Maxi Prietto habla del gran momento de Los Espíritus

2017 fue el año de mayor crecimiento para Los Espíritus. Maxi Prietto hace un balance de la inolvidable temporada que les tocó vivir.

Los Inrockuptibles
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8 min readFeb 14, 2018

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Por Nazareno Brega

Foto Luis Sens

Entrevista > 2017 fue un año inolvidable para Los Espíritus.
Fue un año muy intenso. El primero de enero ya teníamos los temas que queríamos sacar en Agua ardiente y nos pasamos las tres primeras semanas del año ensayando porque entrábamos al estudio la última semana. Estuvimos probando arreglos y cambiando cosas, porque la idea era grabarlo en vivo, sin tocarlo mucho después. Queríamos grabarlo en cinta y que tenga cierto sonido, pero sin muchas sobregrabaciones ni ideas locas de estudio. En los otros dos discos habíamos hecho lo contrario. Estamos escuchando muchos discos que suenan así y nos gustan mucho, como los de Junior Kimbrough. Así que fuimos probando los temas en distintos tempos y versiones antes de grabarlos. A principios de marzo ya teníamos listo el disco. Después fuimos con Mario Breuer, que pulió el sonido para que todo sea más contundente y más parejo entre tema y tema. Nunca paramos de tocar en ese proceso, porque en febrero y marzo todavía estábamos con la gira de Gratitud. El primero de mayo subimos Agua ardiente y ya arrancamos la gira nueva. Las bandas consagradas tienen la presión de hacer algo contundente. Tal vez por eso se toman tanto tiempo entre discos. Los grupos en crecimiento como nosotros podemos hacer algo más relajado y la gente acepta lo que estamos haciendo día a día.

Terminaron el año tocando en el microestadio de Argentinos Juniors ¿Qué explicación le encontrás al crecimiento de Los Espíritus?
Estuvo genial. Después del show me fui caminando a mi casa. Nacho Perotti está a cargo del crecimiento del grupo y nos arma las fechas. Hace unos años, cada vez que tocamos, propone lugares más grandes. Yo siempre le digo que no va a ir nadie. Nos pasó en Vorterix y se llenó. En Groove, lo mismo. En Flores, también. Llegó un momento en que le pedí que no me cuente más nada porque yo siempre decía que nos iba a ir mal. Siempre fuimos subiendo. Tocamos en Barcelona y Madrid, y se llenó en lugares muy grandes. Es muy sorprendente llegar a otras ciudades y que la gente siente que te conoce por un video que está en YouTube. La gente no es libre y no elige lo que quiere, si no entre lo que le dan. Los medios tuvieron un monopolio de cincuenta o sesenta años diciendo qué está bien y qué está mal. Marcaron tendencias para armar un mercado y ese mercado se cayó. Hoy la gente elige distinto en Internet y tiene una relación más primaria con la música. Es algo más intuitivo, un amigo te lo recomienda y lo escuchás, después puede gustarte o no. A nosotros la gente nos conoce por Facebook, no por las radios. Cuando empezás a sonar, las radios sí te pasan, pero porque piensan que en algo les puede llegar a convenir. Pocas radios te ayudan, aunque en nuestros inicios nos apoyó mucho Nacional Rock y no llevábamos nada de gente. El ex director, Federico Vázquez (hoy en FutuRöck), nos había invitado a conocerlo y nos dijo que le gustaban las letras y el proyecto. Él estaba hablando desde lo cultural y lo artístico, de algo que estaba pasando en Buenos Aires en ese momento, no le convenía en nada hacer eso. Tenés otros espacios, como La Tribu, pero no mucho más. Ahora que el grupo creció, mucho sonamos esporádicamente en otros lugares. A medida que el grupo le gusta a la gente que trabaja en esos lugares, nos empiezan a programar.

Agua ardiente tiene un costado rítmico muy distinto a los dos discos anteriores y vos parecés cantar con la voz menos afectada.
No lo había pensado lo de la voz, pero mejor si es así. Puede ser que esté más relajado. Cuando hacés canciones está bueno ser lo más natural que puedas. Y si en este disco se siente eso, mejor. Lo rítmico es así porque cuando en un grupo tocan todos juntos, por la interacción en el momento se produce una versión única de una canción. Y en los discos anteriores a veces grabábamos nada más que una idea y, como veíamos que nos quedaba medio incompleta, nos divertía después agregarles otras cosas a las canciones. No respetábamos tanto el audio del estudio y preferíamos falsearlo.

“La gente no es libre y no elige lo que quiere, si no entre lo que le dan. Los medios tuvieron un monopolio de cincuenta o sesenta años diciendo qué está bien y qué está mal. Marcaron tendencias para armar un mercado y ese mercado se cayó. Hoy la gente elige distinto en Internet y tiene una relación más primaria con la música.”

En la banda hay canciones tuyas y de Santiago Moraes. ¿Cómo es la dinámica de trabajo?
Componemos los dos y tratamos de no dar demasiadas directivas. Por lo general, Santi tira un tema mientras todos estamos conectándonos en la sala y nos vamos sumando a medida que cada uno va enchufando lo suyo. Primero el bajo, que no tiene tantos pedales, después se suman la batería, las percusiones… Nos vamos sumando y se empieza a armar. Y cuando terminamos, vamos de nuevo. Y así por lo menos seis veces. Y yo hago lo mismo: tiro algo y los chicos empiezan a sumarse. Y cuando se arma ya empiezo a cantar arriba lo que tengo preparado de antemano. No lo hablamos mucho. Aparece el tema y todos lo van siguiendo como se les ocurre. Casi siempre es así.

¿Y cómo manejan la personalidad de las canciones? Las historias tienen puntos en común…
Nunca charlamos sobre los temas. Hay una personalidad que se fue dando y la descubrimos con el correr de los discos y también de las notas que aparecen en los medios. Ahí es en el único momento en el que hablamos de eso y nos damos cuenta de algunas cosas. Es como si a vos te hacen una entrevista sobre cómo cocinás y ahí recién empezás a tomar conciencia de eso que hacías naturalmente. Empezás a notar las fallas que tenés y te ponés a pulir algunas cosas. No me planteo nada antes de escribir una canción. En “Mares”, por ejemplo, estaba en la playa. Solo fue mirar el mar y sentir que el discurso que me daba el mar me parecía mucho más profundo que un montón de cosas que escucho y veo todos los días. Me agarró una esperanza por eso, me dejé llevar por la guitarra y apareció esa canción. Es algo tan simple que contarlo es muy tonto. Cuando aparece esa revelación, la sentís como una verdad, pero hacés música sobre lo que pensás justo en ese momento, no es que estuviste toda la semana con eso encima o que vas a volver a pensarlo. Capaz que eso no se vuelve a repetir nunca. Por algo las bandas o solistas que me gustan tienen dos o tres discos que me parecen lo mejor del mundo y capaz que no escucho jamás el resto de lo que hicieron. En ese momento, esa persona estaba llena de energía y todo eso fluyó. Y después capaz quiso sostener ese estilo de vida y por alguna razón no llegó a conectar tanto, que es algo que nos puede pasar a todos.

¿Cuáles son los discos que más te gustaron de 2017?
Escuché mucha música, pero no mucho de lo que salió en 2017. Mi música del año no es necesariamente la música que se hizo en el año. Me gustó mucho el disco de El Mató a un Policía Motorizado, pero no llegué a escuchar veinte discos que salieron en el año, así que no tengo criterio para hablar de la música que salió. No sé si escuché diez discos de 2017 de todo el mundo… Me gustó el de Los Compadres, que es un dúo de Cuba de otra época. En Colombia encontré muchos vinilos, así que los compré. También del Trío Matamoros, algunos de Willie Colón, Hector Lavoe… No son cosas de 2017, son cosas de mi 2017. Es la música que escucho cuando estoy cocinando, cuando juego con mi hija, cuando me voy a dormir o cuando me despierto.

¿Cómo convive tu proyecto solista con la banda?
Los Espíritus es lo que me marca la agenda. Este año subí dos discos, Siesta y Pies con alcohol. Calles de fuego, pero son instrumentales, yo solo con la guitarra. Hacerlos no me cuesta más que sentarme y ponerme a tocar. Son improvisaciones, no me lleva nada de tiempo, no lo ensayo ni lo preparo. Es algo que quería hacer porque nació por mi hija. Quería hacer una música tranquila para que se acueste y se vaya a dormir. Y en vez de ir a buscar música a YouTube decidí ponerme a grabarla yo.

¿Ya tienen planes para 2018?
Ya nos juntamos para ver qué vamos a hacer. Tenemos muchos temas y estamos viendo cómo los vamos a grabar. Pero no sé si el disco nuevo saldrá el año que viene. Tenemos muchas giras y estamos viendo si no aprovechamos los viajes para ir conociendo estudios nuevos e ir grabando de a dos o tres canciones en distintos lugares. Vamos a grabar un poquito en cada lado para aprovechar el tiempo mientras estamos de gira y después recolectaremos todo para hacer un disco. Ahora en febrero traemos a Bombino. Escuchamos su música y nos sentimos identificados. Me encanta el estilo de él al tocar la guitarra. Nosotros siempre ponemos “Tar Hani”, una canción de él, antes de salir a tocar. Se volvió como una cábala del grupo, nos ponemos a bailar, salimos y empezamos a tocar. La otra vez en el Malvinas lo mandamos por un parlantito Bluetooth. Nacho no es un manager convencional, no busca solo que el grupo crezca, quiere que las propuestas también tengan un sentido. Cuando fuimos a tocar a Córdoba llevamos a la Fernández Fierro, y fue toda una gestión llevar a tantos músicos con hospedaje y comida para todos. Él hizo la movida más para el evento cultural de la gente en Córdoba, en lugar de hacer una fecha de relleno. Y esto con Bombino es lo mismo. Nos sale un huevo hacer la movida. Todo nos cuesta mucho esfuerzo, pero vale la pena.

Los Espíritus

En vivo el viernes 17/8 a las 22 y el sábado 18/8 a las 19 en el Teatro Flores (Rivadavia 7806, CABA)

> losespiritus.bandcamp.com

Nota publicada en el número 232 de enero/febrero de 2018 de Los Inrockuptibles

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