Charla abierta de Brian Eno en el CCK

Los Inrockuptibles
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4 min readNov 30, 2016

El arte siempre es político. Porque lo que es posible en el arte se vuelve pensable en la vida”. Brian Eno está en Buenos Aires. Y así, contundente, comenzó su charla abierta, ante la atiborrada Sala Sinfónica del CCK. Sí, llegó el día en que Brian Eno pisó por primera vez la Argentina. No vino a tocar (estará presentando las instalaciones 77 Million Paintings y The Ship este viernes 2). Y pese a que muchos hubiéramos preferido verlo en esa situación, el músico y productor no decepcionó. A lo largo de la charla, fue desglosando distintos conceptos que relacionan al arte y la política, el rock y la tecnología.

La primera hora estuvo concentrada en algo que es central para el arte posmoderno, pero que en la producción de la música pop no suele pensarse en profundidad: lo político está en el que se organiza su producción y se estructura su ejecución antes que por el “tema” (a la manera de las canciones de protesta de los años 70, por ejemplo), donde los mundos (musicales, visuales, auditivos) que la música y las bandas proponen pueden ser en sí mismos la representación de una pequeña utopía (“utopiáceos”, dice Eno, divertido).

Brian Eno CCK

La cuestión se explica con un ejemplo: “¿Qué es una orquesta? Un enunciado de cómo deben ser las cosas, típico del siglo XIX. Esto implica jerarquía, un flujo de control vertical, igual a como se organiza un ejército o una iglesia. Implica uniformidad, subordinar individualidades, seguir las instrucciones de una partitura al pie de la letra. Esto es lo opuesto de la banda de rock, donde son todas individualidades, un grupo de gente con competencias mixtas, donde lo que plantea la necesidad de la cooperación entre sus miembros. La banda de rock es sobre las diferencias”, plantea.

La estructura de las canciones es otro enunciado político”, afirma, y describe cómo es que en el modelo de pop más clásico, el vocalista y/o el guitarrista hacen las tareas de mayor definición, mientras que el resto acompaña, y las canciones se estructuran con partes muy marcadas, orientadas a contar una suerte de pequeña historia. En contraposición a eso, explica que en los años 60 esta pirámide jerárquica empieza a aplanarse, y pone como ejemplo a la música africana (Fela Kuti, puntualmente), y a bandas en las que la parte vocal es sólo un elemento que se amalgama con lo instrumental en un magma en el que todo lo que suena es importante. Se refiere a mundos sonoros en los que la voz dejó de ser el centro, como en My Bloody Valentine. Mundos en los que se empieza a perder el “borde de la música”, en los que se borronea la definición de los elementos, en los que hay un “foco blando” sobre las líneas musicales, como en el “wall of sound” de Phil Spector. Entonces, a esto de no saber bien de dónde viene el sonido, si del tráfico o de los pájaros, Eno le pone el nombre de “landscape” (paisaje), paisaje sonoro, y cuenta su experiencia grabando My Life in the Bush of Ghosts, (el disco que hizo con David Byrne en Nueva York, editado en 1981, en el que todas las voces fueron sampleadas de la radio), entre otras muchas anécdotas, incluyendo algunas muy graciosas con David Bowie (por las que valdrá la pena ver el documental que tiene planeado hacer canal Encuentro con esta charla).

Brian Eno CCK

Por la vía del debate sobre la producción, Eno termina hablando de las obras que viene a presentar, que define como “instalaciones ambientales” influenciadas por la cibernética, la teoría de la complejidad y el concepto de “autopoiesis”, que combinan música “generativa”, o creada por herramientas tecnológicas, con objetos y proyecciones. Eno funciona aquí como “productor” de esas obras en un sentido amplio: el del artista al que le importa mostrar un modo de ejecutar sus obras que sea potente a nivel social, y que haga lo que él llama “arte funcional”; es decir, arte que tenga funciones concretas, “que sirva para diseñar, para escribir, para calmarse, y hasta para parir y nacer”, como pasa en unas maternidades de Inglaterra en las que se enteró que ponen sus discos. Allí reside para él todo lo que es opuesto al “show business”. Así, otra vez, el arte como elemento movilizador, la confirmación que el modo de producir (música, en especial) puede transformar el mundo.

Nos pellizcamos, y sí: Brian Eno estuvo en la Argentina.

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77 Million Paintings
Espacio La Gran Lámpara

The Ship
Auditorio de la Sala 613

Desde el 2 de diciembre en el CCK (Sarmiento 151, CABA).
Horarios miércoles a domingos y feriados de 13 a 21.

Fotos gentileza Centro Cultural Kirchner

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