Beach House coquetea con la perfección en “7”
El dúo de Baltimore repasa detalles de su recién editado séptimo disco, producido por Sonic Boom, en el que se potencia su dream pop envolvente.
Por Noémie Lecoq
Hace casi un año, Beach House pasó revista de toda su carrera para sacar el compilado B-Sides and Rarities. El disco agrupaba todos los tesoros escondidos que todavía no habían encontrado su lugar en sus obras anteriores. “Era un proceso bastante intenso”, señala Victoria Legrand, cantante, tecladista y co-compositora del dúo. El guitarrista Alex Scally, su hermano de armas, toma la posta: “Nos hizo muy bien poner el foco sobre todo lo que había quedado en suspenso durante nuestros diez primeros años de existencia. Pudimos reagrupar todo eso y cerrar ese capítulo para recién poder proyectarnos hacia adelante”.
Esta liquidación total del stock ha liberado la creatividad de Victoria y Alex. Decidieron olvidar sus costumbres. De su propia boca: ellos por lo general elegían grabar en estudio canciones con la perspectiva de poder reproducirlas arriba de un escenario. “Decidimos que esto ya no debía ser tenido en cuenta”, explica Victoria. “Si querés ir realmente a fondo con una idea o un sueño, tenés que poder dejarte llevar, tratar de imaginar que todo es posible. En cada uno de nuestros discos, hay canciones que no podemos tocar en recitales, como ‘Home Again’ de Devotion; entonces en realidad no hemos cambiado demasiado, pero ahora nos damos luz verde para no focalizarnos en eso. Para que una visión se vuelva realidad, hay que poder actuar en plena libertad”, especula la cantante y tecladista.
Aún así, la manera de grabar de Beach House ha evolucionado mucho. Para este nuevo disco, titulado 7, Alex y Victoria construyeron su propio home studio, reduciendo drásticamente la duración entre la idea base y la canción final. “Esto nos ha permitido mantener viva la chispa”, analiza Victoria. Efectivamente chispas hay muchas en este nuevo disco tentacular, que despliega sus pasiones shoegaze y levanta vuelo con ingravidez para sembrar la inquietud. Pocos grupos pueden vanagloriarse de mantenerse pertinentes, incluso asombrosos por momentos, en un séptimo disco después de diez años de carrera. Acá se escuchan los ecos de My Bloody Valentine, de Spacemen 3 (convocaron, por cierto, al gran Sonic Boom para la producción del disco) y de Air, pero escuchamos sobre todo un Beach House en su apogeo, en particular con los sublimes “Lemon Glow” y “Lose Your Smile”.
“Después de un disco y la gira que le sigue, el deseo de buscar nuevos sonidos y de tocar de nuevo se regenera enseguida en nosotros.” (Victoria Legrand)
El dúo domina su arte a la perfección, mezclando dream pop intimista y electricidad hechizante, y expresándose a través de la voz celestial de Victoria: “Después de un disco y la gira que le sigue, el deseo de buscar nuevos sonidos y de tocar de nuevo se regenera enseguida en nosotros”, dice ella. “Antes de ponernos con 7, cuando terminamos la gira, ya sentía ese deseo irrefrenable adentro de meterme de lleno y me di cuenta que ya teníamos cuatro o cinco canciones completas ¡Es casi como darse cuenta de estar embarazada tras siete meses de embarazo!”, reconoce Legrand entre risas. Oficialmente, Beach House le puso de nombre 7 al disco porque es el séptimo de estudio que editaron, pero no está mal sospechar que también tenga que ver con que puede trasladar al oyente al séptimo cielo.
Beach House
7
(Sub Pop)
