroca en el concepto más que en unir los puntos con coherencia y nula sexualización gratuita.

Visto así en preámbulo, ‘Policenauts’ es otro intento fallido de Kojima y cía por encontrar el hueco que creen merecer en el sector. Pero sigue siendo una cápsula del tiempo fascinante a descubrir casi treinta años tras su lanzamiento.

Jonathan Ingram (alias Gillian Seed, pero más pervertido aún) es uno de los cinco policías-astronautas que pisaron, por primera vez, la pionera colonia espacial Beyond Coast que orbita alrededor de Home (la Tierra). Tal hito de la humanidad les encumbró mundialmente como los denominados Policenauts, pero Ingram trágicamente desaparece de la escena tras sufrir un accidente que lo propulsaría a la deriva en el espacio exterior. Gracias a quedar recluido en una cápsula de criogenización y ser descubierto 25 años después, su cuerpo vuelve a la vida conservando su juventud y facultades físicas, pero el mundo ha continuado sus pasos en su ausencia y el recuerdo de los Policenauts quedó reducido a los libros de historia escritos por los afortunados vencedores de su tiempo. Ingram interesa un bledo a la opinión pública, de modo que se reconvierte en un investigador privado en Old Los Ángeles, malviviendo de acabar con la delincuencia de la zona como buenamente puede (no tan buenamente). Su vida es monótona y recluida por las riendas de la nostalgia, encadenado al zulo donde trabaja y en el que se encuentran numerosos artículos glosando viejas hazañas de su vida como astronauta. Es un hombre sin estímulo por existir, ni siquiera interesado en saber cómo le fue a sus viejos compañeros de charada en Beyond Coast (cuya población ha superado el millón de habitantes). Pero todo cambiaría a partir de la visita de Lorraine, su infructuoso amor del pasado, que acude con una demanda para encontrar a su marido desaparecido.

‘Policenauts’ recibió dos excelentes fan-traducciones al inglés en 2009 para PS1, y 2016 para Saturn.

A priori, el salto temporal es un cebo magnífico para que Kojima nos guíe a través de su universo alternativo e inunde con todo lujo de detalles y tecnicismos, muchos de los cuáles son también desconocidos para Ingram al alcanzar Beyond. ¿Cómo ha solucionado la humanidad los grandes dilemas que abarcaba la convivencia en el espacio? ¿Cómo se ha adaptado a él y qué ha inventado para hacer el ciclo vital posible en su totalidad? ¿Qué avances de nuestro tiempo no aparecen representados en la distopía kojimiana porque no pudo imaginarlos en su momento?

Aunque el pacing glaciar de la primera mitad de juego pueda suponer una montaña de bostezos y de personajes introducidos sin que suceda gran cosa entre ellos, el resultado no deja de ser asombroso por la perspectiva lateral e imaginación empleada por el autor japonés. Desde algunos rincones de la web oscura (probablemente fanáticos de Sony) pueden escucharse gritos de “¡Visionario!” reaccionando al mundo planteado con ‘Policenauts’, y en cierta forma lo es. Kojima basa su proceso creativo principalmente en viñetas y debates sociales planteados durante los 90s en su país natal, y en esta ocasión no se dedica a crear nanomáquinas de la nada que expliquen sus turbias triquiñuelas para hacerse el listo e interesante. O por lo menos, no lo hace con el ahínco que le recordamos en la actualidad, cegado por las mieles del éxito o los focos de ser protagonista según sus críticos.

Piensa mal de Kojima y acertarás: ‘Policenauts’ es su obra más sexista y con diferencia

No obstante, no puede decirse que ‘Policenauts’ sea una obra profunda o a nivel argumental completa. Muchos de sus hilos se quedan perdidos en el limbo o terminan resolviéndose de una manera anticlimática y simple pese la gran importancia que le otorga su autor. Kojima trata de pasadas muchos temas contemporáneos de su época como la carrera por el espacio, lel crecimiento vertiginoso de la sociedad de la información, el abuso de drogas, la corrupción o la manipulación mediática, pero se queda en la superficie del problema y no consigue englobarlos bajo un leifmotif que defina la importancia de nuestras acciones. Hay muchísimo potencial tirado a la basura, y puede que lean este detalle desde la soberbia que nos otorga nuestro conocimiento del futuro (jiji no usan móviles jijijiji), pero el resultado final sorprende por lo básico y predecible que termina siendo una vez se le han quitado todas las capas a su cebolla. Todos los brillos y toda su puesta en escena. Aunque haya sido escrito hace 29 años.

Hay otras cosas que Kojima y su equipo hacer bien y merecen ser dignas de elogio, no hay que engañarse. Para construir el día a día en Beyond, ‘Policenauts’ es dirigido a través de escenas costumbristas muy entrañables con los personajes que introduce sobre la marcha, muy beneficiada por su gran puesta en escena en las consolas de 64-bits y el uso de animaciones y cinemáticas de calidad. A través de Ingram nos impregnamos de la nostalgia al ver a conocidos y extraños, a otros personajes del universo Konami incorporados en su rol secundario como si nada. La forma con la que Kojima controla los tiempos para elevar el suspense poco a poco recuerda mucho a ‘Snatcher’, si bien aquel juego llevaba investigaciones policiales más pequeñas y cerradas en comparación con la entidad única que forma ‘Policenauts’.

Dos maldades de Kojima

Pero si algo es la obra que nos ocupa, es inconsistente. La jugabilidad principal de ‘Policenauts’ no difiere mucho de la tradicional aventura gráfica que el mercado nipón engendró desde el Portopia de Yuji Horii. Los menús son la puerta de entrada a todo diálogo o acción realizada en pantalla, y durante largos intervalos de tiempo es posible que toda la interacción del usuario se reduzca a navegar entre ellos con algún bostezo garantizado. Pero llegado a un momento en el que el juego cambia su ritmo (de forma magnífica, todo sea dicho), aparecerán con mucha mayor presencia secciones shooter en 2D, en las que el jugador puede palmar si no acaba con los enemigos en pantalla. Aunque la versión de Saturn tiene soporte para Virtua Gun, huelga decir que son bastante horribles de manejar por el pésimo apuntado y el exceso de ocasiones en las que debes disparar un punto minúsculo de la pantalla. Ya saben, all shooters are bastards y deberían extinguirse de la faz de la Tierra.

También hay algunas secciones de puzle bastante interesantes por un lado, pero que suelen requerir de información que ha sido administrada en el pasado y la cual no es posible acceder en el momento que se plantea el rompecabezas. Y claro, como el juego abusa de términos científicos y detalles a priori insignificantes a diestro y siniestro (con un glosario disponible para ahondar en ellos), es difícil que dicha información haya quedado grabada en tu cabeza en el momento específico que necesitas utilizarla. Alguno incluso es imposible de completar si no dispones del manual (o guía de Internet) a mano, pero supongo que eso también lo hace especial. Los puzles son empleados en contadas ocasiones para romper la monotonía de los diálogos, pero no aparecen con tanta frecuencia con la que gustaría.

Florentino Pérez

En todo caso, sólo ya descubrir esta pequeña joya pasado el tiempo hace de ‘Policenauts’ una experiencia apetecible. Junto con ‘Snatcher’ forman las dos grandes aventuras gráficas que Kojima creó en sus inicios, y desgraciadamente las únicas, ya que el autor japonés se enrocaría posteriormente en la saga ‘Metal Gear’ y no saldría de su burbuja de confort hasta la llegada de ‘Death Stranding’, al más puro estilo Masahiro Sakurai. Lo que sí parece evidente es que el cacareado genio virtuoso ha cambiado mucho con el paso de los años, y la creciente ambición de sus obras ha llegado a chocar con su dadivosa necesidad de llamar la atención y atraer marcas y figuras públicas como si aportasen algo al videojuego. En su anhelo por romper las barreras de lo que puede alcanzar este mundillo, se ha visto necesitado de provocar el delirio y exagerar su narrativa, como si acumular giros argumentales uno tras otro aportara más solidez al mensaje que contienen. Y sí, también le encanta convertir el videojuego en cine cuando lo que queremos es jugar (malditas escenas de 1 hora de MGS4), parece que se le olvide la premisa más básica por momentos.

¿En qué momento le devoró el personaje, o es reo de su devota legión de seguidores? ¿O quizá es simplemente así? Hideo Kojima es alguien especial en el mundo de los videojuegos, no cabe duda a estas alturas, y por eso resulta tan interesante ahondar en tiempos pasados en los que era capaz de ofrecer un planteamiento crítico y lógico sin abundar en los tópicos que se ha granjeado con el tiempo. Aunque ‘Policenauts’ no sea tan brillante como podía haber sido.

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Sergio Ruiz
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