Entrevista: 107 Faunos vuelve con “Madura el dulce fruto”

A diez años de su debut, 107 Faunos tiene listo “Madura el dulce fruto”, un quinto disco marcado por una evolución sonora, sin cambiar su identidad. Los platenses hablan de sus nuevas maneras de producir y de su mirada sobre la escena del rock actual, mientras relativizan el concepto de maduración del artista.

Los Inrockuptibles
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11 min readSep 13, 2018

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Por Nazareno Brega / Fotos Martín Bonetto

ENTREVISTA > Hay una evolución musical muy notoria en Madura el dulce fruto.
Javier Sisti Ripoll: Uno suma experiencia en la vida. Este disco lo hicimos nosotros, a diferencia del disco anterior, que lo grabamos en estudio ajeno, con productor ajeno, con el tiempo corriendo y con gente externa mirando. Disco de laboratorio no implica prolijidad. Y se nota si tenés un productor que te dice todo que no.
Mora Sánchez Viamonte: Esta vez nos hicimos cargo nosotros de la producción. Me parece que en Últimos días del tren fantasma sentimos la presión de grabar en un estudio y le dejamos más la producción a otra persona. Acá nos tomamos revancha de eso e hicimos todo como queríamos, pero con un sonido mejor. Este disco tiene mucha posproducción. Estuvimos trabajando bastante en lo tímbrico. Tiene algunos matices que se parecen más a Creo que te amo.
Pipe Quintans: Tener un estudio es peligroso porque manejás otros tiempos. Si vos pagás un día de estudio ya sabés que ese día tenés que sacar las cosas sí o sí. De alguna manera sale. Pero acá sabés que podés volver el fin de semana siguiente y listo. Igual pudimos probar más cosas. Este disco consigue ir más profundo en la intensidad de la canción. No necesita esa energía… Se permite ser tranquilo sin ese miedo, que veo mucho en las bandas que conozco, de sentir que un tema no le va a gustar a la gente porque es un bajón.

Hay letras de la banda que describen momentos, otras eran postales de paisajes urbanos y también tienen aventuras románticas… Pero hay algunas muy crípticas, como por ejemplo ahora “Dunedin”, que uno asume que es sobre el sonido de Flying Nun Records, pero de eso capaz que se dan cuenta tres personas nomás.
JSR: Hay una línea clara en todas las letras. En este disco traté de retratar a la persona que era cuando salí del secundario y quise tener una banda. Hablan bastante de eso, como por ejemplo “Buzo con capucha” o “Besar la medallita”. Hablan de esos momentos de mi vida. “Dunedin” es un jugueteo irónico sobre el indie rock. Y creo que las cien personas que van a ver a los Faunos lo van a entender. No hacemos música para otras personas. La canción está inspirada en un hecho cotidiano. Nos hicimos amigos de unos chicos y chicas de Perú e íbamos a una cevichería que se llama Punto Azul. Eran los únicos que conocía que tenían vinilos, cassettes y CDs de Flying Nun, eran fanáticos como nosotros. Y por eso le puse “vos y yo en Dunedin, yo y tú en Punto Azul”. Se la hice a un amigo. Y después le puse algo más universal y lo volví a la situación de una pareja que se va destruyendo. Capaz el que lo escucha entiende “vos y yo en Navidad”. Y creo que está bien que sea así. Si fuera consciente de lo que estoy haciendo al escribir las canciones, no podría levantarme y me quedaría aterrorizado en la cama sin hacer nada.

En una época de la banda escribías muy pocas canciones ¿Te pasaba eso?
JSR: Sí. Estuvimos como cuatro años parados. Yo hice cinco canciones en muchos años. Fue la conjunción de dos cosas. La mala experiencia que para mí fue el cuarto disco, donde cada uno llevaba por su lado sus canciones y se volvían cuestiones inopinables. Las canciones estaban cerradas y no había lugar para el diálogo. En Madura el dulce fruto volvimos a hacer composiciones conjuntas y otra vez hay canciones firmadas por dos o más personas. Escriben mucho más Félix (Sisti Ripoll) y Jota (Juan Pablo Bava). Eso pasaba mucho en la época en la que estaba Gastón Olmos en la banda, él era muy dinámico en ese sentido, pero después dejó de pasar. Ahora volvimos a componer de a varios y es más divertido llevar al ensayo una canción abierta para que todos opinen y podamos cambiar todo. Este disco tiene canciones muy distintas porque encontramos un millón de puntas por explorar que en un momento yo mismo tenía vedadas.

“Ahora que me di cuenta de que en el mundo adulto hace falta dinero, no me siento tan cómodo con el mote de banda de culto. Aunque siento que mi sueño de juventud está realizado.” (Javier Sisti Ripoll)

¿El disco lo produce Pipe o lo hicieron entre toda la banda? ¿Cómo fue la experiencia de haber grabado también en el estudio de Eduardo Bergallo?
PQ: Lo produjimos entre todos. Por ejemplo, viene Gato y dice que quiere hacer tal cosa y yo le digo que se me ocurre la mejor forma de llegar a lo que él quiere. Hay algunas ideas mías, pero a mí como productor me gusta ser el medio que los lleve a lo que quieren. Dentro de todo, yo tengo más facilidad con los instrumentos, entonces me traen la idea y vemos.
JSR: Cuando grabamos con Bergallo estuvo bien. Él entendía lo que queríamos hacer o al menos cuáles eran nuestras influencias. Nos tiraba algunas bandas de referencia. En un momento le dice a Pipe si escuchó lo que había hecho yo con una melodía y no lo entendía. Se ponían a tratar de sacarlo y se reían.

¿Cuál es la situación de Laptra? El sello se movió siempre como una gran pandilla. ¿Cómo es la relación con las demás bandas?
JSR: En Laptra hubo un formato que funcionó, pero ahora hay que evolucionar. Vamos a adaptarnos bien. También la música cambió mucho. La mayoría de la plata de Laptra la gastamos en fabricar discos. Y hoy eso está parado. No sabemos qué hacer con todo lo que está acá guardado, y encima este año no va a haber Festi Laptra. Sé que existe un sonido Laptra e influyó en un montón de grupos, pero creo que hoy se está deconstruyendo. Las distintas bandas nunca sonamos tan parecidas.
MSV: Se ven parecidas si hacías ese corte transversal al principio, cuando había muchas bandas nuevas con un solo disco. Pero creo que todas fueron buscando caminos diferentes por fuera de lo que parecía ser el imaginario de Laptra.
JSR: Para mí es increíble ver, acá en el estudio de Pipe, como los viernes y sábados a la noche están acá las bandas que llegan y se van a tocar. Me emociona mucho ver cómo usan como sede el estudio de Pavón. Viene Bestia Bebé, se van Las Ligas Menores… Ver a todas las bandas de Laptra activas me emociona. Pipe capaz que está más acostumbrado porque vive acá, pero este año que pasé mucho tiempo en el estudio y empecé a ver todo esto, sentí que estábamos copando todo. Los Faunos antes no estábamos tan metidos en eso.
PQ: Esta es la sede de Bestia Bebé, y Las Ligas Menores dejan las cosas acá, así que van y vienen siempre. Es chiquito Laptra. Son un montón de bandas, pero yo les conozco las caras a todos. Hay una mesa chica igual.

“Este disco consigue ir más profundo en la intensidad de la canción. No necesita esa energía… Se permite ser tranquilo sin ese miedo, que veo mucho en las bandas que conozco, de sentir que un tema no le va a gustar a la gente porque es un bajón.” (Pepe Quintans)

¿Escuchás mucha música nueva de acá? Por lo general los músicos están demasiado metidos en su propia escena y ni se enteran del resto.
JSR: Yo me formé y escuché todo. Tengo mis favoritos. En Perras on the Beach no hay nada para mí, pero el disco solista de Simón está bien. Usted Señalemelo está bueno, más allá de lo barroco. Panchito Villa, si bien responde a cierta tradición del rock nacional, me parece que tiene bastante actitud. Tengo una banda fetiche, El Club Audiovisual: son 100% escuela Laptra. Me gusta Boedo también, y Pyrámides. Me gusta lo último que está haciendo Violeta Castillo. Mis bandas preferidas son Queridas, una banda de dream pop de Rosario, Las Ligas Menores y Mujercitas Terror, que no es una banda nueva pero es un clásico y me emociona escucharlos. Un día vino a vernos Marcelo, de Mujercitas, y me dijo “ustedes son raros, eh”. Si los Mujercitas Terror te reconocen como raros, estás en cualquiera en serio.

Se cumplieron diez años desde 107 Faunos, el primer disco. El sonido de la banda cambió mucho comparado con Madura el dulce fruto.
JSR: Cambiamos nosotros. No cambió lo que pensamos de la música ni cómo la hacemos. Cambiamos nosotros y eso hizo cambiar el producto. No tenemos una mirada nostálgica sobre el primer disco. Fue decantando de años anteriores. Para mí no tiene diez años, tiene quince o dieciséis. Tiene cosas que hice cuando era chiquito. Fue un disco que mucha gente entendió y hubo otra tanta que no. Hay como una moralina que te acusa de llegar a los 30 y seguir haciendo lo mismo, como si buscaran que madures. Twitter es como tus padres, te dice que todavía seguís hablando de las mismas boludeces. Yo me pregunto si “Rap de las hormigas” es una canción madura. Hay un superyó gigantesco que funciona en la sociedad… El rock nacional son dos testículos gigantes hipertrofiados que aplastan la cabeza de la sociedad. Y recién ahora se están debilitando.

¿No se sienten parte del rock nacional?
JSR: El rock nacional es un concepto acuñado a principios de los 60 que se opone a otra cosa. Lo nuestro es rock argentino. Nacional es una cosa y argentino es otra. Yo empecé a escuchar rock cuando el rock nacional estaba en su apogeo, cuando la revista Noticias saca esos compilados en el 97. Ahí hay una “autoglorización” que es el pico, y el declive llega con Cromañón. Nosotros nunca tuvimos que ver con nada de eso, estábamos en otra desde el principio. Tenemos una manera diferente, foránea, de hacer las cosas. Cuando empecé, yo reaccionaba ante mis mayores. Hoy hay una tendencia en el rock hacia la retromanía. Y me parece que se están copiando cosas del rock nacional que ya eran malas y feas cuando se hicieron. Yo igual sé que nuestra música hoy ya es vintage.

“El rock nacional son dos testículos gigantes hipertrofiados que aplastan la cabeza de la sociedad. Y recién ahora se están debilitando.” (Javier Sisti Ripoll)

¿Por qué les costó tanto grabar el primer disco?
JSR: El proceso que tuvimos para llegar a tener un disco fue de diez años. Eran épocas diferentes. No había un público ni prensa y el proceso era más largo y mucho más difícil. Nosotros escuchábamos Pavement en el 95, y que recién hayamos sacado el primer disco en 2008 no significa que seamos más idiotas que los chicos de Perras on the Beach, que se juntaron e hicieron el primer disco mucho más rápido. La sociedad hoy está mejor preparada para entender eso porque esas pelotas del rock nacional de las que hablaba ya están desinfladas. En ese momento no existía nada. No había una escena indie. Había cosas aisladas. No estaba este nicho.

“La grabación del disco fue muy parecida a esta entrevista, poner rec y largarse a charlar.” (Mora Sánchez Viamonte)

¿Qué sentís hoy cuando escuchás el primer disco?
JSR: El primer disco dividió aguas. Atentó contra cierto canon establecido de lo que es la técnica, atacó a sus fundamentos. La técnica es la hija bastarda del talento. No me arrepiento de nada. El disco lo volvería a hacer igual. Conozco músicos que hoy son mainstream y ahora dicen que regrabarían todos sus discos. Yo no regrabaría nada. Creo que esas son de las mejores letras que hicimos. Además tampoco estamos hablando de cambiar la Constitución. Es una letra de rock…Yo me sigo sintiendo joven y veo esas letras como juegos de palabras, como un punto de fuga. Nuestras canciones plantean dicotomías o imágenes. Y en cierto sentido son nuestras letras más adultas. A las bandas les reclaman que maduren, pero qué sería eso. ¿Hablar de hijos, de no poder pagar la cuenta de luz? No entiendo eso. El rock es fantasía en general, es un mundo de fuga de la realidad. Las bandas de la psicodelia hablaban de unicornios, de hongos mágicos, de princesas… Y era gente grande. Nosotros hablamos de la realidad inmediata en muchas canciones. Y utilizamos imágenes que pueden parecer naives e infantiles como contraste.

Son una banda que recibe muchas críticas. ¿Cómo te llevás con eso?
JSR: “Mientras miro las nuevas olas, yo ya soy parte del mar”, dijo alguna vez Charly. Es una letra patética, pero me quedó a mano… Hay infinitas voces en contra. Una vez, en una página hicieron un ranking con las veinte peores bandas de la historia y estábamos nosotros. Pero también estaba Sui Generis, que debe ser de las mejores de la historia. Estaba Soda Stéreo, que puede ser de las peores, Callejeros… Para mí eso fue un orgullo, aunque me afecta mucho que me critiquen. A mí no me paga el Estado con su plata. Y yo no bardeo a nadie. Una vez semi bardeé a Louta y me pusieron “repudio total”… Tal vez somos la banda de culto más odiada que hay.

¿Te gusta sentir que 107 Faunos es una banda de culto?
JSR: Ahora que me di cuenta de que en el mundo adulto hace falta dinero, no me siento tan cómodo con el mote de banda de culto. Aunque siento que mi sueño de juventud está realizado. Me pasó después de que sacamos Creo que te amo e hicimos la película. Tenía una vida en la Capital, trabajaba en una película y estábamos haciendo Corazones de Bully… Era como que estábamos en un movimiento renacentista, sentía que la estábamos rompiendo. Ahí ya sentí que había cumplido el sueño. Después, por inercia, sale El tesoro que nadie quiere, que me pareció un buen back up de lo que nos había quedado, pero los tres años que siguieron, antes de Últimos días del tren fantasma, fueron muy malos. Y creo que elegimos un camino equivocado en el disco. Primero hicimos las maquetas y después fuimos a grabarlo. Hoy me parece una estupidez grabar dos veces el mismo disco. Esta vez llegamos con 32 temas y chau.

“A las bandas les reclaman que maduren, pero qué sería eso. ¿Hablar de hijos, de no poder pagar la cuenta de luz? No entiendo eso. El rock es fantasía en general, es un mundo de fuga de la realidad.” (Javier Sisti Ripoll)

Se suponía que este disco iba a ser doble, pero al final sale uno solo. ¿Qué pasó?
PQ: Después de grabar las bases de treinta canciones nos dimos cuenta de que era imposible hacerlo con las voces y las guitarras. Habíamos pensado en sacar un disco doble, pero era muy complicado grabar todo junto y elegimos las canciones. Tenemos las bases del próximo disco y hay que grabar guitarras, voces, teclados y arreglos. Va a salir el año que viene recién. Es un disco doble diferido, así que aprovechamos las canciones dos años.
MSV: Son discos hermanos igual. La grabación del disco fue muy parecida a esta entrevista, poner rec y largarse a charlar.

107 Faunos
Madura el dulce fruto

(Laptra)

> http://www.107faunos.com.ar/

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