“Depeche Mode siempre fue una burbuja. Pero musical y culturalmente, reflejamos algo importante”

Los Inrockuptibles
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10 min readMar 19, 2018

A treinta y siete años de su formación, Depeche Mode consiguió evolucionar disco a disco, sin traicionar jamás su esencia, para mantener siempre encendida la llama. Dave Gahan explica cómo el grupo mítico consigue mantener la rebeldía en Spirit, decimocuarto disco de la banda, antes de una nueva visita a Buenos Aires.

Por Maxime de Abreu / Fotos Anton Corbijn

Con Depeche Mode, desde su Inglaterra de clase media, Dave Gahan conoció un éxito absolutamente increíble: estadios, miles de fans y tanta plata como para no tener idea de qué hacer con ella. Con Depeche Mode también conoció las adicciones, los intentos de suicidio, las sobredosis y los tratamientos de desintoxicación.

Pero Dave está limpio desde hace años. Se considera bendecido por haber encontrado la paz en Nueva York, donde vive en familia desde hace unos veinte años. Dave espera en la mesa del restaurante de un hotel cualquiera, en el barrio de Tribeca, a unas cuadras del WTC. Tiene puesta una remera negra, una campera de cuero y anteojos de sol. Su barba de tres días no logra cubrir del todo su zigomático, siempre listo para activarse con una mueca. El resultado: a los cincuenta y cuatro años, a pesar de los excesos de una vida alocada, todavía parece tener cuarenta.

Dave Gahan creó, junto con algunos otros, la mitología del “rock-star”, a pesar de hacer pop con sintetizadores. ¿Sexo, drogas y new-wave para siempre? En lo que respecta a la música, sí. A través de ella, y junto con Martin Gore y Andrew Fletcher, sigue expresando una visión del mundo que muchos, sobre todo si tenemos en cuenta los comienzos más edulcorados de la banda, se negaron a ver durante mucho tiempo.

Así se podría abordar Spirit, el nuevo disco de Depeche Mode, que Dave Gahan, en parte, escribió y compuso. Ni excéntrico ni revolucionario en comparación con la historia de la banda, es un disco de músicos que supieron mantenerse dignamente durante más de treinta y cinco años de carrera, que incluso fueron perfeccionando su seriedad y su credibilidad con el paso del tiempo. De esta vida que se debate entre un éxito enorme con el público (cien millones de discos vendidos y giras mundiales de varios meses, sin contar sus proyectos como solista) y un desprecio relativamente frecuente por parte de la crítica, Dave aprendió cierta prudencia. La prudencia, sí, como en los personajes de las películas que, después de haber vivido todo en el mundo de los hombres, enlentecen el ritmo y reflexionan sobre el recorrido hecho. Y que, en el camino, van proporcionando lecciones sobre la vida, los personajes, y todo eso.

Y si bien Spirit es una prolongación de una historia ya escrita (y más o menos archivada junto con los mitos), también es objeto de una destreza musical que sigue rebelándose, diciendo que no, probando cosas, permaneciendo sombría y profunda cuando perfectamente podría costearse todos los lujos, todas las facilidades respecto de productores y de remixeadores.

El disco fue producido por James Ford, la mitad de Simian Mobile Disco, que ya había sido productor de Foals, Florence & The Machine, Arctic Monkeys… Una primera colaboración para un decimocuarto disco apasionante de a momentos, sobre todo en los pasajes más despojados (aunque solo fuera por “Cover Me”, el disco valdría la pena ampliamente).

Por otro lado, Depeche Mode sigue, en sus textos, preguntándose por la espiritualidad, la relación con el mundo y consigo mismo, la necesidad del arte y el aire a revuelta que hay un poco en todos lados hoy en día. Temas sobre los que Dave Gahan se explaya mientras toma un café.

“Depeche Mode siempre fue una burbuja. Pero musical y culturalmente, reflejamos algo importante. Durante mucho tiempo, los críticos de rock no entendieron eso.”

ENTREVISTA> ¿Todavía sentís presión cuando sacás un disco nuevo?
Hay mucha más presión en el momento de hacerlo que en el momento de sacarlo. Cuando uno prepara un disco, quiere que sea lo mejor posible y darle todo lo que uno tiene. Un poco de tensión puede ser algo bueno. Siempre es necesario un desafío. De hecho, por eso trabajamos con nuevas personas en Spirit, como James Ford en la producción.
James tenía hambre de trabajo. Es un desafío para él también ya que conocía muy bien la música de Depeche Mode. En el estudio, la dificultad fue pensar por fuera de lo establecido. Y lo establecido, claro, es Depeche Mode. Un buen productor te permite eso.

¿Por qué James Ford?
Estaba bien arriba en mi lista. Me encanta lo que hizo con Arctic Monkeys. Y me encanta Simian Mobile Disco. Estuvo bueno lo que conseguimos con Ben Hillier en los tres discos anteriores, pero ya se había vuelto todo demasiado familiar, demasiado obvio. Necesitábamos nuevos desafíos antes de que se volviera aburrido. Cuando grabo un disco, no quiero tener la sensación de que estoy yendo a trabajar.

¿Qué le aportó al sonido de Depeche Mode?
De todo, muchas cosas. Dio mucho de él para este disco. Laburó mucho, como músico y como productor. Quisimos crear un clima de estar en vivo. James es el tipo de persona que agarra cualquier instrumento y lo domina perfectamente en un par de horas. Así, solo por probar. Es lo que hizo con el pedal steel, por ejemplo, que aparece en la canción “Cover Me”.

¿Estuviste involucrado una vez más en la composición del disco o lo escribió Martin Gore solo como hacían hasta Exciter?
Sí, siempre con Martin. Entre los dos ya teníamos veinticinco canciones cuando llegamos al estudio. Y capaz que algunas más. Había mucho por hacer, muchas pistas por explorar. No fue fácil dejar de lado ciertas canciones… Pero al cabo de varios meses, hubo para cada una de las canciones con las que nos quedamos un momento preciso en el que sentí que funcionaban, y ahí es cuando mi otra función entra en juego: cantar aportando el máximo de humanidad.

La definición de las funciones en el seno de Depeche Mode tiene una larga historia…
En la historia de la banda, las funciones estuvieron justamente demasiado definidas. Después de tantos años de trabajar juntos, hay que obligarse a reinventarlas. Tal vez sea lo más difícil de conseguir, pero hay que intentarlo. Para mí, los momentos en que me siento con menos confianza son las primeras semanas de grabación.
Me sigo preguntando qué será del disco, por qué hacemos lo que hacemos, por qué lo seguimos haciendo, si realmente lo quiero hacer… Y luego, en un momento, hago clic. A veces puede ser respecto de un solo sonido. ¿Ves cómo es el proceso? Es el proceso de lo desconocido. Hay algo mágico en eso. Y por eso estoy acá.

Como solista o con Soulsavers, tenés proyectos por fuera de Depeche Mode. ¿Es el secreto de la longevidad?
Al menos ese es mi secreto. Esos proyectos me fuerzan a salir de mi zona de confort, a ir ahí adonde no iría con Depeche Mode y el ejército de personas que gravitan alrededor de la banda. Tomar distancia estimula la creatividad.

“Ya no necesito las drogas para tomar distancia respecto de mi persona y de mi vida. Puse una energía enorme, cuando era más joven, en intentar alejarme de mí mismo. Luego aprendí a aceptarme. Algo que claramente es un camino hacia la aceptación de los otros.”

Las letras de Depeche Mode a menudo giraban alrededor de la fe, del pecado, de la redención. ¿Pensás que sigue siendo así?
Uno siempre intenta redimirse de algo, ¿no? Así que la vida es una sucesión de redenciones. Hay una dimensión de desastre y de catástrofe en esa palabra: “redención”.
Son cosas que se expresan muy bien en la música y en el arte en general. La desesperación del mundo se expresa así, aunque a veces es delicado para los artistas, ya que no necesariamente es algo concreto y real en sus vidas. Pero es difícil definir el tema preciso de una canción…

“Where’s the Revolution”, el single del disco, ¿es una pregunta real que le están haciendo a la gente?
Le preguntamos al mundo adónde fue a parar la idea revolucionaria de un espíritu común a todos. Se debería explorar la idea de unión mucho más que la de división. Vivimos en un mundo guiado por la idea de ser más fuerte o más rico que el prójimo. Como si separar a las personas fuera un objetivo a alcanzar.
Yo no pienso así y, a riesgo de parecer ingenuo, creo que la mayoría de la gente tampoco piensa eso. Aquellos que detienen el poder nos quieren persuadir de lo contrario. Quieren imponer el temor. En los Estados Unidos, por ejemplo, nos incitan a tener miedo de los musulmanes. ¡De todos los musulmanes! Es ridículo y deprimente… Soy consciente de que soy tan solo un entertainer, pero me alegra y me siento agradecido de poder expresar este tipo de cosas en la música.

Hace veintisiete años dejaste Inglaterra para mudarte a los Estados Unidos. ¿Se puede escuchar “Where’s the Revolution” como una respuesta al triunfo de Trump? ¿Cómo reaccionaste frente a eso?
Ese triunfo es una locura, es absurdo. Pero es así. El país votó. Ganó la mayoría. En fin, no fue realmente la mayoría… Creo que todos somos responsables por lo que pasa. Sin embargo, también pienso que es tan solo algo pasajero. Se entierra él solo todos los días y recién empezó su mandato. No me gusta mucho aventurarme en el terreno político, pero en este momento es difícil no hacerlo.

Mientras llega el fin de este momento “pasajero”, ¿qué pueden hacer los artistas?
Hay que mantenerse positivo y usar, cada uno en la medida que puede, sus propios medios de expresión. Para eso sirve el arte, para compartir ideas. De verdad creo que colectivamente podemos cambiar las cosas.

Después de todos estos años, ¿seguís encontrando lo que viniste a buscar cuando dejaste Los Ángeles?
Abandoné L.A. por una razón muy precisa (N. de la R.: dejar la droga definitivamente, después de años de adicción). Quería cambiar de vida y alejarme de algunas cosas tanto como me fuera posible. Vine a Nueva York porque me di cuenta de que en Los Ángeles estaba en peligro. Me ponía a mí mismo en peligro. Y también me ponían en peligro las personas que estaban alrededor. Me tenía que ir sí o sí.
Hace dieciocho años que estoy casado con mi esposa, Jennifer. Fundé una familia magnífica. Estoy orgulloso de mis hijos. Ahora tengo una vida privilegiada. Eso no quiere decir que no me importen las personas a mi alrededor pero sí sé lo que verdaderamente importa. Cuando llegamos a Nueva York, nos volvimos la parte de un todo. Es difícil dejar esta ciudad una vez que estuvimos acá. Si te aburrís de Nueva York, ¡el aburrido sos vos!

“Me sigo preguntando qué será del disco, por qué hacemos lo que hacemos, por qué lo seguimos haciendo, si realmente lo quiero hacer… Y luego, en un momento, hago clic. A veces puede ser respecto de un solo sonido. ¿Ves cómo es el proceso? Es el proceso de lo desconocido. Hay algo mágico en eso. Y por eso estoy acá.”

El consumo de masas, la cultura de la individualidad, la estética S&M, hoy la revuelta popular: a través de sus canciones y de su puesta en escena, Depeche Mode siempre anticipó algunos movimientos de la sociedad.
Depeche Mode siempre fue una burbuja. Pero musical y culturalmente, reflejamos algo importante. Durante mucho tiempo, los críticos de rock no entendieron eso. Se limitaban a hacernos preguntas, tipo “¿por qué no tienen baterista?” o “¿por qué tanta electrónica?”. Era absurdo.
Nunca nos interesó reproducir cosas que ya existían. Siempre buscamos algo por fuera del margen, lo que estaba recién germinando. Todavía hoy, en el estudio, si algo parece demasiado normal, alguien dice: “¡Hagámoslo más raro!”. Todos venimos de la clase media inglesa, en la que reina una gran normalidad, un gran aburrimiento. Nuestro punto en común, a través de la música, siempre fue querer escapar de eso.

El nuevo disco se llama Spirit. ¿Cuál es tu relación con Dios hoy en día? ¿Cambió con el paso del tiempo?
Creo, como decía al hablar de “Where’s the Revolution”, que hay un espíritu que nos vincula a unos con otros. No sé qué es ese espíritu, pero vi demasiadas coincidencias extrañas en mi vida como para pensar otra cosa. Espero que este disco haga que la gente se interrogue sobre sí misma y quiénes los rodean.
Nuestra condición en esta Tierra es hacer elecciones. Ya sea para comprometerse políticamente o elegir un plato en un restaurante. Claramente algunos tienen menos libertad en esas elecciones porque son víctimas de la opresión. Para mí es muy fácil. Me podría quedar en mi bello departamento, en lo alto de mi torre, mirando Nueva York el resto de mi vida. Pero mi desafío es poder compartir algunas cosas. La música le da sentido a esa idea.

Cuando pensás en tu vida, ¿te da la sensación de haber vivido más intensamente que miles de personas juntas?
Al envejecer, aprendí a aprovechar el momento, sin preocuparme por lo que pasó, por lo que pasará o por lo que no pasará. Esta forma de pensar me aporta una gran libertad para elegir. Ya no necesito las drogas para tomar distancia respecto de mi persona y de mi vida. Puse una energía enorme, cuando era más joven, en intentar alejarme de mí mismo. Luego aprendí a aceptarme. Algo que claramente es un camino hacia la aceptación de los otros.

Depeche Mode

En vivo el sábado 24 de marzo en el Estadio Único de La Plata (Entre las Av. 32 y 25, y las calles 526 y 21, La Plata, Buenos Aires). Entradas por ticketek.com.ar.

> depechemode.com

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