Absentha, de Alejandro Acobino

Multipremiada y en su tercer año en cartel, esta obra del dramaturgo Alejandro Acobino, escrita a partir de una hipótesis argumental de la compañía La Fronda sobre una idea de Rodolfo Demarco, sigue en el Teatro del Abasto con la dirección de Ana Sánchez. / Por María Milessi

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En un taller de poesía los últimos tres alunmos que quedaron luchan para preservar su espacio sagrado. El resentimiento y el individualismo reinan, unos se agazapan contra otros, compitiendo sólo por la aprobación del etílico profesor Lato (Fernando Migueles), quien aprovecha para ir a buscar un vaso de whisky mientras sus alumnos leen sus poemas. La poética de cada alumno sintetiza su personaje. Gapo (Germán Rodriguez) el obsecuente, cree ser perfecto, lee con soberbia y dramatismo. Mamu (Rodolfo Demarco), el tipo sencillo de barrio, lee con un cantito casi infantil. Y el vasco Aitor (José Mehrez), casi rapea el contenido escabroso y supurante de sus textos. Las actuaciones desbordan lo teatral. Hasta que un día un hada verde irrumpe en el aula, toca a cada uno con la varita (indescriptiblemente cómicas las reacciones de cada uno ante el ajenjo) y, si bien no modifica la condena epocal -que el profe argumenta que los hace escribir pura mierda- sí los hace tomar conciencia y aceptar lo que dice Lato. Y a partir de allí se lanzan en una especie de cruzada vanguardista. El no poder construir los lleva a destruir lo que sucede en el entorno literario, y esta negación los catapulta al éxito. Pero el Dadaísmo quedó un siglo atrás y se transformó en algo más cuando empezó a devenir en afirmación. Estos cuatro señores, en cambio, se aferran a su triste y vacío triunfo nacido del rencor y falta de propuesta.

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Queda tal vez un poco ingenua y no aporta demasiado la idea del hombre de la limpieza que resuelve las transiciones para lograr las elipsis temporales y, sin dudas, la obra ganaría con algunos minutos menos.
Una detallada realización escenográfica a cargo de José Benito García, en un escorzo de la típica aula de colegio primario donde tantas veces se dictan esos talleres -y otros como bijouterie y globología como indican los cartelitos pegados en el corcho-. La iluminación de Absentha es responsabilidad de Sergio Cucchiara, que crea interés visual con un backlight logrado aprovechando ese espacio cuasi off que es el pasillo que lleva al aula, que sólo vemos a través del policarbonato.

Texto, dirección y actuaciones estallan en pedazos y se infiltran en el espectador que ríe delirante, rebotando en el cerebro y haciendo chispas. Embriagador plan para un viernes a la noche.

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Absentha
De Alejandro Acobino
Dirección Ana Sánchez
Con Rodolfo Demarco, José Mehrez, Fernando Migueles y Germán Rodríguez.
Viernes a las 23.30 en el Teatro del Abasto, Humahuaca 3549 (CABA).