De Cher a Kanye, cómo el Auto-Tune revolucionó la música

Los Inrockuptibles
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3 min readJun 8, 2016

Empecemos por destrozar el lugar común: no cualquiera puede convertirse en cantante gracias al Auto-Tune. Si bien el software mejora la afinación, no puede modificar el carisma, la intensidad ni las letras. Además, su uso requiere técnica y precisión para que sea valioso: en pocos años, el Auto-Tune se volvió mucho más que un simple “corrector” de voz.

Si lo que se quiere es comprender el origen de la herramienta en cuestión y cómo se transformó en un instrumento en sí mismo, es necesario hacer un racconto histórico. Desde siempre, los músicos y los productores intentaron manipular la voz. Ya en 1940, el Sonovox aparecía como el precursor de una revolución musical que iba a cambiarlo todo. El aparato, un derivado de la talkbox, se apoyaba sobre la garganta y modificaba el sonido de las cuerdas vocales del cantante dándole una textura robótica. Uno de los primeros ejemplos se puede ver en la película You’ll Find Out, con Kay Kyser.

Por su parte, el músico estadounidense Alvino Rey, ex militar, usaba la talkbox para distorsionar el sonido de su guitarra steel. Para eso usaba un micrófono de carbón, generalmente destinado a las comunicaciones militares entre pilotos.

El voder apareció en esa misma época. Inventado en 1937 por el ingeniero Homer Dudley (también responsable del origen del vocoder), el instrumento era usado por el ejército estadounidense en la Segunda Guerra Mundial para encriptar los mensajes y las discusiones entre soldados. Mientras que la talkbox producía sonidos, el voder simplemente modificaba la voz del cantante.

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Por supuesto que la música no iba a tardar en apropiarse de esas herramientas originalmente destinadas a la ciencia. Tras algunos años de investigación, en 1968, el célebre fabricante de sintetizadores Moog presentaba el primer vocoder destinado a la venta. Enseguida el instrumento empezó a aparecer en varios discos, como Autobahn de Kraftwerk, y en canciones de bandas como la Electric Light Orchestra.

La historia del Auto-Tune, por su parte, se parece a la del vocoder, ya que su descubrimiento fue el resultado del avance de la ciencia. En 1996, Andy Hildebrand, un ingeniero apasionado por la música, se ocupó de crear una máquina destinada a servir a la industria petrolera. El objetivo era simple: detectar a través de ondas si un pozo petrolero era aprovechable. Hildbrand se retiró a los cuarenta, después de venderle su invento a Exxon. Pero una noche, en una cena, una amiga lo desafió a crear una máquina que corrigiera las notas desafinadas de la voz. “Antes del Auto-Tune”, le dijo el inventor a la CNN, “los estudios corregían las notas equivocadas haciendo que el cantante volviera a grabar su parte una y otra vez, para luego mezclar las cien pistas que tenían hasta lograr una voz en el tono correcto”.

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Audio Antares convirtió esta creación en un software en 1997, y un año después apareció “Believe” de Cher, un hit en el que la voz estaba modificada al punto de quedar irreconocible. La herramienta, antes destinada a borrar imperfecciones, se convertía en un instrumento. Pero fue recién una década más tarde que Kanye West terminó de popularizar su uso en 808 and Heartbreak, un disco íntimo y confesional en el que cada palabra se estiraba, se deformaba y alcanzaba notas desconocidas pero profundamente emocionales. El sonido de la época ya no se puede pensar sin ese antecedente.

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Hoy que el Auto-Tune está en todas partes y es imposible de ignorar, la pregunta se cae de madura: ¿resistirá el paso del tiempo? Quizá habría que pensarlo a la luz de las otras innovaciones en el campo de la música para extraer algún tipo de conclusión. Como las cajas de ritmos en su momento, en general desprestigiadas porque anulaban la presencia del baterista, como los sonidos disparados desde una laptop, considerados una injuria a la música por ser el producto de un algoritmo, el Auto-Tune suele ser atacado por los puristas. Pero ahí entra en juego la suerte de cada innovación.

Si bien el exceso de Auto-Tune corre el riesgo de volverse evidente algún día (para algunos esto ya pasó hace rato), lo único que debería importar es la calidad de las canciones. Cada época tiene sus instrumentos, sus innovaciones, sus temas buenos y sus temas malos. Con o sin Auto-Tune.

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