Entrevista a Bobby Gillespie

Limpio y a los cincuenta años, Bobby Gillespie está más verborrágico que nunca (y eso es decir demasiado). Momento ideal entonces para ir a su encuentro, plantearle apenas un par de disparadores y dejarlo monologar a su gusto sobre política, sustancias, historia, edad y, por supuesto, More light, el mejor disco de Primal Scream en una década. / Por Thomas Burgel

Los Inrockuptibles
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6 min readJul 24, 2013

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ENTREVISTA> ¿Cómo describirías al joven Bobby?
Bobby Gillespie: A los quince era un dulce e inocente fan del punk rock, obsesionado por la música y el fútbol. Dejé la escuela a esa edad. Trabajé en una fábrica y en una imprenta: no era bueno en eso, pero no tenía otra opción. Al mediodía, en la pausa para almorzar, iba al centro de Glasgow, en donde en esa época había muchísimas disquerías. Caminaba por ahí, escuchaba todo lo que podía escuchar, compraba entradas para recitales en el Apollo, un lugar en el que tocaban todas las bandas. En el punk estaba la realidad social de nuestra generación, algo que nos hablaba directamente a nosotros. Se cantaban cosas duras. No había diversión. Era lo más sincero que se podía encontrar.

¿Qué tenías en la cabeza cuando empezaste a tocar?
Le dediqué toda mi vida al rock’n’roll. Éramos unos tipos jóvenes que tocábamos muy fuerte un rock lleno de energía, con todo el corazón y todo el alma. Lo único que queríamos hacer en nuestras vidas era publicar un buen disco y dar buenos recitales. Nada de amigos, de novias, de familia: todo lo que teníamos era el rock. Puede volverse una experiencia bastante egoísta, solitaria, incluso dolorosa. Pero al envejecer aprendí que se puede encontrar un equilibrio entre la vida dedicada al arte y la familia (tengo dos chicos, uno de nueve, otro de once). De cualquier manera creo que no nos convertimos en esos tipos que dan todo en su juventud y luego caen en el entretenimiento edulcorado: nuestras vidas todavía están dedicadas al rock’n’roll.

Diste mucho de vos mismo, de tu cuerpo, en una relación bastante estrecha con las drogas…
Si no hubiéramos descubierto el éxtasis, no habríamos descubierto el acid house, y si no hubiéramos descubierto el acid house, no nos habríamos encontrado con Andy Weatherall, y entonces no habríamos hecho Screamadelica. Las drogas jugaron su papel en Primal Scream, pero nunca escribieron las canciones en nuestro lugar. Las drogas estaban a menudo en las giras; me acuerdo de haber tomado anfetaminas durante la gira de XTRMNTR, pero creo que estaba limpio durante su grabación. Nos íbamos de fiesta los fines de semana, pero éramos serios en el estudio: enseguida nos dimos cuenta de que si estás muy drogado, sos incapaz de hacer cualquier cosa.

Pasaste los cincuenta…
Envejecer me gusta: soy un mejor artista, un mejor performer, un mejor songwriter que hace diez años. Viví un montón de experiencias, pasé por mil cosas que alimentaron mi arte. Un pibe de veintidós tiene la vida por delante pero no conoce todo eso, a lo sumo lo puede imaginar. Ya no creo más en esa idea de que se hace la mejor música cuando se es joven: More light, para mí, es uno de los mejores discos que jamás hicimos.

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“Tuve que ponerme a pensar quién era yo, en lo que hacía, en la persona que quería ser en el futuro. Y me volví sensato.”

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¿Te sentís más sensato que antes?
Mi mujer es una persona de carácter. Las mujeres con las que estaba antes no lo eran; eso no me imponía muchas obligaciones. Pero como mi mujer es fuerte, tuve que ponerme a pensar quién era yo, en lo que hacía, en la persona que quería ser en el futuro. Y me volví sensato. Participo mucho en la vida de familia. Ya no quiero ser solamente un tipo en una banda, quiero ser un buen marido y un buen padre, quiero ser responsable. Antes de tener a mis dos hijos, me había quedado en la adolescencia, un verdadero arrogante, un niño mimado. Y a partir del momento en el que tenés un manager que se ocupa de todo, que el sello discográfico gana un poco de dinero, todo el mundo te deja ser arrogante. Pero crecer no significa para nada perder la inocencia, la emoción que teníamos por el rock cuando éramos chicos: eso hay que conservarlo a cualquier precio.

Y la banda, ¿cambió con todos estos años?
Siempre fuimos sinceros, y creo que somos sinceros aún hoy. Creemos en lo que hacemos, tanto como MC5 estaba convencido de lo que hacía. Somos sus hijos, perpetuamos una tradición. Y creo que tenían una pureza que Primal Scream también tiene. No perderemos nunca eso. Podemos tener una familia, ser responsables, pero en lo que respecta al rock’n’roll siempre daremos todo lo que tenemos, nuestro corazón y nuestro alma. No pasa así con todas las bandas de rock. Tenemos una energía instintiva que nos lleva a escribir mejores canciones, a volvernos mejores artistas. Solo quiero volverme un buen artista. Hacer un arte que refleje perfectamente la manera en la que siento las cosas, y que pueda inspirar a la gente, que pueda darles placer. Todos estos años pasaron, y nosotros todavía estamos llenos de energía e ideas; no vamos a parar, queremos seguir siendo una banda progresista, que mira hacia adelante. Cuando pienso en todas esas viejas bandas que, cada noche, tocan las mismas canciones, en el mismo orden que en 1972…

¿Cuáles son las principales influencias de tus textos?
La principal influencia es lo que pasa en mí, mis esperanzas, mis dudas, mis angustias. Pero también miro mucho lo que pasa alrededor mío. Y estos últimos cinco años, desde que no bebo ni tomo drogas, siento que me volví más lúcido, que comprendo mejor las cosas. Leí mucho, entiendo mejor cómo funciona el mundo. Esas son cosas útiles para una canción.

De hecho, siempre fuiste un cantante muy politizado. ¿Cuál es tu visión del mundo actual?
El libre mercado se volvió una religión, los gobiernos no tienen ningún poder frente a las multinacionales, se desmantela el Estado de bienestar, la precariedad toca cada vez más al mundo, la gente tiene que aceptar salarios de mierda porque no tienen opción: el mundo occidental en su conjunto viró hacia la derecha. Tengo la sensación de que algunos querrían volver al siglo XIX, cuando los trabajadores no tenían ningún derecho. Y todo eso es particularmente obra de Margaret Thatcher. Me puse contento cuando se murió, era una persona horrible. Pero lo ideal hubiera sido que su madre abortara en 1925, y que nunca escucháramos hablar de ella. Se murió pero no partió: sus ideas dominan nuestro mundo.

Decías que querían seguir siendo una banda progresista, que mira hacia adelante: ¿no tuvieron miedo de la trampa de la nostalgia cuando les propusieron la gira de Screamadelica?
Al principio. Pero volvimos a escuchar las grabaciones del álbum y sus arreglos, y nos dimos cuenta de que podíamos tocarlo diferente en el escenario, agregarle muchas cosas. Eso supuso bastante trabajo. Nos dijimos que si lo íbamos a hacer, lo íbamos a hacer corriendo el riesgo. Tenía que sonar como si hubiera salido en 2010 ó 2011. Y ya sabíamos que íbamos a trabajar con David Holmes, que teníamos algo nuevo en el horizonte: eso ayuda a ahuyentar la nostalgia.

[youtube]http://youtu.be/bdCraT9_wk4[/youtube]

¿Cuál era el ambiente en el seno de la banda cuando empezaron a trabajar en More light?
Había una nueva energía, y una suerte de sentido del deber. Enseguida nos dimos cuenta, al escribir las canciones, de que eran bastante buenas y de que trabajábamos en un álbum que iba a ser bueno. Trabajamos juntos hace mucho tiempo, esas cosas se sienten bastante rápido, instintivamente. Con “2013” o “Tenement kid” sentíamos que hacíamos algo nuevo, y nos emocionaba la dirección que tomábamos. Trabajamos mucho sobre las grabaciones, las fraccionamos, utilizamos compases diferentes en el seno de una misma canción, cosas a veces un poco free jazz, lo que es nuevo para nosotros. Queríamos un disco de rock moderno, estirar un poco la psicodelia, hacer estallar las estructuras, hacer canciones de siete minutos que fueran excitantes, pop y experimentales.

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MORE LIGHT
(Ignition/Sony)

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