Atlanta, una de las series del año
Donald Glover ganó dos Emmy por una de las series de 2016: uno como actor y otro como director. Nunca es tarde para ver Atlanta.
Durante mucho tiempo, las series se dividían en dramas adultos de más de cuarenta minutos o comedias en formato sitcom. Hoy ya no es más así y los intentos más interesantes están en el formato de veintiséis minutos que invaden ambos mundos, gracioso por un segundo y profundamente perturbador al siguiente.
Atlanta, responsabilidad de Donald Glover, guionista y comediante que ya conocemos bien de la excelente Community, cuenta la historia de dos primos raperos en la ciudad de Arrested Development, Janelle Monáe y OutKast. El detrás de escena del hip-hop no es el verdadero tema de la serie, ni siquiera cuando los dos jóvenes trabajan juntos, uno sacando los discos, el otro promocionándolos.
Atlanta se centra en los límites entre la responsabilidad y una especie de adolescencia eterna, metiéndose en la vida cotidiana de sus protagonistas con una flexibilidad increíble, instalando una atmósfera de intimidad inmediata. Además de un estilo y tono que se acerca al realismo, con humor frío y algo de ensoñación, Atlanta narra frontalmente la experiencia de los negros en los Estados Unidos de hoy, el racismo, la violencia y el amor a una comunidad.
¿Por qué en Atlanta y no en Nueva York, Los Ángeles o Chicago? “La ciudad demasiado ocupada como para odiar” se volvió el centro donde se originan todas las tendencias del hip-hop. El crank, el dirty south, el trap… todo nació en Atlanta. Desde fines de los ochenta, es el centro de gravedad del hip-hop. Todo parece simple ahí, pero no por eso es fácil. En una ciudad con el 67 % de población negra, calificada como una de las más peligrosas de los Estados Unidos, uno debería ser muy inocente para creer que todos se sienten exultantes. Y lo mismo pasa con los raperos: salvo OutKast, T.I o Young Thug, pocos convencieron al público, los puristas y los críticos, siempre más enfocados en el rock y el pop. Algunas figuras se convirtieron en culto, como Arrested Development o Killer Mike, otros están sobreestimados, como Goodie Mob, o disfrutan de un hype más o menos pasajero (Ludacris, Rich Homie Quan), mientras que el resto sigue siendo injustamente incomprendido (Crime Mob).
La espectacular serie de Glover, también conocido por el nombre de rapero Childish Gambino, se suma a la producción musical de hoy, pletórica, aleatoria e independiente, encarnada en Future, Young Thug o Gucci Mane, para demostrar que la escena local alcanzó en este 2016 una excelencia, ahora más que nunca, incuestionable.
