Anna Raimondo presenta sus intervenciones sonoras urbanas
La artista sonora italiana Anna Raimondo llegó a la Casa del Bicentenario con "Seremos serias de la manera más alegre", una muestra feminista con registros sobre intervenciones en el espacio público y con una curiosa mirada sobre las ciudades y sus ecosistemas vaginales.
Por Malena Rey
En el tercer piso de la Casa del Bicentenario funciona un reducto clave: el Centro de Arte Sonoro de la Argentina (CASo), que suele tener una programación llena de iniciativas curiosas con el sonido como arma y herramienta. Este mes es el turno de Seremos serias de la manera más alegre, la exposición de la artista italiana Anna Raimondo, que a partir de una serie de registros en video consigue traernos hasta aquí las acciones que realizó en ciudades como Roma, Valparaíso, Londres y Bruselas, donde reside actualmente. Raimondo, nacida en Nápoles en 1981, una ciudad en la que hay más iglesias que en casi cualquier otra, criada como hija y hermana de ginecólogxs, vive un feminismo lleno de contradicciones a las que hace estallar: de allí que no sea extraño toparse de bienvenida con una virgen abortera, que en vez de rezar forma con sus manos un triángulo nada bendito.
En esta exposición conviven dos frentes de su obra, que se complementan en una actitud vital que pone al feminismo en el centro de la escena sin sobriedades ni academicismos. El primero consiste en los videos que tienen a Anna como performer. Con el lenguaje de la intervención urbana, Anna activa situaciones en las que el público se presta al juego que propone sin darse cuenta de que está siendo involucradx. Y acá la palabra clave es “activación”: hacer que suceda algo de un momento a otro, que se desencadene y tenga consecuencias, como en la sencilla y efectiva How to make your day exciting (2012), una acción en el subte de Londres en la que logra incomodar a quienes viajan al trabajo en ese espacio tan sobrio. Con un volumen un poco más alto que la media, Anna escucha estruendosos gemidos femeninos sacados de películas porno con sus auriculares, y las personas que se sientan a su lado también. Sus caras de disimulo y conmoción lo dicen todo.
Algo similar ocurre en la acción Encouragements, para la que le pidió especialmente a un grupo de mujeres que le mandaran frases de empoderamiento sobre la maternidad, el placer y la sexualidad. Anna se las aprendió y las dijo en voz alta por las calles, como si estuviera hablando por teléfono. Esos dichos infiltrados en la cotidianeidad de otrxs tienen efectos poderosos e incalculables. La escucha invisible comunica sin querer y es contundente, pícara y disimulada al mismo tiempo. Otro de los puntos altos de esta exposición es Mi porti al mare? (ver imagen arriba), en la que deambula por Bruselas –una ciudad sin salida al mar– con una gran cola de sirena que le impide moverse sola: le pide a la gente que la lleven al mar, o que “activen” al mar de alguna forma. Le cantan canciones, le susurran el sonido de las olas… Y volviendo a la virgen que nos recibe, que se embarazó sin penetración: ¿dónde están los órganos sexuales de las sirenas?
El otro punto fuerte de su trabajo es lo que llama Nuevas fronteras del bienestar del ecosistema vaginal, por el cual mapea ciudades a partir de las experiencias que le narran mujeres que va conociendo de viaje. Abandona así la geografía más tradicional para convertirla en un espacio subjetivo y performativo en el que los deseos y las necesidades urbanas de las mujeres son guía y trazo, además de archivo sonoro.
“Nunca me gustó la expresión ‘dar la voz’: nadie puede tomar esa posición ya que cada unx tiene la suya propia. Como artista, trato de crear un tiempo y un espacio para las auto-narraciones, una forma de expandir los contextos de escucha, generando encuentros impredecibles entre personas, ideas y voces”, dice Raimondo. Y lo que no dice es que lo hace con una energía lúdica avasallante, con una sonrisa en la cara, divirtiéndose en el proceso. Porque por suerte se puede ser feminista y reivindicar las luchas con alegría, con ironía, y con carcajadas que sirven tanto para aflojar como para incomodar.
Seremos serias de la manera más alegre
Curadora: Florencia Curci
En Casa del Bicentenario, CASo (Riobamba 985, CABA) hasta el 16 de septiembre.
