El nuevo viaje encantador de Destroyer

Dan Bejar aglutina en Ken toda la magia sobre la que construyó una carrera impecable.

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles
3 min readNov 27, 2017

--

Por Javier Diz

Foto Ted Bois / Merge Records

En veinte años y una docena de discos, Dan Bejar (leé nuestra entrevista de 2015) construyó una obra escurridiza, inquieta, para aquellos profesionales de las etiquetas. Los lugares que supo ocupar en su momento (héroe lo-fi de los noventa, émulo de Bowie en la década siguiente) se fueron desdibujando a medida que el canadiense iba entregando nuevas señales de despiste. Aun reconociendo todas sus marcas compositivas –recursos melódicos, lalalas repetidos, estructuras impredecibles– y, sobre todo, esa voz nasal que le da una característica única a su música, hay dos discos que se distinguen del resto y conforman la cúspide en la obra de Destroyer: Your Blues (2004) y Kaputt (2011). El primero es una sinfonía sintética demencial, recargada, extrema en el riesgo de jugar con gestos al borde de lo grotesco; el segundo puede compartir la misma descripción, pero con un tratamiento sonoro que pone a Bejar en el lugar de musicólogo obsesivo, utilizando elementos de una música que, a esa altura, la retromanía todavía no se animaba a revisitar (la papelera de reciclaje de los años ochenta, con saxos, flautas traversas y clarinetes; los Roxy Music “malos”). Incluso con sus guiños bien decodificados, esos discos no eran ejercicios de estilo, sino objetos que compartían un anacronismo que hacen que todavía hoy su música parezca inasequible. Y esos discos provocan –o deberían hacerlo– mirar la música, previa y posterior, de Destroyer con una atención marcada (alguno le puede llamar precaución, y está bien). Ahí está Poison Season (2015), y su juego de crooner con big band, que entre Kaputt y Ken parece un descanso, para seguir despistando.

Ken muestra al Bejar más juguetón, que por primera vez combina en un mismo disco los universos que supo transitar en todas sus etapas. Está el Destroyer “indie” en “Cover from the Sun” –que podría ser uno de sus aportes usuales para The New Pornographers–, en la balada “Saw You at the Hospital” y en la bellísima y con potencial de hit “Stay Lost”, con arreglos de teclado que en poco más de dos minutos erizan la piel. El resto del disco recupera la búsqueda por el mood que consiguió Kaputt, esa sensación de no saber con exactitud con qué elementos nos sorprenderá cada canción. Porque, como en aquel, Ken convierte los guiños en arma mortal: las guitarras curescas (el sonido de la banda de Robert Smith tiene mucha presencia en el disco) y un synth pop profundo de esa obra maestra que es “Tinseltown Swimming in Blood”, o el chorus à la Cocteau Twins en “Ivory Coast”. La clave está, otra vez, en la extrañeza de descubrir, entre esos laberintos líricos y su sensación de paranoia actual (política, si se quiere), otro de esos viajes sónicos por los que vale la pena estar vivos.

Destroyer
Ken

(Merge Records)

--

--

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles

El medio para los que hacen — Música, cine, libros, artes y más.