“En dosis diarias I”, de Montt

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles
Published in
3 min readFeb 6, 2015

Montt, desde su Dosis Diarias, el blog donde subía una viñeta por semana y después una por día (un webcómic que ha sido editado por De la Flor y ahora llega en la versión de Sexto Piso), logró una forma de comedia seca, pero que sabía rozar, con igual intensidad, el saber popular, la puesta bajo el microscopio del “lugar común”, desarticulando la solemnidad de algunos íconos (Dios, Iron Man, los zombies, etc.). Su modo, el que le ha dado fama como historietista en la línea de Liniers (y que alterará en su próximo proyecto, Achiote), consiste en la viñeta unitaria a color donde, generalmente, no hay uso de globos y los colores son planos, sin sobrecarga de información: por ejemplo, se lee, antes que la imagen, “No es fácil ser Midas”, y abajo, siempre con esa nariz larga y puntiaguda que Montt dibuja, se puede ver a Midas, frustrado en el inodoro, diciendo “Demódice, pásame otro rollo por favor”. Ese modo, que ha devenido su estilo, él lo define como “la repetición de las incapacidades en el tiempo”. Montt: “Cuando dibujo trato de facilitarme las cosas y emplear el menor tiempo posible. Intento usar la cantidad de recursos necesaria y exacta para que la viñeta se entienda. Entonces, la simplificación se ha convertido en un estilo. El tipo de humor es el que me gusta consumir a mí. Aquel que no te da la información completa y requiere que haya un esfuerzo de tu parte”.

“El absurdo es una de las mejores formas de enfrentarte a una realidad con la que no estás del todo conforme. La capacidad del ser humano de reformular su relación con su entorno a partir de ideas abstractas es fantástica y me gusta pensar que una imagen puede gatillar eso.”

En ese proceso, ¿hay un límite para la humorada o el chiste? “Mi límite es no joder a alguien por algo que esa persona no ha elegido o no puede modificar. Cualquier cosa que se pueda cambiar, como una idea, tendencia política, religión o gusto personal, puede ser blanco del humor o la crítica”, aclara.

Batman, tomates fascinados con kétchup, Sherlock Holmes hablando de quesos (“Emmental, Watson”), pingüinos que satisfacen su nostalgia mirando el interior de la heladera… ¿Cómo funciona la articulación de ese sentido del absurdo con motor ultrapop? “Creo que viene de aquellas cosas que me invitaron a tener una mirada crítica de la realidad. El absurdo es una de las mejores formas de enfrentarte a una realidad con la que no estás del todo conforme. La capacidad del ser humano de reformular su relación con su entorno a partir de ideas abstractas es fantástica y me gusta pensar que una imagen puede gatillar eso.

Pero si hay un rasgo que define su obra, es su uso como personajes de Dios y el Diablo: “Crecí en Ecuador, donde el pensamiento mágico es cotidiano. El sincretismo religioso español e indígena viene cargado de un imaginario y una cosmogonía en donde ángeles y demonios están visualmente muy presentes. Era inevitable usar esos dos personajes que vienen con una enorme cantidad de información particular, para hablar de cosas que me atañen y que funcionan dentro de la temática base de mi trabajo, la dualidad y las relaciones”.

-

En dosis diarias

Montt
En dosis diarias I

(Sexto Piso) 148 páginas

--

--

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles

El medio para los que hacen — Música, cine, libros, artes y más.