Maxi Prietto, espíritu salvaje

Maxi Prietto compuso un tema que fue furor en la radio mexicana, grabó un disco de boleros, tocó en la banda local de Daniel Johnston y hoy lidera Los Espíritus, un grupo de blues diabólico que acaba de editar uno de los mejores discos del año. Mano a mano con el personaje más singular del under porteño. / Entrevista Santiago Delucchi. Foto Ignacio Parodi.

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles
7 min readAug 17, 2013

--

-

Los amantes de la canción lo-fi volvieron a ver la luz con Maxi Prietto. Eso sucedía, a fines de la década pasada, cuando Prietto Viaja al Cosmos con Mariano, su dúo a base de guitarra y batería, despuntaba y levantaba vuelo en los pequeños escenarios locales. Tenían un himno que todo joven indie supo aprehender hasta encarnarlo: “Av. Corrientes”. O quizá dos, con “Verano fatal”. De aquel EP homónimo, de 2007, pasaron a un disco doble: Le Prièt vaha Chosmos e ba con Maourian!!! (11). Y luego, entre presentaciones esporádicas y correrías por tierras aztecas, se guardaron. Pero eso no inmovilizó a Prietto, que ya apilaba todo tipo de grabaciones en solitario (incluyendo un compilado de boleros desgarradores, La última noche, lanzado este año).

Inquieto y prolífico, el cantante y guitarrista se embarcó al mismo tiempo en un nuevo grupo: Los Espíritus, en el que vuelca su gran amor por el blues, pero esta vez en contextos más místicos y sobre bases de ritmos latinos. Ahí se cruzan, claro, los sonidos de otra era: la psicodelia y la apertura hacia otras músicas que brotaron a principios de los setenta. Además de Maxi, están Santiago Moraes (guitarra acústica y voz), Martín Batmalle (bajo), Pipe Correa (batería), Fer Barrey (percusión) y Miguel Mactas (guitarra eléctrica). Ellos dicen que el fuego los unió una noche, y evocan ritos como la danza de los muertos. Lo cierto es que algo pasa cada vez que se juntan, ahí en La Paternal, el barrio de Pappo. Grabaron sus conjuros en series, y los colgaron de inmediato, para catarlos y, a la vez, darse envión. Así llegó un primer EP: Lo echaron del bar (11). Y luego otro: El gato (12). Ahora, finalmente, editan su disco debut.

¿Cómo se formaron Los Espíritus?
Maxi Prietto: Creamos un grupo sin saber muy bien en qué nos estábamos metiendo. Y todos, de alguna manera, fuimos parte de ese proceso. Hubo una etapa inicial que giraba en torno a un proyecto solista mío: la idea era armar una banda para presentar esas canciones que grabo y nunca toco en vivo. Pero algo pasó… Lo que nos ocurrió, básicamente, fue que nos pareció más interesante lo que generábamos como grupo, en conjunto. Así que lo del proyecto solista quedó en la nada. Y en cambio hicimos Los Espíritus. O no lo hicimos: se hizo solo. Fue un proceso grupal.

“No estoy ni a favor ni en contra de planificar. Simplemente hay grupos en donde eso se da de forma natural, y hay otros grupos en donde eso no sucede, como el caso de Prietto Viaja al Cosmos con Mariano. Tratar de domesticar a la banda es una tarea imposible.”

¿Y cómo coincidieron? Porque todos tocan en otras bandas…
Santiago y yo somos amigos de la secundaria; ambos cantamos y tocamos guitarra. Después están Migue en guitarra eléctrica y Pipe en batería, que son de Yataians. Fer, a cargo de las percusiones, toca en Morbo y Mambo. Y el bajista, Martín, es amigos de los Yataians desde antes de que exista el grupo; creo que era profesor de guitarra de Migue. Hay mucha junta de amigos: son bandas con las que toqué varias veces y a las que, al mismo tiempo, iba a ver.

Decís que la química grupal sobresalió desde un principio. ¿Qué les atrajo musicalmente?
Queríamos interpretar estilos que nos gustaban pero quizás no habíamos desarrollado tanto antes. Estábamos interesados en mezclar ciertas percusiones con el blues. También había una atracción por ritmos un poco más bailables. Hay mucha mezcla en el sonido de Los Espíritus. Pipe, nuestro baterista, es colombiano, y tiene un toque muy particular, tiene mucha salsa y mucho bolero en la sangre, entre otros miles de ritmos… Nos montamos sobre eso. Y así logramos llegar a un lugar nuevo, al menos para nosotros.

http://bandcamp.com/EmbeddedPlayer/album=2583377281/size=medium/bgcol=ffffff/linkcol=0687f5/transparent=true/

Comenzaron a mostrar sus temas de a tandas. ¿Cómo se dio lo del disco?
Fuimos grabando de a tres o cuatro temas. Y los fuimos subiendo a Internet así, como EPs. El disco, que se editó en formato físico, incluye cinco canciones nuevas. Ahora queremos salir a presentarlo a nuestra manera, en un lugar pequeño pero en el que estemos a gusto. También nos gustaría tocar en varios lados del país: estaría buenísimo viajar con la música, conocer otros lugares y otras bandas. Después, musicalmente, seguimos en la búsqueda de nuevas canciones. Ya tenemos más material, así que en un tiempo seguiremos grabando.

¿En qué anda tu otro proyecto, Prietto Viaja al Cosmos con Mariano?
Tocamos el mes pasado, después de muchísimo tiempo. Nos reencontramos en una noche llena de gente querida, fue muy emotivo. Se llenó el Zaguán Sur. Y sirvió para reunir a varios amigos en un mismo show: nos acompañaron Gusti (Niño Elefante) de El Mató a un Policía Motorizado, Fermín y Maxi de Morbo y Mambo en vientos, y Tomás Vilche de La Patrulla Espacial. Ellos hicieron de simples canciones una cosa increíble. Fue un buen viaje. ¿Qué sigue? Es un misterio para nosotros. La verdad es que no tengo ninguna clase de proyecto futuro.

¿Preferís que las cosas se den así, sin planificación? ¿Hasta qué punto transigís con el compromiso?
No estoy ni a favor ni en contra de planificar. Simplemente hay grupos en donde eso se da de forma natural, y hay otros grupos en donde eso no sucede, como el caso de Prietto Viaja al Cosmos con Mariano. Tratar de domesticar a la banda es una tarea imposible.

Y ya que hablamos de lo planificado y lo espontáneo: ¿cómo fue la experiencia de acompañar en vivo a Daniel Johnston?
Fue algo único. Por mucho tiempo escuché su disco Yip/Jump Music para dibujar. Esas tardes que pasaba solo, dibujando, con un disco de fondo, fueron muy especiales para mí. Fue muy raro conocer en vida a un tipo así. Al mismo tiempo, no hablé casi nada con él; no me despertó ese deseo. Se armó un grupo local para acompañar a Daniel en sus presentaciones en Niceto. Y ahí fuimos, a darlo todo. Creo que ni nosotros sabíamos que iba a resultar tan bueno. Para mí fue genial, no solo por Daniel, sino porque compartí ese momento con Pipe de Go-Neko, Tulio y Tomás de La Patrulla, Shaman, Edu y “el Afro”. Tuve suerte de tener esa oportunidad. Siempre voy a estar agradecido.

“Me gusta investigar. Cuando llega el momento de hacer una canción, evito caer en mis lugares comunes.”

Este año también colgaste un disco de boleros, que le dio vida a otra banda…
El proyecto de Los Boleros es algo que armamos para tocar en bares. Mi idea, justamente, era no hacer fechas grandes, pero de pronto nos invitaron al Konex y a un par de eventos más. Y así se fue dando a conocer. No sé muy bien cómo seguirá, pero sé que nos gustan demasiado esas canciones. Nos gusta tocarlas. Es decir: aprender a tocarlas, porque es un género absolutamente nuevo para nosotros. Cuando volví de México, traje el requinto. Y ahí ya no había excusa: teníamos el instrumento propicio. Martín, que también está en Los Espíritus, lo toca muy bien.

Se nota cierta exploración musical, tanto con Los Boleros como con Los Espíritus.
Me gusta investigar. Así, cuando llega el momento de hacer una canción, evito caer en mis lugares comunes. Y tampoco siento que esté forzando un cambio… Porque ese cambio, en todo caso, yo ya lo incorporé. Este año hay mucha búsqueda, en todos los proyectos. Creo que, más allá de tocar con el corazón, usé un poco más la cabeza; me puse a indagar en otros ritmos y tipos de música.

¿Qué escuchabas de chico? ¿Qué recuerdos musicales tenés de esa época?
Me acuerdo que los domingos, cuando íbamos a la casa de mi viejo, hacíamos un programa de radio con mis hermanos. Estábamos todo el día inventando y grabando programas, incluso hacíamos las publicidades y las canciones. Después, a la noche, escuchábamos el cassette entero; era muy divertido. También me acuerdo de que me gustaba Charly García. Para un cumpleaños pedí un cassette de Charly, y mi viejo me preguntó si no prefería mejor un juguete. Pero no hubo caso: fuimos a un Musimundo y escuché como cuatro cassettes, hasta que elegí uno. ¡Pobre el loco que estaba laburando, tenía una cara de orto tremenda! En la escuela primaria, me enseñaron tangos, valsecitos y canciones folclóricas. Me gustaba estar en el coro. Una vez cambié la letra de todo un tema para decir malas palabras, y convencí a todos mis compañeros para que la dijeran así una vuelta… La profesora creía que estaba alucinando: cuando nos preguntaba qué habíamos dicho, volvíamos a cantarla normal.

Te movés con soltura por el under local. ¿Cómo percibís la escena en general?
No sé bien cuál sería la escena. Supongo que todo sigue dividido entre el mainstream y el under. Lo mainstream me interesa muy poco, porque suelen ser grupos demasiado producidos, y muchos me parecen poco arriesgados musicalmente. Además, no me gustan los lugares grandes; es mi apreciación personal. En el under, hay de todo: cosas que me gustan mucho y otras que no. Sin embargo lo que valoro es que haya gente flasheándola: hacen la música que se les canta, y lo hacen de corazón. Hay amistad entre los grupos, y entre los grupos y el público. Son todas personas que lo único que quieren es pasarla bien. Me siento muy cómodo yendo a un recital en el Zaguán Sur, porque es un lugar donde el rock está vivo. Hay una unión, no solo entre las bandas, sino que involucra a sellos independientes, periodistas de medios digitales, fotógrafos, cineastas, escritores y actores. Es un colectivo interesante el que se está armando. Ojalá siga creciendo.

-

Los Espíritus
Los Espíritus

(Independiente)

--

--

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles

El medio para los que hacen — Música, cine, libros, artes y más.