Entrevista: Devendra Banhart

Con su octavo disco –Mala– recién editado, el cantautor venezolano-estadounidense Devendra Banhart habla sobre los tiempos de edición, la soledad y… Los Inrockuptibles. / Por Johanna Seban

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Tardaste tres años y medio en editar Mala. ¿Lo sentís viejo?
Sí, un poco. Me gusta mucho, pero ya me parece muy diferente de lo que quisiera hacer en este momento. Es algo que me sucede con todos y cada uno de mis discos: pasa demasiado tiempo hasta que finalmente se edita, y ya me queda medio viejo cuando tengo que salir de gira para promocionarlo.

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“Mi idea del paraíso es una habitación llena de amigos, donde nadie habla. Hay uno que lee, otro que escribe, otro que saca fotos. Estamos juntos, pero en silencio.”

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¿Qué aprendiste de tus numerosos viajes?
Aprendí que vale la pena explorar el mundo, y que se aprende mucho perdiéndose. Caminar es muy importante en mi vida. También aprendí a sentirme como en casa en cualquier parte. Hace once años que viajo, es parte de mi trabajo. Al principio me daban mucha envidia los músicos que pueden quedarse en su casa, pero aprendí a viajar. Por ejemplo, me encanta ir a París, y me gusta comprar la edición francesa de Inrocks en el kiosco, es una referencia para mí. Es como la manera que tengo de acomodar mi cepillo de dientes siempre del mismo modo en el baño del hotel. Esté donde esté, esa forma de acomodarlo me hace tener la impresión de estar en mi casa. Reencontrar la Inrocks es parecido, es como el cepillo de dientes del baño de mi vida.

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Parecés bastante solitario. ¿Te gusta esa soledad?
Siempre anduve un poco apartado. Pasé mi infancia solo. Venezuela es un país extremadamente peligroso. Caracas fue elegida la ciudad más peligrosa del mundo el año pasado. Allá no se puede pasear por las calles, hay que quedarse en casa. Entonces, después de la escuela, volvía a mi casa. Mi mamá estaba frecuentemente de viaje, y yo me quedaba solo. Hoy en día, como adulto, sigo siendo un gran solitario, no estoy muy dotado para los grupos, para los protocolos. Mi idea del paraíso es una habitación llena de amigos, donde nadie habla. Hay uno que lee, otro que escribe, otro que saca fotos. Estamos juntos, pero en silencio.

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MALA
(Nonesuch)