Bitcoin: la billetera digital
Los pros y los contras del bitcoin, la moneda que no está respaldada por gobiernos ni bancos y solo existe en Internet. / Por David Doucet
-
Hace aproximadamente cinco años, alguien me ofreció hacer un concierto por unas centenas de miles de bitcoins, y respondí: ‘sí, claro’”, se lamentaba irónicamente la cantante inglesa Lily Allen el 5 de enero en Twitter, y acompañaba su mensaje con el hashtag #idiota. En 2009, la fecha de su creación, el bitcoin (abreviatura oficial: BTC) no valía nada. Se necesitaban diez mil BTC para comprar dos miserables pizzas. Hoy en día, un bitcoin asciende a más de seiscientos noventa euros. Y Lily Allen no es la única que perdió el tren. Los medios se vuelven locos por estas historias, como la de un joven galés que recorrió desesperadamente un basurero para encontrar un disco duro que contenía siete mil quinientos bitcoins (el equivalente a siete millones de dólares) que había tirado a la basura unos años atrás.
-
Pero ¿cuál es el interés de esta divisa 2.0? Básicamente, la democratización que supone que el intercambio sea realizado entre dos cuentas digitales, mediante claves que permiten el anonimato, y sin un organismo central que las regule y gerencie.
-
Primera moneda electrónica descentralizada y anónima, el bitcoin se basa en un protocolo de Internet inventado por un tal Satoshi Nakamoto, personaje misterioso tras el cual se esconden los verdaderos programadores. La moneda se desarrolló en un principio en la cara oculta de Internet, no indexada por los motores de búsqueda. Y hubo que esperar a 2010 para que hiciera su primera aparición mediática, cuando WikiLeaks la utilizó para evitar el bloqueo de sus donaciones por instituciones bancarias luego del escándalo de Assange. El bitcoin devino entonces la alternativa perfecta para los medios de pago tradicionales. Y volvió a hacer su aparición en 2013 en Silk Road, un sitio como eBay pero del mercado negro. Es que el preciado bitcoin permite comprar y vender objetos, programas, drogas, documentos falsos, medicamentos… Esta “moneda geek” se sostiene además por el hecho de que se respalda en una licencia de código abierto, que le permite a cualquiera modificarlo. De hecho, varias son las monedas alternativas que surgieron en este último tiempo, más o menos serias según el caso: litecoin, dogecoin y hasta el coinye west, inspirada en el rapero. Hoy en día, cualquier internauta puede incluso crear la suya propia, sin saber nada de lenguaje HTML, en plataformas como Coingen.
Pero ¿cuál es el interés de esta divisa 2.0? Básicamente, la democratización que supone que el intercambio sea realizado entre dos cuentas digitales, mediante claves que permiten el anonimato, y sin un organismo central que las regule y gerencie. Y esto que suena ideal divide las aguas entre economistas, y fue puesto en duda las últimas semanas, cuando las tres principales bolsas de bitcoins tuvieron problemas (esto es, sufrieron ataques cibernéticos). ¿Podrá el bitcoin sobreponerse y convertirse en un medio de pago legítimo y aceptado? ¿Se trata de un experimento tecnológico o de las bases económicas de una sociedad experimental? Habrá que darle un poco más de tiempo.
