Sucia estrella: Julian Casablancas en Vorterix

El cantante de The Strokes llegó a la Argentina con su banda The Voidz para dar un show opaco en Vorterix.

Julián Fernández Mouján
Los Inrockuptibles
3 min readOct 22, 2017

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Fotos Rodolfo Schmidt Otero

Algunos meses después de tocar para decenas de miles de personas con The Strokes en el Lollapalooza local, Julian Casablancas llegó a la Argentina (hoy toca en Córdoba) con The Voidz, la banda con la que intenta cultivar un perfil más retraído. A pesar de venir silbando bajito y el alto precio de las entradas, Vorterix estaba repleto.

Desde el minuto cero del show, Casablancas hizo a la perfección el papel del tipo desprolijo que reniega del rockstar. Al público, en su mayoría femenino y sub 25, no le importó su entrada lánguida al escenario, ladeando su cuerpo cabizbajo como quien no quiere la cosa: lo recibió con alaridos y gritos adolescentes que no bajaron su intensidad en toda la noche.

Julian Casablancas + The Voidz se abocaron a tocar las canciones de Tyranny (2014) y a estrenar varios temas de un disco nuevo planeado para 2018. ¿Se le puede reclamar canciones de The Strokes a Julian Casablancas? Es discutible. Sí faltó algo del genial Phrazes for the Young (2009), su primera incursión solista sin la banda actual. Digamos que no fue una noche plagada de hits.

El comienzo fue con el doble estreno de “Wink” y “We’re Where We Were”, primos cercanos del sonido poco amigable de Tyranny. Entre las novedades y los temas de aquel disco, The Voidz jugó toda la noche al anti recital. Cada canción cayó dentro de una bola de sonido complicada de asimilar, en un coqueteo constante con el hardcore y un metal posado. Inevitablemente, la cosa terminó por desdibujarse. Entre canción y canción, para colmo, el público tapaba con chillidos (se escucharon varios “¡Te amo!”) los balbuceos en inglés de Casablancas. Incómodo, al menos.

Jeramy Gritter

Por suerte, hubo espacio para una emotiva versión de “Instant Crush”, la balada que comparte con Daft Punk –por lejos, el punto más alto de la noche–. No hubo lugar para los bises: Julian Casablancas cerró su show corto y desprolijo con un saludo tímido y su andar cansino hacia los camarines.

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