Las Ligas Menores da un paso adelante con “Fuego Artificial”

A cuatro años del debut, Las Ligas Menores redoblan la apuesta con Fuego Artificial, un segundo disco que vuelve a recurrir a los referentes de antaño y aleja a la banda del lo-fi primario.

Los Inrockuptibles
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3 min readMay 30, 2018

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Por Pablo Strozza

Fuego artificial, segundo disco de Las Ligas Menores, profundiza el abandono de la baja fidelidad, amiga alegre que había sido abrazada por toda la generación indie post-Cromañón por una cuestión más de necesidad que ideológica. Para estas bandas, encabezadas por El Mató a un Policía Motorizado y Los Espíritus en términos de masividad, ya no se trata de ejecutar el do it yourself modelo 1977 como un dogma religioso. El tiempo, y la evolución de las canciones y su sonido, llevan a que el refrán a ejecutar sea do it if you can: hacelo si podés, componé cada vez mejores y memorables canciones aptas para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero, o sea, para toda clase de público, sin fijarse en preconceptos. Una traición que va acompañada del crecimiento, algo inherente para cualquier ser humano. O, para ponerlo en la voz de Anabella Cartolano, “no quiero mirar atrás, si tropiezo no me levanto más, y tal vez sea mejor así…” (“Mejor así”).

Precisamente es la voz de Anabella lo que más se destaca en este disco: bien al frente en la mezcla, su tono a veces monocorde que puede remitir a la Rosario Bléfari más velvetiana de la primera época de Suárez está puesto al servicio de la melodía y actúa en perfecta interacción con la base rítmica y las guitarras, como se puede escuchar por ejemplo en “La paciencia”. Los referentes sonoros son los de siempre: esos héroes del rock estadounidense independiente del ascenso como Pavement, Yo La Tengo y Guided By Voices, a los que suman alguna cuota de post-punk pop (el inicio de “Segunda parte”, que cita y homenajea a “Close To Me” de The Cure, y lo mismo ocurre con “El galpón”, pero la referencia aquí es Three Imaginary Boys, el gran debut de la banda de Robert Smith) y el kiwi rock neozelandés de The Clean, The Chills y The Verlaines.

“Ni una canción” actualiza desde su letra a los slackers de los 90 con una postura más actual y 2.0 (esa canción que la protagonista prefiere no escuchar claramente sale desde una computadora y no desde un CD, por más que el hecho no se aclare en la letra) y tiene sin proponérselo destino tanto de hit como de himno generacional para esos desviados y rezagados que aún prefieren la apatía a la militancia activa, en cualquier ámbito. Un gesto más ideológico que retro, más allá de que venga de la casualidad, y que ubica a Las Ligas Menores como una banda lista para dar el paso que la saque del nicho indiegámico hacia un público más numeroso. Tienen las armas necesarias en forma de canciones y actitud para dar ese pequeño paso para un grupo de rock argentino, que conlleva un gran paso para la renovación del género. Ojalá que lo puedan llevar a cabo.

Las Ligas Menores
Fuego artificial

(Laptra)

> lasligasmenores.bandcamp.com

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