DVD: Esposos, amigos y amantes, de Lee Toland Krieger
Sin hacer demasiado ruido, el cine independiente norteamericano sigue entregando nombres a tener en cuenta. Rashida Jones y Andy Samberg dejan todo en Esposos, amigos y amantes. / Por Cristian Campana
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Hace ya algunos años que algunos nombres del cine norteamericano le aportaron un soplo de aire fresco a una industria que, en términos generales cuando hablamos de cine “comercial” o con llegada al gran público, estaba estancada en una mediocridad formal llamativa. Si esa renovación después también adquirió vicios que permiten ser parodiados es otro tema. Pero películas como Celeste & Jesse Forever, por suerte, ya no son una anomalía. Y hoy, para contar una historia de amor como la de sus personajes, el camino que eligen muchos de los nombres que provocaron esta renovación es similar: el de la honestidad, las emociones verdaderas. En este caso mucho tiene que ver Rashida Jones, quien escribe la historia y la actriz que se pone en la piel de la sufrida Celeste.
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La tercera película de Lee Toland Krieger pone en escena el final de una pareja. Pero para eso toma el camino inverso al que elegiría cualquier película complaciente. Extenderse más sobre esto sería contar el final. Pero se puede decir que la historia arranca de manera insólita: en pleno período de divorcio están todo el tiempo juntos, se divierten, se cuidan y tienen una química envidiable. Los que le llaman la atención de que esto no puede ser así son sus propios amigos y allegados. Y la razón la dará el correr de los días, cuando la realidad –la angustia, o sea– se estampe en su cara –o en la de uno de los dos, se sabe. Ahí, el tono ligero de comedia se vuelve amargo. El desconsuelo y la bronca tiñen los personajes, que hacen lo que pueden para llevar algo que nunca esperaron: la ausencia definitiva del otro, los gestos que nunca llegan aunque siempre se anhelen. Y la soledad, claro. La película describe esos momentos de cambio con una lucidez formal y un pudor sutil encantadores, con los que cualquiera puede identificarse. Somos Celeste y somos Jesse. Entendemos su tristeza, su bronca, sus culpas (la escena del casamiento es tan memorable como la de La boda de mi mejor amigo), su miedo a lo desconocido, o al futuro, que es lo mismo.
“Cuando las parejas se separan no hay beso de despedida, ni lo ha habido nunca ni lo habrá en la vida”, canta Antonio Luque (Sr. Chinarro), que entiende la vida como Krieger, Jones y Samberg entienden el cine, y que saben poner en pantalla lo que el cine, por no ser pesimista, a veces esquiva: que las historias de amor se terminan, mejor o peor, mal que le pese a casi todo Hollywood, a Celeste, a Jesse y a nosotros.
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Esposos, amigos y amantes
(Celeste & Jesse Forever)
De Lee Toland Krieger
Con Rashida Jones, Andy Samberg y Elijah Wood
