“Contemplar el océano”, de Dominique Ané
En 2012, el cantante y escritor francés Dominique Ané dedicó su primer libro a los lugares de su infancia. Con Contemplar el océano, su nueva novela, el autor reconstituye su pasado a la manera de un lienzo fragmentado, con sus agujeros, sus espacios y sus silencios, con sus elipsis de, a veces, varios años.
No sabemos, por ejemplo, qué sucede con el joven Dominique entre los veranos infinitos de la infancia –el río, el inmenso castillo de agua, una chica espléndida que da lugar a una intriga a la Jules et Jim entre el narrador y su primo– y las primeras giras un poco fracasadas del cantante en las rutas de Francia –los hoteles en las afueras de las ciudades, los conciertos destroy frente a cincuenta personas, los sándwiches con forma de triángulos–. Nada, sino pequeños incidentes reveladores, epifanías de lo cotidiano transformadas en oro, como el brillo precioso de un rayo de sol o una tendinitis que le impide cantar. En sus cortos textos, fragmentos dispersos de intimidad, aparecen los años de formación: “Tengo trece años, y escucho un día una canción que suspende el tiempo”. El autor mantiene en secreto el nombre de la banda pero un poco después surge la expresión “new wave”, su “melancolía como estandarte”, su “lamento distante” que invita “a estar a la altura”: “Desde entonces, el mundo se divide en dos: los que adhieren, y los otros”.
Nacido de una radicalidad identitaria (movimiento político francés), de una vocación, las páginas más bellas del libro conciernen a las turbulencias de una juventud atorada entre problemas de plata y mujeres liberadas, orgía de drogas o, más grave, la agresión mortal de un amigo con una navaja. Como quien no quiere la cosa, de a retazos, Dominique Ané logra rozar los temas sombríos de la enfermedad (un abuelo en el hospital), del tiempo que pasa, del envejecimiento del cuerpo (el final de la indiscreción, escribe el autor). Un “cuerpo” todavía robusto y vibrante que se dirige con mucha precisión al niño que fue.
-
Dominique Ané
Contemplar el océano
(Fiordo)
83 páginas