Game of Thrones: Temporada 7, episodio 4: The Spoils of War
¡Alerta de spoilers! Después del ataque despiadado de Cersei Lannister, Daenerys Targaryen decide contratacar en The Spoils of War, un episodio por fin desenfrenado, marcado por numerosos reencuentros.
Por Alexandre Buyukodabas
Después de la semana pasada cuando la oferta fue una precisa estrategia militar y revertir el balance de la “Guerra de las reinas” en favor de Cesei Lannister, Game of Thrones marca la mitad de esta séptima temporada con un episodio inusualmente corto y un poco esquizofrénico. Más compacto narrativamente, estrecho temporalmente y reencaminado espacialmente, desgrana de modo menor una serie de encuentros esperados, antes de hacer saltar la banca con una secuencia final que ya es antológica. El efecto contraste funciona a pleno y este “botín de guerra” la clava al ángulo.
Es sabido, el show de HBO tuvo que, en esta última recta, achicar los numerosos arcos narrativos trazados después de siete años y centrarlos todos en la triple polarización de Daenerys Targaryen en el sur, Cersei Lannister en el medio y Jon Snow al norte. Pero, por más esperados que fueran, las diferentes reuniones que tienen lugar de cada lado de Westeros tienen cierto gusto a ceniza, y la marca de tragedias pasadas no puede hacerlo desaparecer. Cuando Arya Stark finalmente regresa a Winterfell, no es reconocida por los guardias, que la toman como una vagabunda oportunista. Su hermana Sansa lleva sobre sus espaldas la carga de su mandato y su hermano Bran, de aquí en adelante El Cuervo de Tres Ojos dotado de visiones, ve parte de su humanidad desvanecerse. Los muros de la fortaleza nevada son los mismos, pero los fantasmas de los que ya no están borran el recuerdo de las risas de los niños que alguna vez los animaron.
La proximidad del desenlace también vuelve obsoletos a los personajes secundarios, y pone en aprietos a los guionistas que los multiplicaron en exceso a lo largo de la serie. Si bien a algunos les hacen decir adiós de buena manera (la de Meera, la protectora de Bran del otro lado del Muro, es bastante conmovedora), no se animan a deshacerse de los Littlefingers, Brienne de Tarth y otros brujos rojos que parasitan la intriga con viñetas puramente anecdóticas.
En Dragonstone, la posibilidad de una alianza entre Jon Snow y Daenerys Targaryen para luchar contra los White Walkers sigue en curso, aun cuando sobrevuela la cuestión de la soberanía de la segunda sobre el primero. ¿La revelación de sus vínculos alcanzará para armonizar sus recelos?
Mientras tanto, el Rey del Norte, convertido en espeleólogo, se relame ante tanto vidriagón a su disposición, y descubre la cueva de Lascaux de Westeros, cuyas pinturas rupestres revelan que el designio de los White Walkers era tan sufrido en tiempos del hombre primitivo como hoy.
Una misteriosa daga forjada en acero valyrio, que podría haber sido usada durante el intento de asesinato de Bran Stark, circula de mano en mano en Winterfell: Littlefinger la saca de la galera y se la da al Cuervo de Tres Ojos, quien después se la confia a Arya. Una regla narrativa establece que no se muestra un arma sin que tenga un propósito más adelante, y Jon Snow usó una espada forjada en ese material para matar a un White Walker…
Más al sur, la amenaza de un invierno eterno no es la mayor preocupación. Orgullosos de su sorpresiva victoria en Highgarden, los Lannister se apuran a enviar el botín de guerra a la capital para devolver los préstamos exorbitantes tomados por la familia con el Banco de Hierro. Cersei también cuenta con la ayuda de los financistas para modernizar su flota y su ejército. Todo sale de la mejor manera para la reina, hasta que de repente…
Los gritos se elevan más allá de la línea del horizonte, repleto de Dothrakis. Asustados por Daenerys Targaryen y su dragón, el ejército de los Lannister no tienen ninguna chance. El enfrentamineto es desequilibrado, sucio, manchado con barro y cenizas, pero Ser Bronn se las arregla para herir al reptil gigante, y Jaime Lannister demuestra un heroísmo exagerado. La derrota es severa. En diez minutos, los creadores de la serie consiguieron desarrollar la batalla que los fans estuvieron esperando desde el principio, y por fin dan rienda suelta al fuego del dragón.
Game of Thrones S7E4: The Spoils of War