Björk evoca a la música clásica contemporánea en Utopia
La islandesa saca un disco de sanación y habla del mundo femenino libre de las taras del patriarcado.
Por Stéphane Deschamps
Hace seis años, cuando salió Biophilia, Björk nos reconocía “jamás aprendí a tocar un instrumento porque sabía que no podía ir más allá de lo que ya estaba hecho”. Mejor ir por otro lado. Y Biophilia y su sucesor Vulnicura se iban solos demasiado lejos. Se les podía reconocer la ambición, la voluntad de ir siempre para adelante y la seriedad de los conceptos, mientras se soñaba con que hiciera un disco de folk, con sonidos de instrumentos que la gente tiene en su casa y estructuras de canciones simples, como para tocar en un fogón.
Utopia, su décimo disco, ta vez cumpla ese sueño, o al menos es lo más cerca que se estará de eso. En su terrorífica tapa, no hay que distraerse con el llamativo look de su rostro y bajar hasta la garganta. Ahí, junto al feto de una criatura muerta, los dos agujeros que se ven no son cicatrices de una reciente traqueotomía, pero recuerdan a los de la flauta que ella sujeta. Björk no toca un instrumento, ella es un instrumento.
El sonido de flautas y arpas es lo primero que se escucha en Utopia. Instrumentos reales, de la música clásica y el folk, e incluso clichés de la música de hadas. La audacia para una artista que fue tan lejos en la vanguardia puede ser saber cómo dar marcha atrás y atacar lo hecho.
En más de un momento del disco hasta se escuchan pajaritos piando. Es el sonido de la vida que volvió a la música de Björk. Utopia no es un disco fácil. Las partes instrumentales, creadas con el fiel productor Arca, son a la vez monumentales y sutiles. La electrónica imita los instrumentos de orquesta y ellos imitan los ruidos de la naturaleza. Todo evoca más a la música clásica contemporánea que al mundo del pop.
La audacia para una artista que fue tan lejos en la vanguardia puede ser saber cómo dar marcha atrás y atacar lo hecho.
Utopia tambien es un disco largo, de hora y cuarto, intenso, homogéneo (¡ups!), reflexivo y exigente. Pero es un álbum fluido, con ángulos redondeados, que se deja escuchar, aprehender, e invita al ensueño, como la banda sonora de una fantasía de ciencia ficción. Un coro primitivo marca el ritmo en estas canciones con una estructura cristalina y emotiva.
En la vida de Björk, Utopia es el disco de la sanación después de Vulnicura, centrado en los horrores de su ruptura amorosa. En la temática de las canciones, habla, según dice ella, del mundo femenino libre de las taras del patriarcado. Es el disco más cercano a la encantadora gracia de Vespertine. Allí escuchábamos pasos en la nieve, pero hoy Björk está de vuelta y la nieve se derrite bajo sus pies.
Björk
Utopia
(One Little Indian)
