A la deriva, de Baltasar Kormákur

Shailene Woodley comanda un embarcación sin rumbo en esta nueva incursión del director de Everest en el cine catástrofe basado en hechos reales. Estreno.

Por Cristian Campana

A Baltasar Kormákur lo conocimos por 101 Reykjavík, una rareza encantadora con una Victoria Abril resplandeciente. Fue un golpe certero, que lo catapultó a Hollywood, donde desde entonces está al servicio de la industria, para la que alterna muy buenas muestras de género con algunos títulos más bien correctos. Su última noticia en los cines argentinos fue Everest (2015), un exponente impresionante de cine catástrofe que narraba la historia real de un grupo de hombres que llegó a la cima de la famosa montaña para no contarla. Curiosamente (o no), Kormákur vuelve a adaptar un relato sobre una tragedia provocada por un desastre natural: la de Tami Oldham y Richard Sharp, una joven pareja de navegantes que en 1983 fue interceptada por un enorme huracán (el famoso Raymond) en un viaje de Tahití a Estados Unidos.

A la deriva es la adaptación del libro de Tami, quien estuvo 41 días perdida en el océano y vivió para contarlo. La película propone un montaje paralelo entre dos relatos, el viaje trágico y el galanteo entre ambos mientras se enamoraban, sin grandes alardeos narrativos y jugando con la expectativa de lo que sospechamos va a ocurrir. Kormákur no abusa del dramatismo, pero confía mucho en el climax trágico, algo deslucido por lo sorprendentemente rudimentario (a esta altura del partido) de los efectos especiales.

A la deriva

(Adrift)
De Baltasar Kormákur
Con Shailene Woodley y Sam Claflin

Estreno en Argentina: 30 de agosto.