“Es más divertido no prever nada y experimentar”

Siempre en contacto con sus emociones después de la sucesión de tragedias que marcaron su vida, Mark Oliver Everett, el carismático compositor a quien conocemos mejor como E, vuelve al ruedo inspirado por el caos del mundo de hoy. En el brillante “The Deconstruction” enciende la mecha por duodécima vez en la carrera de Eels, mientras pide que ahora lo pongan en el equipo de los optimistas.

Los Inrockuptibles
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8 min readMay 23, 2018

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Por Noémie Lecoq

Foto Piper Ferguson

Escondido detrás del nombre de un grupo que lo representa a sí mismo, prudentemente atrincherado detrás de la inicial de su apellido, Mark Olivier Everett, o más bien E, suele tener cierta reticencia a la hora de explicar su música, sus dudas y sus expectativas. Se obtiene mucha más claridad al leer su magistral biografía (Things the Grandchildren Should Know), o analizar minuciosamente las letras de sus canciones, que haciéndole preguntas frontales cara a cara.

Por esa razón resulta una agradable sorpresa encontrarlo con tantas ganas de hablar y tan afable en esta ocasión. Para romper el hielo, le preguntamos si se acuerda cómo fue que comenzó su pasión por la música. Y entonces el adolescente exaltado regresa a la superficie inmediatamente: “A los 16, mi hermana mayor me llevó a ver a Neil Young cuando hizo la gira de su álbum Rust Never Sleeps. Ese concierto me enseñó cómo se debe hacer un show y cómo no terminar nunca donde todos esperan que termines. Años más tarde vi otro concierto que me marcó muchísimo. Estaba con un amigo y decidimos ir en auto a Maryland hasta un autódromo en el que íbamos a poder ver a Leon Russell. Después de haber sido una súper estrella en los años 70, Russell estaba un poco en la decadencia. Pero seguía haciendo giras sin parar. No había casi nadie, era un domingo por la tarde. Pero hizo un show increíble, como si nada de eso lo afectara, aunque yo estoy seguro de que sí lo afectaba. Siempre pienso en aquel momento cuando las cosas no me salen tan bien o cuando el local en el que toco no está tan lleno y yo igualmente hago todo lo posible por hacer un show tremendo”, explica E.

Estar herido

Rechazar la autocompasión, sobreponerse a los traumas y domesticar los quiebres emocionales: en más de veinte años de carrera, muchas canciones de Eels reflejan los estados de ánimo de E, cuyo camino estuvo sacudido por sismos personales que podrían haber hecho saltar la escala de Richter: desde encontrar el cuerpo sin vida de su padre hasta el suicidio de su hermana, pasando por el cáncer de su mamá, la muerte de su prima en el fatídico 11 de septiembre y sus dos divorcios.

En el nuevo disco de Eels, The Deconstruction, una canción resume muy bien cómo E logra sobrevivir y hasta ser feliz. “Be Hurt”, dulce y emotiva, explica con tacto cómo sobreponerse al sufrimiento y los remordimientos para seguir adelante. E dice sentirse “muy lejos de ser un experto en los temas que abordo en mis canciones. A veces, me refiero a alguien preciso, pero siempre se trata de un mensaje destinado a mí mismo. Como un recordatorio que uso para no olvidarme de que debo intentar mejorar”.

“Sigo sin creer que no solo logré tener éxito con un disco, sino que lo hice con varios y también con las giras. Siempre me sacrifiqué por la música, y si tuviera que hacerlo de nuevo no cambiaría nada de lo que hice.”

Ya pasaron cuatro años desde la salida de The Cautionary Tales of Mark Olivier Everett, su decimoprimer disco de estudio, y esta pausa le vino bien. “Si hacés algo en exceso, al final te termina pasando por arriba. En mi caso, era demasiado trabajo durante demasiado tiempo. Era necesario un descanso. Llegué a creer que mi carrera había llegado a su fin. Ya no tenía las ganas, algo muy inusual en mí. Pero eso no me dio miedo. Simplemente tuve la necesidad de salir de todo eso por un tiempo”, reflexiona ahora E.

El cantante y compositor reconoce que “estúpidamente, no tengo ningún sentido del razonamiento y caí en el exceso inverso, es decir, la vida. Me dije a mí mismo que sería bueno tener una… Y traté el tema como si estuviera en una lista de cosas a hacer: encontrar un hobby, que fue en vano, casarme, una mala idea que no funcionó, y tener un hijo, esa sí la idea más maravillosa que surgió en todo este período. Ahora tengo un hijo y el título en inglés de mi libro por fin tiene sentido”.

El joven padre no dejó pasar la oportunidad para dedicarle una canción al nene: “Archie Godnight”, que aparece en este nuevo disco. Sobre este tema, E habla de todos modos con su ironía habitual: “Me doy un gusto. Me vino una melodía de canción de cuna y me dije que si John Lennon se permitió hacer una canción como ‘Beautiful Boy (Darling Boy)’, entonces por qué yo no. La diferencia es que yo no le puse steel drum a la mía”.

Lo que fascina del vasto repertorio de Eels es la destreza de equilibrista y la capacidad para mantenerse en el límite entre las ideas oscuras y maravillosas. Las canciones melancólicas están espolvoreadas con arreglos encantados y, en perfecta simetría, las melodías alegres son sobrevoladas por nubes negras que se atisban en el horizonte. Desde sus comienzos en los años 90, E mantiene ciertas constantes (sus lentes, su estudiada vellosidad, su songwriting inmaculado), pero también ha develado diferentes aspectos de su compleja personalidad.

Las mil caras de E

También conocimos al rockero platinado que tuvo su éxito con Beautiful Freak, al orfebre pop de Daisies Of The Galaxy, el bluesman abrasivo de Souljacker, al hombre con lentes de sol y calmo de Tomorrow Morning, al escritor talentoso de su autobiografía, al animador en recitales que se disfraza de fantasma de la ópera tocando un órgano monumental y al más reciente actor poco convencional en la serie Love de Judd Apatow.

Tras pasar los 50 años, su exigencia sigue siendo la misma. Así logra renovarse sin renunciar a sus ideales. “En la canción ‘The Deconstruction’, que abre el disco, cuento que pasamos una gran parte de nuestras vidas construyendo barrera para protegernos. ¿Qué pasaría si tiramos abajo todo eso? Al final, ¿qué queremos proteger? La inocencia, quizás. Me parece lindo intentar preservarla y mantenerla viva. Así empezó este proyecto”, recuerda el compositor y cantante.

“Me dije a mí mismo que sería bueno tener una vida. Y traté el tema como si estuviera en una lista de cosas a hacer: encontrar un hobby, que fue en vano, casarme, una mala idea que no funcionó, y tener un hijo, esa sí la idea más maravillosa que surgió en todo este período. Ahora tengo un hijo y el título en inglés de mi libro por fin tiene sentido.”

Interrumpido por tres entregas instrumentales, este duodécimo álbum de Eels fue grabado en gran parte en su estudio del barrio Los Feliz, en California, durante cuatro años entrecortados por varios períodos de descanso. Él dice que “la imaginación es más importante que el lugar en el que nos encontramos. Me hacen reír esas bandas que se van a grabar a Jamaica para después sacar un álbum igual a los que venían produciendo. El contraejemplo perfecto son los Beatles, que crearon una música extremadamente variada durante muchos años, estando siempre en la misma pieza de paredes blancas”.

En este disco descubrimos con gusto que Eels todavía controla el arte del riff, notablemente en la rutilante y amenazante “You Are the Shining Light”. “Es imposible describir lo que me conmueve en la música y lo que me mantiene indiferente. Lo que me marca con mayor fuerza es aquello a lo que no podemos ponerle palabras. No hay una receta ni una estructura en mi forma de componer. Busco los accidentes con suerte. No siempre es agradable imaginarse una canción antes de intentar tocarla de verdad, porque el resultado es casi siempre decepcionante cuando lo comparamos con lo que tenemos en la cabeza. Es más divertido no prever nada y experimentar”, admite E.

“Es imposible describir lo que me conmueve en la música y lo que me mantiene indiferente. Lo que me marca con mayor fuerza es aquello a lo que no podemos ponerle palabras. No hay una receta ni una estructura en mi forma de componer. Busco los accidentes con suerte.”

Como es habitual, antes de empezar a trabajar en su nuevo disco, el músico definió temáticas y sonoridades. Para The Deconstruction, el proceso fue más libre y espaciado en el tiempo. Esta vez, E dejó que sus ideas se desarrollen a su ritmo, dejando pasar a veces muchos meses entre dos canciones. Luego de unos cuantos años de macerado, recién consideró que podría sacar un disco nuevo.

La paz interior

La canción que cierra el disco, “In Our Cathedral”, y su mensaje de confort colectivo pueden sorprender un poco en una primera escucha. “Por supuesto, no tiene nada de religioso. Simplemente quería decir que existe un lugar en el que podemos refugiarnos en el interior de nosotros mismos. Podemos decidir ser felices y aceptar la realidad tal cual es. A veces es tan simple como eso: alcanza con tomar la decisión. Al mismo tiempo, es muy difícil mantener la motivación. Y tenemos que empezar de nuevo una y otra vez”, aclara E.

A pesar de los tropiezos y el caos, él sigue su camino hacia la tranquilidad: “Uno de los errores que cometí durante mi pausa fue el de pensar que todos esos años de dramas sucesivos habían quedado atrás y que las cosas se iban a calmar. Bueno, está bien, hubo un año en el que efectivamente tuve un poco de paz, me pude relajar, pero fue ingenuo de mi parte creer que eso iba a durar. Nada dura para toda la vida. Hay que aceptarlo. ¡Perdón por las malas noticias, muchachos!”.

E empezó en la música tocando la batería (“para poder esconderme detrás del instrumento”, dice), pero a lo largo de los años terminó convirtiéndose en un líder impresionante. Contrariamente a lo que hacen muchos artistas, que se contentan con reproducir sus éxitos, él se niega a dejarse ganar por la facilidad y encuentra un placer inteligente en el intento de seguir sorprendiendo. “Sigo sin creer que no solo logré tener éxito con un disco, sino que lo hice con varios y también con las giras. Siempre me sacrifiqué por la música, y si tuviera que hacerlo de nuevo no cambiaría nada de lo que hice. ¿Qué hacer después de eso? Todo lo contrario. Me daría horror retomar una idea que ya utilicé. Durante las giras, presto atención al más mínimo detalle: qué música va a sonar antes de que empiece el show, quién va a tocar como telonero… Es igual con el nuevo disco y su edición en vinilo. La etapa siguiente será la de pensar en cómo hacer para adaptar las canciones a los shows en vivo. No voy a intentar recrear las versiones de estudio”, adelanta E. Mientras esperamos para ver cómo llegará a los escenarios, The Deconstruction seguramente nos hará compañía durante un buen rato. <I>

Eels
The Deconstruction

(E Works)

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