DVD: Metal y hueso de Jacques Audiard
Jacques Audiard, gran valor del cine francés, plasma en Metal y hueso un melodrama sentido con aire trágico pero sin golpes bajos. / Por Pablo Conde
-
El sol de la Costa Azul francesa baña de luz las historias de dos personajes en cortocircuito: Alí, que llega a Antibes junto a su pequeño hijo Sam para refugiarse en casa de su hermana, huyendo de un pasado que no conoceremos en detalle, y Stephanie, entrenadora de orcas en conflicto con su pareja, su sexualidad y la vida en general. Alí cambiará de trabajo como de camisa, desatendiendo a su hijo, endeudándose con su hermana. Stephanie sufrirá un accidente que la mutilará gravemente.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=vyAJDL3mTxI[/youtube]
Combinando un par de cuentos del escritor Craig Davidson, Audiard logra una particular y cruda historia de amor, uniendo dos insondables soledades, marcada por los elementos. Aquí, el agua es esencial para el director, la gran catalizadora de cambios en las vidas de sus personajes, desde el accidente hasta la primera zambullida en el mar a modo de limpieza –literal y figurada– de Stephanie, a la cabal aceptación de su condición de padre de Alí. Lo mismo pasa con el hielo, que en un principio ayuda a su protagonista a deshinchar una mano, para después volverse en su contra, transformarse en un terrible obstáculo. También la fuerza bruta se vuelve omnipresente, sobrevolando la vida de Alí como un perfil más de su personalidad, una parte indivisible de su yo más profundo, violento de manera cruda, instintiva y de manera racional, encontrando en las peleas callejeras una solución al deambular de trabajo en trabajo. Dinero fácil, moretones inevitables. Por su lado, Cotillard se lleva las palmas, brillando aún más al presentarse a cara lavada, ajada, rota en la construcción de ese personaje abnegado, que empieza dejándose llevar por la inercia de los hechos más que por las ganas de vivir, y que va floreciendo de forma evidente a medida que su propia pérdida se transforma en solo un detalle de la nueva Stephanie, en una versión mejorada, si se quiere, al redescubrir su propia sexualidad, recuperando el erotismo, volviendo a conocer ese cuerpo ahora mutilado a partir de la interacción física –y sentimental– con el otro.
Con una historia atractiva por la construcción de sus personajes, Jacques Audiard, artista mimado del cine francés, cambia de registro con facilidad –algo que se puede comprobar con solo revivir sus anteriores Un profeta y El latido de mi corazón–, trabajando ahora con elementos del melodrama, pero manejando con destreza los golpes bajos. Sí, pasan cosas terribles, pero al final –y en el medio, también, por supuesto– siempre sale el sol.
-
Metal y hueso
De Jacques Audiard
Con Marion Cotillard y Matthias Schoenaerts
(Blu Shine)
