10 discos del rock nacional presentados por 10 escritores
Del relato autobiográfico al ensayo erudito, un volumen reúne diez textos monográficos sobre otros tantos discos del rock argentino. / Por Matías Capelli
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Si algo enseñó el rock es que no hace falta ser un músico eximio o diplomado para armar una banda y cambiar el curso de la historia. Lo mismo vale para un crítico: es más importante su voluntad de decir, de pensar, de analizar la música con rigor y pasión que cualquier pergamino académico. Después, en la cancha se ven los pingos. Así como no cualquiera –mejor dicho, casi nadie– agarra una guitarra y escribe Pinkmoon, hay pocos críticos de la talla de Lester Bangs, Greil Marcus, Simon Reynolds o el recientemente fallecido Paul Williams. Expulsada hace tiempo de los medios masivos, la crítica de rock que más gusto da leer –textos largos, exhaustivos, que vayan más allá de la reseña periodística, sobre discos, grupos, recitales o canciones– parecía haber encontrado en los blogs un campo de maniobras ideal, pero con los años no queda otra que reconocer que si está en riesgo de extinción no es únicamente por motivos de soporte. Por eso, 10 discos del rock nacional presentados por 10 escritores es un libro vital y auspicioso. La idea es simple: cada convocado escribió un texto de unas veinte páginas sobre un disco a elección. Hay discos más canónicos como Almendra II, Gulp, After Chabón, puntales de género como Ruedas de metal, de Riff, o Dulce Navidad, de Attaque 77, y joyitas ocultas pero a su modo también seminales como Tontos (Operita), de Billy Bond, o Miguel Abuelo & Nada. Los escritores, al igual que los álbumes, también son de estirpe diversa: poetas que viven del periodismo (Martín Gambarotta y Ezequiel Alemian), músicos (Alan Curtis y Rosario Bléfari), una dramaturga (Lola Arias), un crítico cultural especializado en artes visuales (Rafael Cippolini), ensayistas y novelistas (Matías Serra Bradford y Luis Chitarroni), y dos críticos de rock en sentido estricto, de los pocos que hay en el medio, como Norberto Cambiasso y Pablo Schanton. Y aunque el texto más confesamente autobiográfico sea el de Rosario Bléfari, que escribe sobre Horrible, de su ex banda Suarez, son pocos los que evitan el tic autorreferencial, más no sea un guiño (algo entendible porque, se sabe, el rock es antes que nada una experiencia).
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Tal vez los compiladores debieron haber problematizado ese interrogante haciendo pie en el presente, en vez de quedarse en un tanteo tímido de la contemporaneidad.
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“Si de rock argentino se trata, ¿de quién se puede escribir hoy salvo de… Babasónicos?”, se pregunta Schanton en el artículo que cierra el libro, dedicado a Miami y Groncho. No está mal que Schanton, nacido en 1968, piense así. Pero tal vez los compiladores debieron haber problematizado ese interrogante haciendo pie en el presente, en vez de quedarse en un tanteo tímido de la contemporaneidad. Ese undécimo texto –Dani Umpi escribiendo sobre Miranda!, Mariano Blatt sobre Travesti o Diego Erlan sobre El mató a un policía motorizado– es lo único que le falta a este libro, por lo demás encomiable y esclarecedor. Eso y, ya que estábamos, un título.
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D. Esteras y E. Fanego (comps.)
10 discos del rock nacional presentados por 10 escritores
(Paidós)
244 páginas
