Elecciones 2013: Tiempo de alianzas
Octubre no está tan lejos. Comenzando por las primarias de agosto, ya empezó a configurarse un fixture de alianzas contranatura y rosqueríos varios de cara a las próximas elecciones legislativas. / Por Alejandro Bellotti
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En la conformación de ese puzzle elástico llamado alianza electoral, los armadores políticos, ases de la rosca pasillera, se las ingenian para llegar a las primarias de agosto con listas competitivas. La primera nota la dieron en el veranito marplatense el golden boy Prat Gay y Donda la pecaminosa. Semanas después, Pino Solanas mostró su destreza para navegar a dos aguas al galantear con la sacerdotisa del Chaco, doña Carrió, después de cerrar con el MST. “Lo que planteamos acá es que por encima de los colores partidarios e ideológicos están los valores y principios éticos”, dijo Fernando, ungido con la sonrisa destellante de la ex UCR.
En el PRO, un espacio gestado por retazos partidarios, ya están acostumbrados a tirar línea para ver qué pica. Ante la imposibilidad de instalar en la provincia a dos gomazos como Carlos Melconian y Guillermo Montenegro, y frente a la intención del viejo aliado De Narváez de flirtear con el sciolismo, ficharon a Gustavo Posse, el mandamás de San Isidro; les falta definir si finalmente Roberto Lavagna aceptará ir en la ciudad como candidato a senador. Por lo pronto Macri confía en las habilidades de Emilio Monzó para abrochar algunas figuritas rentables como Alfredo de Angeli (Entre Ríos), Javier Mac Allister (La Pampa) y Héctor Baldassi (Córdoba).
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Como sea, y más allá del espanto que genera en la clase media constipada tanto franeleo, las alianzas contranatura son parte de un juego que requiere ganar elecciones para reproducir la maquinaria partidaria.
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Por el lado del radicalismo, sus líderes se debaten entre volver a las fuentes (¡?), o transar con el que venga. Escudado en el fantasmita bobo del riesgo institucional y el autoritarismo chavista de Balcarce 50, Ernesto Sanz no descartó incorporar al Pro y al PJ disidente para enfrentar al kirchnerismo. El estómago blindado del senador también es patrimonio de Julio Cobos, quien avala los acuerdos ya que “la gente está pidiendo unión”. El alfonsinismo, si bien concuerda con alianzas progresistas (Margarita Stolbizer), rechaza fumarse –otra vez– a la centroderecha.
En la Rosada será una vez más la presidenta la gran electora. Esto es minuto a minuto, pero por ahora todo indica que acordará con Scioli para las listas, y entonces Alicia K encabezaría para diputados. En el resto del país –menos en tierras de De la Sota y Peralta– confían en que recibirán el apoyo de todos los gobernadores, incluido el niño mimado de Salta, Juan Manuel Urtubey.
Como sea, y más allá del espanto que genera en la clase media constipada tanto franeleo, las alianzas contranatura son parte de un juego que requiere ganar elecciones para reproducir la maquinaria partidaria. El bondi eleccionario ya puso primera, y hay asiento para todos.
