“Nunca volvimos hacia atrás.” Entrevista a Arcade Fire

Arcade Fire vuelve a la Argentina, donde Win y Will Butler vivieron un tiempo durante la infancia, para presentar su nuevo disco, Everything Now. Los dos hermanos y Richard Parry repasan aquí la aventura de haber grabado un ecléctico quinto disco que pasa sin escalas de la euforia a la melancolía, bajo las órdenes de Thomas Bangalter de Daft Punk. También recuerdan las influencias musicales, cuentan cómo se ve Estados Unidos bajo el gobierno de Donald Trump y, antes de cerrar la primera fecha del BUE, el viernes 15 en Tecnópolis, aseguran que siguen saliendo al escenario como si cada show fuera el último.

Los Inrockuptibles
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10 min readDec 12, 2017

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Foto Guy Aroch

Por Pierre Siankowski y JD Beauvallet

Fue hace más de diez años, en Boston. Arcade Fire, que acababa de sacar Funeral y a duras penas había terminado su primera gira estadounidense, nos abría sus puertas. Fue un poco un caos. Esa noche, en un ex club de striptease que se había vuelto sala de conciertos de rock, Arcade Fire nos marcó para siempre, y entonces decidimos jurar fidelidad eterna a esta banda de Montreal, Canadá, como antes habíamos hecho con The Smiths, Radiohead y los Pixies (podrán ver que no nos fuimos muy lejos en términos de ADN). Este año la banda lanzó su quinto disco y volvemos a encontrarnos con ellos. Win Butler, su hermano Will, que siempre fue igual de divertido que él, y el pelirrojo Richard Parry, apurados en contestarnos, siguen animados todavía por la misma llama de aquellos años de Funeral.

Como suele suceder con Arcade Fire, se trata de compromiso, aunque al final siempre hablemos de música, con los ojos brillantes –el Daft Punk Thomas Bangalter, Phoenix, Jay Z, Beyoncé, Jack White, Pulp o The Cure- y también de París. Una entrevista profunda con una de las mejores bandas del mundo.

ENTREVISTA› ¿Qué sintieron después de tres años de elaboración y trabajo en el estudio de grabación para Everything Now?
Win Butler
: Para nosotros, nada termina, sino que forma parte de un todo. Sin descanso, pasamos de la grabación a los videos, a la gira… Cada actividad utiliza una parte distinta del cerebro. Y todo es intenso. Logramos delegar, pero para nosotros hasta el menor detalle es importante. Hacer un disco es emocional y físicamente agotador.
Para este álbum, trabajábamos dos semanas, después nos dispersábamos otras dos y yo buscaba los mejores momentos en las grabaciones. Aunque tuviéramos un ingeniero de sonido, soy el único que recuerda cada sesión, cada momento, cada toma. Y eso es abrumador.
Me vuelvo un disco duro que termina por saturarse por estar sobrecargado de información. A veces me siento como una computadora cuando recalienta, con decenas de ventanas abiertas al mismo tiempo y con la cual es necesario llevar adelante cada vez más y más tareas.
Richard Parry: También por eso era importante cambiar de lugar, movernos, transportar nuestra música, como ya habíamos hecho en el disco anterior, cuando decidimos ir a Jamaica. Las primeras sesiones fueron en Nueva Orleans, una ciudad que nos inspira mucho; después, el verano pasado, luego de haber seleccionado lo que queríamos guardar, nos instalamos algunos días en París para grabar en el estudio Gang.
Aunque teníamos mucha presión al llegar a Francia, sabíamos exactamente adónde queríamos ir, en qué lugar había que mezclar, etc. Pero personalmente guardo un excelente recuerdo de esa estadía en París, adentro y afuera del estudio. Me acuerdo de haber estado horas andando en bicicleta, paseando por la ciudad después de las sesiones. Era bastante bueno para el resto de nosotros, pero quizás muy duro para Win (risas).

¿Por qué, Win? ¿Cómo te sentís al recordar la grabación del disco?
Win Butler: Por primera vez nos instalamos en París y siento que pudimos sondear la ciudad. Cuando llegás desde Quebec, todos se burlan de tu francés y eso termina por ser bastante molesto. Hay una extraña rivalidad entre Francia y Quebec, por más que los dos países deberían estar relacionados como si fueran hermanos. No hay que olvidarse de que Quebec es casi tres veces más grande que Francia, así que deberían dejar de subestimarnos. Montreal produjo muchas más bandas geniales que París, y el cine también está en pleno auge. Me acuerdo de un parisino con el que intenté hablar en francés en Montreal. Se burló de mí y me dijo: “Pibe, tené cuidado, ¡estás empezando a hablar como un quebequés!”. Le respondí que prefería hablar como un quebequés que como él y su pésimo acento en inglés. Me encanta el francés, nuestro hijo va a una escuela en francés, sueño con ser bilingüe. Pero prefiero estar en Marsella que en París, son menos pretensiosos.

“Aunque intentás borrar tus primeras emociones, no podés escapar de los discos que te marcaron. Al matar esas influencias, al abandonar al niño, matamos su arte.” (Win Butler)

En el estudio Gang, trabajaste con Thomas Bangalter de Daft Punk. ¿Cómo fue la experiencia?
Win Butler: Como somos amigos de los Phoenix, ya nos habíamos cruzado a los chicos de Daft Punk en otras fechas en Estados Unidos. Pero fue gracias a nuestra participación en la plataforma Tidal que los terminamos conociendo. Una de las razones por las que nos sumamos a Tidal era poder encontrarnos en una mesa de trabajo al mismo tiempo con Kanye West, Jack White, Daft Punk, Madonna, Jay Z y Beyoncé. Y nada más que para hablar de música… Es cierto que ahí no resolvimos ninguno de los problemas relacionados con la música, pero sí intercambiamos muchas ideas. ¡Era como un G8 moderno! Si bien nuestros estilos son muy diferentes, tenemos en común el cuidado por el detalle, el deseo de inscribir nuestra música en un universo cultural más amplio, de escribir melodías que les hablen a las almas. Incluso con Kanye tenemos la misma visión, la misma certeza de que el arte importa, de que la música popular puede cambiar las cosas y de que no es algo fatalmente despreciable.
Otra razón para participar de Tidal es que todo el tiempo me cruzo con músicos geniales: en Haití por ejemplo, que no ganan ni un centavo. Me parece que es fundamental tener una plataforma donde la música les dé al menos algo.
En muchos países, un poco de dinero puede hacer una gran diferencia y puede crear un estímulo, como cuando Chris Blackwell les ofreció plata a los artistas jamaiquinos, que en ese entonces no ganaban casi nada. Motown también les había ofrecido ese mismo tipo de oportunidades a los músicos de Detroit.

¿Cuál fue la función de Thomas Bangalter?
Win Butler: Conversamos mucho. Estamos en la misma sintonía, sobre todo a la hora de grabar en cintas, el uso de dos micrófonos… Cosas de nerds. Su función era más bien… filosófica. Necesitamos mucho tiempo y mucho apoyo de su parte para que una canción como “Everything Now” tome forma. Sabíamos que había algo ahí, pero no encontrábamos el groove. Tratamos de tocarla de muchísimas formas, tantas que nos terminábamos perdiendo. Y Thomas escuchaba y decía: “No, no, no, ¡así tampoco!”. La sesión de grabación con él en París terminó desbloqueando muchas cosas. Fue un período muy corto pero intenso.
Una canción como “Put Your Money on Me”, que nos parecía irrecuperable, también fue salvada allá en París, a último momento. Nos impusimos deadlines que no respetamos: a esta altura ya deberíamos saber que nos toma entre tres y cuatro años terminar un disco.
Richard Parry: Thomas reaccionaba como un sabio, como un hermano mayor, como un guía. Nos asombró por su paciencia, su amabilidad, sus conocimientos musicales y su acercamiento global a la música.
Will Butler: Win tiene razón, su función fue más filosófica que técnica. Nos hablaba de películas, de historia del arte, de conceptos… Era como un Jedi, una especie de Yoda (risas). Aportó profundidad en mucho material del disco. Nos forzó a hacernos preguntas como “¿Por qué hacemos música hoy?”.
Necesitábamos a alguien de afuera para obligarnos a ese tipo de reflexión. Y nos encantó tenerlo. En el disco pasado, James Murphy (LCD Soundsystem) tenía un acercamiento mucho menos intelectual. Estaba obsesionado por el groove, los ritmos… Pero con él también las conversaciones eran apasionantes. Abrían perspectivas. Geoff Barrow, de Portishead, también vino a apoyarnos durante una semana, se convirtió en otra voz más de la razón (risas).
También estuvo en el estudio Steve Mackey, de Pulp, a quien invitamos por las mismas razones que al resto: nos encanta como persona y confiamos mucho en sus oídos. Es indispensable: pasamos días enteros juntos en una sala que no mide más que el tamaño de una casa rodante. ¡No podemos despilfarrar oxígeno con una persona sin cultura musical, sin excitación!
Él es muy bueno para manejar las dinámicas internas de una banda. Y además yo era muy fan de Pulp. Su disco Different Class me marcó profundamente. Después de la elección de Trump, lo volví a escuchar sin descanso. Me gustan esas historias donde los marginales, los parias se terminan uniendo.

Foto Anton Corbjin

¿La elección de Trump refuerza la decisión de vivir en Montreal?
Win Butler: Vivo en Montreal desde hace quince años y terminé por obtener ciertas ventajas como dinero contante y sonante. Quebec tiene sus problemas, pero si te rompés el brazo, simplemente vas al médico. En Luisiana tuve que ir a una clínica privada, ubicada en centro comercial, al lado de un Domino’s Pizza.
Vi a una pareja que vivía en su auto y que además lo usaba para repartir las pizzas. En Los Ángeles, vimos con Régine a un pibe que vivía en una carpa, con gangrena. Nunca había visto algo así, ni siquiera en Haití: ahí sí se habrían ocupado de la salud de él. Pero en Estados Unidos se le hizo creer a la gente que si los pobres son pobres es por culpa de ellos mismos, porque no trabajan lo suficiente. Este método de culpabilización es sorprendente.
En Luisiana vimos cómo cayeron la educación y la salud pública. Es un sistema racista con un mundo penitenciario diabólico. Entonces, en ese ambiente, el KKK sale del placard, se hace oír en el sur, aun cuando todas sus manifestaciones son recibidas por contramanifestantes en un número veinte veces mayor. Pero me mantengo positivo, es el canto del cisne de esta mentalidad, el progreso va a triunfar. Aunque pago mis impuestos en Canadá, sigo siendo ciudadano estadounidense y voté en las últimas elecciones presidenciales.

Ustedes, los hermanos Butler, ya habían pasado mucho tiempo en Texas. ¿Por qué se fueron?
Win Butler: Cuando llegamos ahí yo recién tenía 5 años, después de haber vivido en California y en Argentina. Mi primer recuerdo de Texas es la apertura de la puerta del avión: de repente, era como si un muro de calor y de humedad me hubiera caído encima. Miré a mi mamá y le pregunté: “¿Por qué hicimos esto?”. Inmediatamente me sentí como un extranjero.
A mis papás les encantaba la naturaleza, se iban a caminar, acampaban, hacían kayak… En Houston, la única actividad al aire libre era caminar de la casa con aire acondicionado al auto con aire acondicionado. Sin embargo, me di cuenta al volver de cuántas cosas me habían faltado, como la temporada de lluvias cálidas. Jugaba mucho bajo la lluvia, era místico, había una bruma que encontré en Luisiana.

“Nunca volvimos hacia atrás. Es como la gente que adora OK Computer de Radiohead y sueña con que ellos vuelvan a hacer un disco así. Pero existe, ya está grabado, se lo puede volver a escuchar dentro de cien años. Para eso hacemos discos, para pasar a otra cosa.” (Win Butler)

¿Cuál es tu mayor motivo de orgullo con Arcade Fire?
Win Butler: Creo que tocamos en cada recital como si fuera el último. Sin embargo, estuve enfermo los seis primeros años de la banda. Mi voz estaba constantemente al borde del colapso. Continuar con la banda era verdaderamente punk. Tocábamos con todo, yo gritaba, estoy orgulloso de eso… Otra fuente de orgullo es que nunca quedamos atrapados en lo que se esperaba de nosotros, siempre sorprendimos, desconcertamos…
Con una canción como “Wake up” perdimos a todos nuestros fans del principio, que la odiaban. Pero yo sabía que teníamos razón, confiaba en nuestras nuevas canciones. Nunca volvimos hacia atrás. Es como la gente que adora OK Computer de Radiohead y sueña con que ellos vuelvan a hacer un disco así. Pero existe, ya está grabado, se lo puede volver a escuchar dentro de cien años. Para eso hacemos discos, para pasar a otra cosa.

¿Los recitales son una válvula de escape después de largos períodos en el estudio? Sus últimos shows fueron loquísimos…
Will Butler: Trabajamos y vivimos por ciclos. Nos vamos de gira hasta que nos hartamos de eso, después descansamos hasta que se vuelve imposible seguir viviendo así. Y después volvemos al estudio hasta que nos enloquecemos.
A cada fase le dedicamos su energía. Acabamos de terminar una gira europea, es el momento en que los cuerpos piden algo de gracia, donde una buena noche de descanso afecta para bien nuestra actuación. Muchas veces el público podía tener la sensación de que yo estaba borracho. Y eso que empecé a tomar alcohol hace poco.
Yo estaba siempre sobrio, inmerso en mi propio cuerpo. A veces sentía perfectamente que me había lastimado, sangraba, pero no podía parar de dar todo: es como una misión. Una mezcla de filósofo indiferente e idiota del pueblo (risas).
Richard Parry: El escenario es un momento verdadero de comunión para la banda, un lugar en que lo colectivo es lo que más importa. Formamos un verdadero equipo, estamos listos para enfrentar todas las tormentas juntos. Al principio, cuando veía cuánto era nuestro compromiso, pensaba que no duraríamos. Pero acá estamos.

Foto Guy Aroch

Una vez más, en Everything Now mezclan melodías alegres y letras muy sombrías. ¿De dónde viene ese gusto?
Win Butler: George Orwell decía que lo que te gusta a los 13 o 14 años te marca para el resto de tu vida. Como músico, uno a veces se avergüenza. Aunque intentás borrar tus primeras emociones, no podés escapar de los discos que te marcaron. Al matar esas influencias, al abandonar al niño, matamos su arte.
Debo componer con esas herramientas, con cosas como Radiohead, Neil Young, Pixies, The Smiths. O con The Cure, que hizo bailar a gente con ideas y ropa negras con una melodía saltarina y pop como The Lovecats, ¡un verdadero golpe de magia!

En vivo el viernes 15 en el Festival BUE junto a Mark Ronson vs. Kevin Parker, Thievery Corporation, Parquet Courts, Hercules & Love Affair, El Mató a un Policía Motorizado, Brazilian Girls, Cihgarettes After Sex y más.

> festivalbue.com
> everythingnow.com

Entrevista publicada en el número 231 de Los Inrockuptibles.

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