María Negroni hace hablar a Erik Satie
En “Objeto Satie”, la autora suprime las distancias temporales y encuentra una forma novedosa de asumir la primera persona del pianista francés.
Por Ana Bianchedi
“La cuestión no es la relevancia de Satie. Él es indispensable”, dijo alguna vez John Cage, suerte de hijo prodigio no reconocido del extravagante pianista francés. Y quien parece no discutir esa relevancia, sino basarse en ella para activar un perfil nuevo del compositor de las Gymnopédies, es María Negroni. Tal como lo hiciera con Joseph Cornell en otro libro, y recientemente en Archivo Dickinson (La Bestia Equilátera), Negroni completa una suerte de trilogía en la que toma prestada la voz de otros artistas y les construye una subjetividad pasada por su propio tamiz. O sea que en este volumen asume la primera persona de Satie para que accedamos como lectores a su humor tan refinado y a sus originalísimos razonamientos. Y lo hace de tal manera que despista: no sabemos si estamos leyendo a Satie o a Negroni.
El mérito de Negroni es entonces haber encontrado una forma de hacer hablar a otros que dinamite las distancias temporales o topográficas: en este caso, un estimulante paseo por la subjetividad de un artista que sigue teniendo una influencia gravitante en el arte.
Entre partituras, grafías, poemas visuales e “interludios” donde resuenan las voces de otros grandes artistas de su época como Duchamp o Man Ray, Satie se vuelve un objeto maleable que produce enunciados como si todavía estuviera entre nosotros –uno de los puntos más altos del libro son las esquelas que le envía a su amante Biquí, seudónimo de la promiscua pintora Suzanne Valadon, llenas de guiños sensuales y bellamente ridículos–.
El mérito de Negroni es entonces haber encontrado una forma de hacer hablar a otros que dinamite las distancias temporales o topográficas: en este caso, un estimulante paseo por la subjetividad de un artista que sigue teniendo una influencia gravitante en el arte. Ni ensayo de ideas, ni biografía, ni documento, o todo eso junto es Objeto Satie. Un libro sobre los procedimientos de apropiación en el que el protagonista felizmente se sigue escabullendo. El ensamblaje de circunstancias por las cuales una escritora se interesa productivamente por un artista y lo transforma en algo propio.
María Negroni
Objeto Satie
(Caja Negra) 104 páginas
Epílogo de Pablo Gianera
