Chet Faker, un crooner 2.0 en el Lollapalooza

Los Inrockuptibles
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2 min readMar 13, 2015

Por posibles confusiones de homonimia con la voz cantante de LCD Soundsystem (y con un compatriota cantante llamado Nick Murphy), el australiano Nicholas James Murphy se eligió un nombre incluso más problemático, a modo de homenaje un poco masoquista al James Dean del jazz, por quien dice, sin falso puritanismo, que está influenciado. Sin embargo, más allá del chiste fácil, lo cierto es que Chet Faker no es para nada un falso Chet Baker. Si bien podemos decir que su evolución tiene lugar dentro del muy amplio espectro claroscuro de los crooners, su música está tan lejos de la del estadounidense que no vale la pena aventurarse a cualquier tipo de comparación.

Mejor recibirlo, en cambio, como a un primo australiano de James Blake, o incluso de Antony. Es decir, como a un cantante amanerado pero conmovedor, cuya voz afectada trabaja sobre la música de la misma manera que un artesano trabaja sobre el vidrio: Chet Faker es rústico y delicado al mismo tiempo. Si uno se limita a escuchar únicamente algunos de sus temas de manera aislada, puede confundirse y pensar que se trata de uno de esos cantautores quejosos y sobreactuados, narcisistas, inmiscuidos en su pequeña novela sin ritmo, sin gracia, sin misterio. Pero, como sucede con James Blake, es a fuerza de paciencia que la singularidad de este artista finalmente se revela, diferenciando su obra de esos discos que terminan como ruido de fondo en confiterías para hipsters.

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La mano de yeso resquebrajada que aparece en la tapa de Built on Glass parecería rechazarnos pero es, paradójicamente, una invitación a involucrarse con mayor profundidad. Educado en el soul de Motown así como en las euforias de la música house, y al cultivar en paralelo su obsesión por el jazz de la costa oeste, Murphy logró infiltrar su música en las grietas abiertas que separan a esos continentes musicales. Esa era su misión en este disco: rellenar las rendijas con su sola presencia. Así es como, por ejemplo, el Fender Rhodes de “Release Your Problems” se perfila primero hacia una falsa pista de smooth-jazz de los ochenta, pero la voz quejumbrosa nos hace pensar en una versión no tan enfermiza de The xx. De hecho, es en el minimalismo donde Chet Faker termina por convencer del todo (“To Me” y el afrobeat de “Cigarettes & Loneliness” quizá sean los mejores ejemplos), desnudando sus hilos rítmicos y usando algunos efectos para que únicamente su voz (y sus coros que resuenan con eco) ocupe lo esencial del espacio. Le sale admirablemente bien.

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Built on Glass (Opulent)

En vivo el sábado 21 de marzo a las 18 en el Alternative Stage del Lollapalooza, Hipódromo de San Isidro.

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