A.P. Bio, el profesor chiflado
Creada por Mike O’Brien, la serie de NBC escapa a los facilismos televisivos gracias a la historia de un docente desaliñado con más ánimos de venganza que de dar clase.
Por Pablo Conde
Estamos de acuerdo: el nombre, fuera de territorio estadounidense, no podría jugarle más en contra a esta brillante serie humorística, que acaba de confirmar su segunda temporada. Detrás de ese críptico nombre se esconde un curso avanzado de biología para alumnos fuertemente interesados en la carrera. ¿Y qué puede ser peor, para alguien que quiere estudiar, que un profesor que no quiere dar clase? Antes de que aparezca la placa de título del primer episodio, en una declaración de principios bien clara y concisa –más para el espectador que para sus estudiantes–, quedan expuestas las intenciones de su protagonista y, por elevación, de la serie: el flamante y desaliñado profesor que acaba de tener un accidente en la puerta del colegio se presenta ante los alumnos diciendo que es alguien brillante que no piensa dar clases y que de ninguna manera esta será una de esas situaciones en las que ellos aprenderán lecciones de vida, aunque él no las quiera dar. No: él (Glenn Howerton, ex It’s Always Sunny in Philadelphia y That ’80s Show) solo buscará su beneficio personal, arrastrando a sus alumnos a una serie de acciones bastante poco propias de cualquier currícula escolástica.
Creada por Mike O’Brien, guionista de Saturday Night Live, y producida junto a Seth Meyers y el pope Lorne Michaels, A.P. Bio es una rara avis por donde se la mire: ponzoñosa, irreverente, despegada del facilismo televisivo. En un momento en el que el buen humor parece esquivo, un poco de buena mala leche es más que bienvenido. La clave, más allá de los guiones, está en la dinámica con los personajes secundarios, desde los alumnos hasta el genial Patton Oswalt, atropellable director de un colegio que basa su orgullo en un plantel que comienza a tambalear con su nueva adición. Habrá quien la vea como una serie más sobre una figura de autoridad rebelde y contestataria, pero no hay que rascar mucho la superficie para encontrarle el atractivo a esta comedia sanamente malintencionada.
A.P. Bio
(NBC)
