13 Reasons Why pone la tristeza adolescente en primer plano
13 Reasons Why se hace cargo de la experiencia del paso por la secundaria con paciencia y delicadeza. Sin duda, una de las mejores novedades de Netflix de 2017.
Por Olivier Joyard
Las buenas historias adolescentes siempre son excitantes porque combinan una frescura conmovedora y, por lo general, turbulenta con una descripción filosa de la época que retratan. Adaptada de una novela young adult escrita hace una década por Jay Asher, producida principalmente por Selena Gomez y con la dirección de los primeros dos capítulos por Tom McCarthy (ganador del Oscar por Spotlight), 13 Reasons Why avanza en esta rica tradición con una seguridad inédita, siempre consciente de sus efectos.
La historia central, adaptada a este 2017 pero sin transformar las cuestiones de fondo, es un duelo colectivo. Hannah Baker, estudiante de secundario, se suicida por razones todavía desconocidas cuando arranca la ficción. Su muerte dejó devastados a sus familiares y amigos, y como único testamento quedaron trece casetes que llegan a manos de varios compañeros del colegio. Las que más importan son la de un joven con un look inquieto, Clay Jensen.
Sin jugar la carta moralista que esconde bajo la manga, 13 Reasons Why consigue una historia cautivante poniendo el cuerpo en defensa de las víctimas. Una manera de ver el mundo cada día más pertinente.
Él es un héroe bastante atípico para este tipo de historias: un chico gentil, ni demasiado cómodo con el colegio ni introvertido, simplemente demasiado ocupado avanzando entre la jungla de hormonas y rivalidades típicas de la edad. Cada casete evoca una persona que supuestamente está relacionada con la muerte de la joven. Un tipo de enigma imposible de descifrar sin zambullirse por completo, trece claves de un misterio mucho más grande que la vida de una sola persona.
13 Reasons Why demuestra cierta habilidad al jugar con su enigma central (¿Por qué murió esta joven?), sumándose al cohorte de series, ya sean teen o no, que estiran las resoluciones al extremo y se entretiene desviando al espectador en los meandros de un caso que se complica a medida que avanzan las horas. Uno puede cansarse e incluso pensar que un caso de tamaña gravedad debería evitar todo tipo de suspenso.
Sería una pena porque La serie consigue revivir la vida de la joven muerta a través de flashbacks que se intercalan con la narración presente, como en This Is Us, pero el joven que recibe los casetes también es, de alguna manera, el protagonista. Y otros chicos y chicas, cada vez más cantidad, ocupan ese espacio de un momento a otro y consiguen convivir.
El resultado de esta explosión del punto de vista es bastante claro. Como en la excelente American Crime, 13 Reasons Why retrata una comunidad en el sentido político y social. Aquí toma forma el retrato de cierta América, cuya juventud ya está marcada por los secretos familiares, abuso de poder, sexismo, la cultura de la violación y la humillación de los supuestamente débiles.
La ficción adolescente ha sido muchas veces reflexiva (y esta serie es consciente de haber llegado después de muchas otras a los que hace referencia), pero tal vez nunca se haya preocupado tanto por sus responsabilidades y su posibilidad de poner el foco en lo que esconde el orden establecido. Sin jugar la carta moralista que esconde bajo la manga, 13 Reasons Why consigue una historia cautivante poniendo el cuerpo en defensa de las víctimas. Una manera de ver el mundo cada día más pertinente.
13 Reasons Why
Temporada 1 disponible en Netflix.
