“El teatro es un arte de un potencial enorme.” Entrevista a Matías Feldman

El interesante dramaturgo y director propone otra de sus pruebas escénicas. Esta vez es el turno de El Hipervínculo, una obra de larga duración y gran despliegue actoral en el que distintos relatos fragmentados se multiplican desafiando la percepción sensorial de los espectadores.

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles
5 min readJul 10, 2018

--

Por Alejandro Lingenti

Hoy la cantidad de información es inconmensurable, la velocidad de la circulación de imágenes es abrumadora. Editamos lo que nos rodea de una forma muy particular. Vivimos en un capitalismo de la información. Los tiempos de atención son mínimos, surfeamos sobre la superficie antes que bucear, buscamos intensidad, luego nos deprimimos y subimos fotos a la red”, argumenta Matías Feldman a la hora de hablar de las motivaciones que lo llevaron a pensar en la puesta del séptimo capítulo del ambicioso Proyecto Pruebas que viene desarrollando desde 2013. El Hipervínculo (Prueba 7), que se estrena el miércoles 18 de julio en la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín, trabaja sobre los nuevos modos de percepción: perspectivas que se distorsionan y multiplican, relatos fragmentados, multitasking. El espectáculo es el resultado de un proceso de escritura encarado de arranque con el deseo de investigar y reflexionar sobre estos fenómenos. Más para entenderlos que para ofrecer un diagnóstico definitivo o elaborar un juicio inapelable.

“El teatro no tiene la lógica de Netflix, que te permite parar de ver y retomar cuando querés. Va a contrapelo de esa tendencia. Y es un arte de un potencial enorme”

Feldman desembarca en el San Martín con una obra de una magnitud importante: veintinueve actores en escena, una narración que agrupa tiempos históricos distintos, ciento ochenta cambios de vestuario y una duración cercana a las tres horas. “En líneas generales, el teatro actual parece haberse acomodado a las necesidades del capitalismo financiero: todo lo más rápido y liviano posible, obras pequeñas, montadas con pocos recursos y de consumo veloz”, remarca Feldman.“Al mismo tiempo, los que escribimos y dirigimos teatro estamos un poco afuera del mundo de los ‘artistas’. Como si la nuestra fuera apenas una pericia técnica, mientras que aquellos que trabajan cruzando ese umbral quedan habilitados para ser parte del ‘campo del arte’. En ese contexto, está bien empezar a vampirizar esas estrategias, a implementar esos cruces desde el propio teatro, que siempre es lento y pesado porque implica ensayos, cuerpos presentes, que un espectador esté un tiempo prolongado sentado en una butaca prestando atención completa a lo que ve y escucha… El teatro no tiene la lógica de Netflix, que te permite parar de ver y retomar cuando querés. Va a contrapelo de esa tendencia. Y es un arte de un potencial enorme”.

Justamente con ese potencial abarcador en mente, Feldman armó en El Hipervínculo (Prueba 7) un patchwork demencial, en el que la proyección de una pintura de Brueghel se cruza con la rigidez mecánica de un pelotón de bolcheviques, los antojos de una niña fascista que explota a una esclava negra y el asombro alucinado de un personaje que huye por un rato de La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp, el célebre cuadro que Rembrandt pintó en 1632. Mucha información volcada en escena, algunas veces en simultáneo, para reproducir en una ficción gigantesca y abigarrada una lógica que abruma pero también impone un nuevo modo de mirar. “Nos preguntamos qué está ocurriendo perceptivamente en un espectador contemporáneo que todo el tiempo es bombardeado por una cantidad de información e imágenes inconmensurable”, dice el director.“Hoy tenés la posibilidad de estar con una computadora linkeando información a repetición, o ves una cosa detrás de otra en Instagram, sin tiempo para digerir demasiado ni vincular esos contenidos entre sí. El espectador contemporáneo, entrenado en este panorama de enorme yuxtaposición de ideas, imágenes y textos, ya hace su propia curaduría de todo ese material. Ahí también hay una zona de control: alguien se sienta, pone una serie de Netflix, la corta cuándo y dónde quiere… ¿Qué pasa entonces cuando ya hay un material previamente elegido que vos no podés editar? ¿Se banca? ¿Provoca?”.

En líneas generales, el teatro actual parece haberse acomodado a las necesidades del capitalismo financiero: todo lo más rápido y liviano posible, obras pequeñas, montadas con pocos recursos y de consumo veloz.

Al mismo tiempo, Feldman observa con nitidez que esas ficciones on demand cuyos tiempos de consumo ahora manejamos a piacere tienen casi siempre estructuras muy similares: “En ese menú de tanta heterogeneidad informativa, la mayor parte de las ficciones responde al canon aristotélico: tienen planteamiento inicial, nudo y desenlace, una unidad de sentido… Es decir, al interior de esas ficciones no hay yuxtaposición, hibridación, diversidad. Un espectador que percibe de una manera nueva sigue consumiendo historias más o menos cerradas, atadas a un tipo de narración normativo”.

La nueva obra de Feldman repetirá la lógica del resto de las pruebas que ha venido desarrollando en diferentes espacios (el club de teatro Defensores de Bravard, que creó con Santiago Gobernori y Juan Cruz García Gutiérrez hace ya diez años, la sala El Perro, la galería de arte Prisma, donde Vivi Tellas descubrió el proyecto que terminó llevando al Teatro Sarmiento que hace un tiempo dirige): un proceso largo de búsqueda llevado adelante en los ensayos, el espectáculo que surge a partir de esa investigación, una bitácora y un workshop. El objetivo esta vez fue crear una tumultuosa ficción oceánica en la que hay más acumulación sensorial que puramente narrativa, apelando con férrea convicción a la materia teatral, a la potencia de los cuerpos en escena. “La obra tiene una dinámica hipervincular: una cosa que lleva a otra y a otra y a otra, es medio arbóreo el desarrollo. Hay algunos niveles de hipervinculación evidentes y otros más subterráneos. Ese es uno de los ejes de esta prueba: ponemos elementos muy distintos uno al lado del otro para generar una multiplicidad de sentidos, para que el espectador genere sus propios hipervínculos. No controlamos. Dejamos que el espectador arme su propia red, su propio montaje. En la oferta ficcional del capitalismo persiste un imaginario decimonónico. Daría la sensación de que las vanguardias y la posguerra del siglo XX fueron al pedo, porque en términos de producción simbólica, todo parece tener la misma estructura”.

El Hipervínculo (Prueba 7)
Escrita y dirigida por Matías Feldman
Con Luciano Suardi, Maitina De Marco, Mara Bestelli, Delfina Dotti, Eddy García, Paco Gorriz, Walter Jakob y más.
Estreno miércoles 18 de julio.
Miércoles a domingos a las 20 hs en la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530, CABA)
> https://complejoteatral.gob.ar/ver/el-hipervínculo

--

--

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles

El medio para los que hacen — Música, cine, libros, artes y más.