Encuentro con Denis Villeneuve, director de Blade Runner 2049

El director canadiense puse pie firme en Hollywood y llega con su desafío más grande: la secuela del clásico de Ridley Scott.

Los Inrockuptibles
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5 min readOct 3, 2017

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Por Clémentine Goldszal

Ryan Gosling en Blade Runner 2049

La entrevista con Denis Villeneuve estaba pautada en días en los que el canadiense de 49 años estaba terminando la postproducción de Blade Runner 2049, la continuación muy esperada de la película de Ridley Scott que salió hace treinta y cinco años. Un reconocimiento para este apasionado de la ciencia ficción, y la continuación lógica de una carrera que ya era muy impresionante por su ascenso constante y estable.

Desde su primer largometraje, Un 32 août sur Terre, en 1998, Denis Villeneuve filmó ocho películas, de las cuales las últimas cinco fueron en inglés y en los últimos cinco años. Este acelere repentino corresponde a su migración profesional de Canadá hacia Estados Unidos, de la pequeña economía del cine quebequés a la gran máquina de sueños hollywoodense.

El gran giro se dio en 2010, cuando se estrenó Incendies, un fresco de más de dos horas sobre una búsqueda de identidad, que colocó a Denis Villeneuve en todos los radares. Sí, claro, ya había llamado la atención con sus películas anteriores en la Quincena de Realizadores en Cannes o en el Festival de Sundance, y había sido celebrado en Canadá en 1991 como un joven prometedor tras su participación en La Course destination monde, programa de televisión en el que se enviaba de viaje a jóvenes durante seis meses con la única obligación de producir, una vez por semana, un cortometraje sobre sus aventuras. Pero con Incendies hace su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Venecia, es nominado a los premios Oscar en la categoría Mejor Película Extranjera, es cortejado por los peces gordos hollywoodenses… Para André Turpin, el director de fotografía de las primeras películas de Villeneuve y su fiel amigo desde hace casi treinta años, se trató de un destino manifiesto: “Su recorrido no me sorprende para nada. Para mí, siempre estuvo claro que dirigiría películas en Estados Unidos”.

Denis Villeneuve en el set

Sin embargo, cuando los dos se encuentran en el microcosmos del cine montrealés en los años noventa, todavía todo está por ser construido. “Antes de mediados de los años 60, y de los primeros largometrajes de ficción de Gilles Carle, solo había documentales en Quebec”, cuenta el propio Denis Villeneuve. “Cuando estaba en la facultad, en los años 80, con André y todo nuestro grupo, la gente que nos enseñaba cine no había tenido profesores.”

En un país en el que todo debe ser inventado, Villeneuve, Turpin y su banda de cinéfilos apasionados filman como locos. Primero clips, después cortometrajes experimentales. André Turpin recuerda: “Cuando terminamos la Universidad, nos volvimos más cercanos. Trabajábamos todo el tiempo juntos, teníamos largas conversaciones sobre las texturas de las imágenes, hablábamos de objetivos, de movimientos de cámara, de profundidades de campo. Para Maelström (2000), su segunda película, nos inspiramos en Happy Together (1997), de Wong Kar-wai. Pasamos horas preguntándonos cómo había logrado esa imagen su director de fotografía”.

Sylvain Bellemare, ingeniero de sonido en La llegada y amigo de juventud de Villeneuve, hizo un análisis similar: “Denis es alguien que absolutamente quiere trabajar la forma en el cine, pero se cuida mucho de que no absorba el relato.”

Parece que ese fuerte deseo de cine, alejado de las ambiciones experimentales y radicales de la juventud, al que se le suma la preocupación por el guion, es lo que tanto sedujo a Hollywood. Ya que aunque las películas estadounidenses de Denis Villeneuve (Prisoners en 2013, Sicario en 2015, La llegadaArrival– en 2016) tengan la apariencia de cine de género marcado por la herencia de Fincher, Spielberg o Soderbergh, el quebequés se volvió maestro en el arte del desplazamiento, de la elusión, logrando aportar a cada maquinaria una mirada sesgada. “En el cine, para nosotros, hay un fuerte espíritu de grupo”, explica Denis Villeneuve. “En el plató, todo el mundo habla fuerte, la jerarquía es bastante lábil, como una banda de amigos que hace una película. Es positivo y muy diferente de la manera híper jerarquizada de los grandes estudios. Mientras que muchos directores hollywoodenses son a veces como militares, a mí me gusta compartir la creación, recibir ideas. Puede parecer anodino, pero crea otra dinámica”.

“Disney, Marvel y compañía tienen tendencia a contratar a directores poco experimentados que suelen desaparecer después. Entonces aquí no doy nada por sentado. Después de Sicario, me siento un poco más sólido, pero es muy reciente.”

Sin embargo, cuando desembarca en Hollywood, coronado por el éxito de Incendies, para dirigir Prisoners –un guión que andaba dando vueltas hace rato entre distintos productores pero cuyo potencial de serie B asustaba a todos–, Villeneuve no sabe muy bien qué hacer: “Llegué con muchos miedos. Tenía en mente un montón de historias horribles sobre directores extranjeros que fracasan en Hollywood. En Quebec nos miman, hay bastante dinero y una gran libertad de creación, pero tenía deseos que no podía realizar ahí. Hay algo de asfixiante en esa pequeña sociedad.”

Una vez no hace hábito; la sorpresa es grata: los productores de Prisoners son conocidos por su amor por los directores y le dan mucha libertad. La película es un gran éxito y hace que su nombre se vuelva muy deseado: “Este logro me dio un crédito enorme y me abrió muchas puertas, analiza. Después de cada película, fui ganando autoridad.”

El éxito le permite rechazar los muchísimos blockbusters que se le propusieron y que él identifica, en seguida, como trampas: “Disney, Marvel y compañía tienen tendencia a contratar a directores poco experimentados que suelen desaparecer después. Entonces aquí no doy nada por sentado. Después de Sicario, me siento un poco más sólido, pero es muy reciente”.

Y después, el proyecto Blade Runner 2049. Con Roger Deakins, su director de fotografía (fiel colaborador de los hermanos Coen, entre otros), Villeneuve pasó semanas trabajando en el guión bajo la forma de un story-board, antes de la filmación de la que guarda un recuerdo emocionado. “¡Hicimos cosas muy locas para esta película! Escenas técnicamente muy complejas.”

Bebe su segundo expreso, se excusa por tener que irse tan rápido, pero se toma el tiempo de decirnos antes de levantarse: “En todo caso, para bien o para mal, cuando miro la película hoy tengo la sensación de que es muy cercana a mí”.

Blade Runner 2049
De Denis Villeneuve
Con Ryan Gosling, Harrison Ford y Jared Leto
Estreno en la Argentina jueves 5 de cotubre

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