Marcas que trascienden al producto

Nos pasamos el día leyendo que a las “nuevas” generaciones no les interesa tu producto. Seguramente, ni a las de siempre. El producto es reemplazable, y hoy más fácil que nunca. No es nuevo, lo leemos en decenas de estudios. Incluso puede que hasta lo digas tú mismo en algún artículo.

Que sí, que el awareness de producto es importante y necesario. O no.

El marketing y la comunicación de hoy está demasiado optimizada para un mundo que ya no existe.

Lo que es importante no es el producto, lo que es importante es que tu marca sea relevante. Y para eso debe trascender del producto. Porque el producto es reemplazable.

Ahí estará la diferencia de verdad. El sweet spot. Ahí será cuando la gente hable de ti (para bien o para mal). ¿El término medio? Quedarse en ese limbo del 99% de marcas que solo son relevantes cuando están en campaña, invirtiendo.

Dicho esto, parece que da miedo ser relevante, porque ser relevante es abrir la puerta a los trolls, haters y amig@s del mal. Coca-Cola no sería la marca más querida sin ser la marca más odiada, ¿no crees?

Un claro ejemplo es Instagram, caldo de cultivo del conformismo de marcas con una comunicación totalmente arcaica que se creen mejores por tener un feed bonito y conseguir muchos likes en la red del postureo. Cervezas perfectamente fotografiadas en un bodegón digno de una película de Kubrick, gente saltando en paracaídas con las gafas de sol de moda y una sonrisa de orgasmo, etc.

Vivimos engañados por los algoritmos y cautivos por fórmulas que otros nos dictan. Y la relevancia ya no va de cantidad, sino de calidad. Y de realismo y honestidad.

Fuck The Algoritmo.

Publicamos fotos de producto “porque funciona”. Y entonces lo ponemos bonito “porque es Instagram” y entonces le metemos paid “porque el orgánico no funciona”. Vivimos cautivos y engañados. Y no hay reflexión ni tiempo para entender (de verdad) a las personas y sus necesidades. “Porque esto va muy rápido”.

¿Y si empezásemos por las preguntas?

• ¿Y esto cómo nos ayuda realmente a mejorar nuestra notoriedad en el mercado ¿Por qué?
• ¿Y esto cómo nos ayuda a convertirnos en una marca que está en el día a día de las personas?
• ¿Y esto cómo nos ayuda a vender más?
• ¿Y esto para qué lo hacemos?

Me da la sensación, cada vez más, que hay pocas ganas de responder porque una respuesta (con criterio) a estas preguntas generan conclusiones que dan miedo: tirar casi todo lo que se hace a la basura. Demasiada inercia de hacer “lo de siempre” o “lo de siempre con un pequeño twist”.

No estamos preparados. Pero sí estamos a tiempo. De machacar el algoritmo. De echarle valor y entereza a las decisiones. De apostar por esa opción que tiene 99% riesgo y 1% posibilidad de éxito.

Porque aquí sólo trasciende el que mira cara a cara al fracaso y aún así decide intentarlo.