Diario de Cannes #1: El imán Bárbara Lennie

Diego Lerer es nuestros ojos en una nueva edición del Festival de Cannes y en su primera entrega se rinde ante la luz que emana Bárbara Lennie desde la pantalla. La actriz se destaca tanto en Petra –película de Javier Rosales que protagoniza– como en Todos lo saben, el fallido film de apertura donde se destaca en un papel secundario por sobre las estrellas Javier Bardem y Penélope Cruz.

Los Inrockuptibles
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4 min readMay 11, 2018

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Por Diego Lerer

Bárbara Lennie en “Petra”

Los críticos de cine solemos hacer, desde que la Teoría del Autor pasó a ser el discurso dominante en el “gremio”, largos textos y análisis sobre la obra de directores. Pero a la hora de hablar de actores, salvo algunas excepciones –los casos de estrellas de cine cuya obra está marcada a fuego por su sola presencia– tendemos a hablar de ellos de modo esporádico o muy específico, como cuando nos referimos a su trabajo en una película en particular. Pero hay algunos actores y actrices cuya presencia –sin ser necesariamente dominante a la manera de una Meryl Streep o, a su modo, de un Tom Cruise– engrandece todo lo que tocan, disimulan sus defectos, ennoblecen sus imágenes, alteran la composición química del producto.

Uno de esos casos es el de Bárbara Lennie, una actriz luminosa, etérea, tocada por la gracia, una magical girl en cada una de las cosas que hace. Puede tener un protagónico o una aparición secundaria, pero siempre será memorable. No se trata necesariamente de una cuestión de técnica actoral ni una más obvia de belleza, sino que su secreto parece pasar por otro lado: cada escena en la que aparece destila una verdad que en algunos casos se esfuma de esos mismos films apenas sale de cuadro, como si la puesta en escena fuera secundaria a su sola presencia.

Los ojos del espectador la siguen sin que ella los reclame ni los pida o busque a gritos, como lo hacen Penélope Cruz o Javier Bardem en Todos lo saben, el fallido film de Asghar Farhadi que abrió el festival y su competencia. Allí Lennie tiene un papel secundario: encarna a la mujer de Bardem, una chica que desconfía de lo que la familia de su ex podría estar haciendo con su marido. Y mientras Javier grita y transpira, transpira y grita (todo a la vez, todo al mismo tiempo, en plan intensidad total), Bárbara hace y deshace, dispone, ilumina la pantalla, tranquiliza al espectador, como diciéndole “todo va a estar bien, déjenlo en mis manos”. Y al menos mientras ella está en escena es exactamente así. Todo está bien. Cuando se va, deja de estarlo.

En Petra, la nueva película del español Jaime Rosales (Las horas del día), la actriz española de familia argentina encarna a la mujer que da título al film, una artista que va a hacer una residencia con un veterano, famoso y manipulador escultor y termina enamorándose de su hijo, en una trama que empieza a girar bastante en falso por los caminos de la tragedia griega pero en plan realismo cotidiano de la campiña catalana.

Las primeras escenas –en las que ella llega a ese caserón campestre– la muestran a Petra recorriendo el lugar y manteniendo conversaciones con la cuidadora del predio y con la esposa del artista (Marisa Paredes). Pero la presencia de Lennie cambia el registro de las escenas, desarma las maniqueístas y convencidas pausas de los actores profesionales. Su Petra se tarda un segundo de más o de menos en contestar, no tiene miedo de pisarse con el texto del otro actor o volver para atrás sobre lo que está diciendo. Petra es lo que hace y lo que hace es lo que es.

Nada en ninguna de estas dos películas –problemáticas en distintos modos– está armado para su lucimiento. Ni ella entiende que su rol en ellas es brillar. Pero lo hace igual, casi sin quererlo, con personajes que son también muy distintos y que muestran fragilidad y dudas en un caso, y certezas y convicciones en el otro. No recibe tampoco una atención especial o trato de estrella: en Petra se ven sus marcas en el rostro y no está vestida para lucirse, y en Todos lo saben es casi dejada a un costado (como le pasa un poco también a Ricardo Darín) por un Farhadi fascinado por la virulencia con la que los Bardem-Cruz atacan a sus roles. Pero ella siempre les gana la partida.

Bárbare Lennie y Javier Bardem en “Todos lo saben”

Pasó lo mismo en Magical Girl, en Una especie de familia, en María (y los demás), en El apóstata, en La piel que habito y así. Esta actriz parece estar tocada por la gracia en todo lo que hace. Una de las discusiones que se tienen en Petra está relacionada con los conceptos de verdad y belleza en el arte. Alguien dice y ella comparte: “La verdad es la belleza”. Y el concepto es perfecto para definirla a la propia Bárbara Lennie, la mejor, más noble y honesta actriz española (y argentina) de la actualidad.

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