“Empezar de cero”, de Jimi Hendrix
Hasta que su familia se hizo cargo de su legado post mortem, pocas obras discográficas habían sido tan maltratadas como la de Jimi Hendrix. Grabaciones de ensayos, ediciones de discos como ladero de Little Richard cuando aún no era famoso, tomas descartadas: nada que no se haya visto con anterioridad y algo que volverá a suceder con otros artistas, pero un hecho condenable si tenemos en cuenta el afán perfeccionista del primer zurdo rockero famoso que dio la ciudad de Seattle.
Sin embargo, esa carroña discográfica con la obra de Hendrix no es aplicable al mercado bibliográfico. Si bien los libros sobre su figura abundan, los volúmenes clave son pocos: el indispensable Crosstown Traffic de Charles Shaar Murray (un libro que, como el Revolution in the Head beatle de Ian MacDonald, trasciende el objeto de análisis para transformarse en un fresco de los años 60) y Jimi Hendrix: La biografía de Charles R. Cross, quien también supo dar cuenta de las desventuras de Kurt Cobain, el segundo zurdo rockero famoso de Seattle. A estos dos libros habrá que sumarle, en un tercer y merecido lugar, Empezar de cero.
Empezar de cero se lee con la voz del violero en off contando su vida. Y dar con ese tono parece un trabajo sencillo, pero no lo es en absoluto.
Hay que pensar entonces en el tono de este libro como un equivalente a cualquier otro de cualquier colección de In His Own Words o, para poner un ejemplo local, al Cerati en primera persona de Maitena Aboitiz. Esto significa que el narrador, en este caso y de manera cronológica, es el propio Jimi, desde su infancia hasta su muerte en Londres el 18 de septiembre de 1970. De esa aclaración en el prólogo, y de la curaduría y posterior ordenamiento de los textos (diarios, entrevistas, papeles sueltos) de Hendrix, se ocupó el cineasta Peter Neal. Y su intención de que el registro escrito tenga la cadencia de un documental se cumple en un cien por ciento. Empezar de cero se lee con la voz del violero en off contando su vida. Y dar con ese tono parece un trabajo sencillo, pero no lo es en absoluto.
Asombra aún hoy la visión afroamericana cósmica que tuvo Jimi en vida (“Quiero ser el primer hombre que escriba sobre la escena musical en Venus”), heredera de las de Sun Ra y John Coltrane, y continuada luego por George Clinton y Lee Perry. También su pasado como paracaidista en el ejército de los Estados Unidos (“Tuve suerte de salir cuando lo hice, porque Vietnam se acercaba”), su amor por Suecia, su agotamiento físico y mental producto de su rutina de grabaciones más las giras más su estilo de vida, y su subestimado talento como letrista. Releer la poesía de “Burning of the Midnight Lamp”, por ejemplo, ayuda a poner esa faceta de Jimi Hendrix en el mismo plano que su probada destreza con la guitarra. Y eso no es poca cosa.
-
Jimi Hendrix
Empezar de cero
(Sexto Piso) 240 páginas
Traducción de Raquel Vicedo