Julian Casablancas deconstruye el pop con The Voidz
Cada vez más lejos del sonido de The Strokes, en “Virtue” Casablancas sigue volando en un ovni con su pandilla The Voidz.
Por François Moreau
En 2002, Julian Casablancas reconocía a esta revista que “siempre me gustó la música fronteriza entre distintos géneros. Me gusta que las canciones sean a la vez accesibles y físicas. Desprecio a los puristas, estoy seguro de que a ellos no les gusta la música. Lo único que ellos quieren es formar parte de una tribu, como los coleccionistas de estampillas”. Dieciséis años después, cuando se lanza Virtue –segundo disco de la pandilla adoptiva de un chico de Manhattan, The Voidz– suena a profecía cumplida: Casablancas se alejó del aquel sonido de Is This It esperado por los reticentes al cambio y convirtió en algo totalmente obsoleto toda idea de frontera musical. Y ahora se desliza por los intersticios, según él inexplorados, de la música pop occidental contemporánea.
Como Flying Microtonal Banana de los australianos King Gizzard & The Lizard Wizard, Virtue saca su fuerza vital en la búsqueda de harmonías que, paradójicamente, pueden sonar discordantes. Sobre todo, cuando el supuesto leitmotiv es permanecer en la órbita del mainstream y ser una alternativa decente a las producciones masivas: “Desde este punto de vista, ahora me atraen los cuartos de tono. Lo que me interesa son las notas entre las notas”.
Julian puede creerse John Maus y caer en las consideraciones aritméticas, que no significarían nada para el común de los mortales, y seguirá sin disimular las obsesiones melódicas que lo persiguen. Incluso descompuestos en partes, desarmados, remodelados, pasados por el filtro del autotune (increíble “QYURRYUS”), los motivos que Casablancas se pasó veinte años en edificar aquí se entrechocan como diversas relecturas pop de una obra que se deshace en una infinidad de matices.
La ira es tan penetrante e incluso, desde el punto de vista de las letras, más detallada y precisa que antes. Ahí reivindica el carácter contestatario de sus intenciones, denuncia la manipulación de las masas y se levanta contra los intereses financieros que llevaron a una forma de pop hegemónico, mediocre y desinteresado. Virtue no tendrá el éxito de Is This It, pero ¿qué mejor para denunciar al capitalismo que un suicidio comercial?
The Voidz
Virtue
(RCA Records)
