“Me aburre la gente que cree que está haciendo algo original”

En medio de uno de los momentos más prolíficos de su carrera, Daniel Melero lanza Cristales de tiempo, un disco en el que este científico loco de la música vuelve a explorar sus obsesiones. Entrevista.

Los Inrockuptibles
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13 min readNov 21, 2017

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Por Nazareno Brega / Fotos Luis Sens

Entrevista > Se nota un concepto claro detrás de Cristales de tiempo, que por un lado juega con una idea de exploración y por el otro coquetea con la lógica del científico loco.
Se fue armando con el tiempo. Fui al estudio solo con una guitarra acústica y una cajita de ritmos, que es algo que no hacía desde Travesti. Y después sí empezamos a trabajar con la banda. Yo tenía una serie de escritos que no eran necesariamente letras. Leo muchos blogs, así que para escribir fui mirando mis bookmarks y armé un extracto de mis obsesiones al momento en que grabé. Hace cuatro o cinco discos que aprovecho los favoritos del navegador para escribir. Esta vez todo giraba alrededor del panóptico, proyectos completamente atravesados por la locura como el MK Ultra, la expedición de Shackleton al Polo Sur… Cuando me enteré de que Shackleton pidió con un aviso en el Times, sin especificar para qué tarea, gente para una misión peligrosa donde era probable morir en el camino, lo volví el estribillo de “Viaje peligroso”. ¡Y después, cuando descubrí que el aviso era falso, me interesó todavía más! Yo creo que la información, ya sea falsa o real, puede servir de inspiración. El problema son las creencias que genera. El viaje existió, pero todo lo que hubo alrededor se parecía a La guerra de los mundos de Orson Welles, que aprovechó cualquier pelea en un bar para decir que la gente trataba de suicidarse. Una buena manera de generar un mito. Esas acciones siempre me interesaron, y alguna vez también creo haberlas ejecutado.

¿En qué momento? Se me ocurre la grabación de Tecno, hecha con tu Mac…
Catálogo incierto es más un mito que otra cosa. Sí, fue el primer sello independiente de Argentina, pero el suceso no es más que eso… La presentación de Los Encargados en el B.A.Rock es otra construcción. Nosotros fuimos directamente a que nos tiraran de todo, porque ya sabíamos que iba a pasar. Es encontrar cómo articular una realidad que te resulte más interesante en el futuro. Hoy la propaganda está mucho más desarrollada en términos políticos. Pero todo es político. La ciencia es política, aunque a veces intente ser poética. Y la música también es así. Todos los sonidos son una opinión que uno emite, ya sea a conciencia o sin saberlo. Todas estas canciones contienen alguna historia así. “Guante perdido” también tiene todo un imaginario. Es sobre el astronauta que tiró un guante durante la primera caminata lunar porque le molestaba. En esa época era muy punk ser astronauta. Eran pilotos locos muy dispuestos a trabajar en la mentiras representadas por la NASA. Yo creo que el hombre fue a la Luna, pero también que se excedieron con el photoshop de las imágenes. Son fotos demasiado perfectas para haber sido sacadas por un teniente en el espacio. Creo que la amplificación del hecho es necesaria para que sea valedero. Había que vender otra imagen. Y Cristales de tiempo transita este asunto vinculado a las apariciones científicas del último tiempo. Me encantan las nuevas paranoias que surgen de la evolución de las tecnologías. No son corpóreas. Marx preveía que esto iba a suceder, que el control iba a ser invisible y la información iba a ser inasible. Encontré esa cita en un sitio de frases célebres, aunque podría no haberlo dicho nunca. La frase más importante de mi vida la leí en una revista Pelo: Einstein decía que cada persona debía ser su propio modelo, aunque ese modelo fuera un monstruo. Me encantó y fue mi bandera. Capaz también fue la de Hitler… Pero la cuestión es que Einstein jamás dijo eso. El universo de todo lo que nos influye merece humor, sino caés en la creencia. Y eso, generalmente, es lo que te ata.

“No me propongo más hacer algo diferente. Me aburre la gente que cree que está haciendo algo original. Original era la pintura rupestre: de ahí para acá decayó todo.”

No hace mucho que salió Atlas y ya hace un tiempo que estás sacando discos todos los años. ¿Cómo hacés?
Grabo todos los días. Justo ahora en casa estoy en obra y no puedo. Pero me atrae la música y todos los días hago sonidos. No siempre hago algo bueno, y muchas veces las cosas se terminan acomodando un tiempo después. La inspiración es un músculo y es difícil inspirarte después de tantos discos, pero tengo el entrenamiento de observar a los demás y me interesa una sola cosa: todo. Ojalá el resto tuviera esta enfermedad. Siempre me cruzo con algo nuevo que me atrae y me influye. Mi mundo es pequeño, pero a la vez es enorme en los detalles que encuentro en las personas que me cruzo todos los días o en los sitios de Internet que leo. Cuando salgo a caminar por el barrio, conozco a los encargados de todos los edificios. Hasta les hago chistes y les digo que alguna vez yo también pertenecí a su banda. Hoy ya no se lee más que 140 caracteres, pero a mí todavía me gustan los blogs de música o de pseudociencia. Y me interesan mucho las biografías de científicos locos. El mayor aporte a la ciencia fue la locura sistematizada. Tal vez yo sea como un científico loco de la música que vive atrapado en un laboratorio atravesado por informaciones. Todos los días me intereso por algo distinto. Y al estar tan bien rodeado por la banda siempre hay alguien que tiene algo inspirado para sumar, o mejor dicho para multiplicar. Cada vez es más fácil encontrar una idea que no provenga de mi mente, que siempre digo que es el lugar que más me aburre, y articularla de una forma que encaje en un concepto nuevo. Yuliano Acri me pasó el aviso de “Viaje peligroso” y eso me proveyó de una imagen de hombres haciendo una expedición sonora, que es lo que busca la tapa polar que hizo Gabriel Rud para el disco. El primer y el último tema del disco comparten un espíritu similar. Los dos tienen una locución hecha con la voz de un robot peruano, de verdad. Está hecho online, vos escribís un texto y el robot te lo dice. Se usa a veces en los doblajes de documentales. Tiene un efecto sorprendente y le da un poco de humor a esa situación.

El humor está cada vez más presente en tus últimos discos.
Tengo una visión distinta de la vida. De joven era más rígido y mi lírica tenía mucha más melancolía. Es un cambio que viene desde hace varios discos, pero Atlas ya es casi un disco de comedia. Aprovecho el oxímoron en mis chistes, me gusta que las cosas opuestas dejen de estar en conflicto para volverse divertidas. El humor también me permite a veces ser muy pomposo, porque en definitiva es un chiste… En estos días estoy por grabar de vuelta con Carlos Cutaia, y me gusta porque tiene un humor muy extraño y rígido. Pasa de hacerte un chiste a criticarte porque te estás riendo. Nos divertimos mucho con eso, es medio déspota. Y tiene obsesiones distintas a las mías. A él lo obsesiona la precisión y yo estoy siempre intentando quebrarla. Me interesa mucho más el tiempo que el tempo. Me esforcé mucho en no profesionalizarme como músico, y todo el tiempo cometo errores que me resultan interesantes. Ser un inepto es una gran ventaja, pero siempre hay que saber cómo mantener un concepto. Esta vez vamos a basarnos más en un plan mío que en uno de él, pero todavía no sé ni si quiera si va a ser un disco. Capaz que nos grabamos hablando.

¿Cómo es la dinámica con tu banda?
Antes era más solista. Hice muchos discos solo, pero siempre fui una persona muy influenciable. Y no me resisto a eso. No tengo un liderazgo con los artistas que me rodean. Melero es una marca que explotamos juntos, yo soy solo el filtro final. Los solistas son muy aburridos, no pueden evolucionar y terminan tocando con músicos de sesión. No saben rodearse de artistas y muchas veces ni siquiera ellos lo son. Yo no intento ser creativo, me considero un creador, más allá de que mis creaciones sean buenas o malas. El creativo tiene que llegar a un objetivo y nada me aburre más que saber cómo tiene que ser algo. Ese es el trabajo de un publicista. Y en la creación me estimula mucho la gente que elegí para que esté alrededor mío. Siempre que escribo una canción, me imagino qué me dirá alguna persona que conozco, y a veces hago algo a propósito pensando en alguien a quien no le gustaría. No me interesa qué va a pensar alguien que no conozco, aunque agradezco sinceramente el aprecio de gente desconocida.

En esa época más solista tuya tenías discos enteros dedicados a un género, como Piano, Vaquero o Tecno. Pero los últimos plantean algo más cercano al paseo por los géneros o al recorrido musical por tu carrera. Eso es muy notorio en Cristales de tiempo.
Hay momentos en los que incluso me cito, pero no tiene un propósito más allá de mantenerme interesado durante la composición. Antes me pasaba que odiaba mi disco anterior y necesitaba saltar a otra cosa y contestarle. Pero dejé atrás ese momento de histeria creativa. No me propongo más hacer algo diferente. Me aburre la gente que cree que está haciendo algo original. Original era la pintura rupestre: de ahí para acá decayó todo. A Atlas, más allá del concepto, lo veía como un recorrido oceánico, con conexiones simples entre las canciones, como si fueran islas. Cristales de tiempo lo pensé como un continente donde hay zonas vastas para ir conociendo. Hay una canción que habla del vals, que me interesaba porque nadie sabe quién escribió el primero. Aunque hoy se baila en los cumpleaños de quince y en las bodas, fue una danza prohibida durante mucho tiempo. Es la primera danza donde la gente se toma del cuerpo y se mira a los ojos desde muy cerca. Además dan vueltas, se marean, y eso te provoca algo que no es lo que te provocaría una rave, pero imaginate en el contexto de esa época… La canción es sobre alguien mirando a la gente que gira y gira y gira. Se llama “Arquetipos” porque son arquetipos del futuro. “Perro negro”, de Led Zeppelin, es un vals duplicado hecho rock, es un 6 x 8. Es una maravilla, una de mis canciones favoritas.

“Yo no intento ser creativo, me considero un creador, más allá de que mis creaciones sean buenas o malas. El creativo tiene que llegar a un objetivo y nada me aburre más que saber cómo tiene que ser algo. Ese es el trabajo de un publicista.”

¿Cómo te hace sentir que ya se hayan cumplido veinticinco años desde que hiciste Colores Santos con Gustavo Cerati?
Fue un disco importante, que me llena de orgullo y me hace decir “guarda que yo hice esto”. Teníamos la vara muy alta sobre qué podía publicarse y lo sacamos porque creíamos que era válido. Cada tanto lo escucho y me siento muy feliz con los sonidos y la impronta. Es un disco hermoso. Ahora también me pasa con Dynamo, que me parecía insoportable porque las cuestiones personales entre ellos habían hecho muy difícil estar ahí en el estudio, y encima justo había muerto mi padre. Fue un disco recibido muy jodidamente, y en un momento yo parecía el culpable de lo que pasaba con Soda Stereo. Elaborar música con Soda fue muy fácil, pero a la vez de mucha responsabilidad. Esa influencia demanda un compromiso tremendo, desde lo musical hasta lo empresarial. Esas bandas son empresas donde hay una pirámide invertida con una cantidad de gente a la que empiezan a despedir si la cosa va mal. Yo prefiero trabajar más en emprendimientos y menos en empresas. Pero haber logrado sacudir esa pirámide y que salga todo bien fue hermoso. La pirámide ya había empezado a moverse en Canción animal, y fue tremendo. No hubiera aceptado que me exigieran hacer otro Canción animal. Por suerte ellos me querían ahí, o nos hubiéramos perdido esa música que hoy siento hermosa. Colores santos existe solamente porque quisimos, no había por qué hacerlo. Y cuando grabo por lo general es así, no estoy pensando en que va a ser un disco después. Yo siempre grabo.

¿Tenés mucho material inédito?
Tengo dos discos de Los Encargados que nunca salieron. Y hace más o menos diez años, en la época de X, grabé un disco doble. Algunos temas igual mutaron y aparecieron en Supernatural y en Disco. “Club de músicos” la había hecho en 2007, y “Amor en pie” la compuse en la época de Conga y la grabé en Travesti y en Rocío, pero no la supe resolver y no encajaba en los discos. Recién me cerró en Después, un día que Leo Santos se pone a tocar la batería con un ritmo kraut, de beat sellado. Tempo puro… Y ahora descubrí que Miranda! me la plagió en “Quiero vivir a tu lado”, una canción que me dijeron que estaba en una telenovela.

“La inspiración es un músculo y es difícil inspirarte después de tantos discos, pero tengo el entrenamiento de observar a los demás y me interesa una sola cosa: todo. Ojalá el resto tuviera esta enfermedad. Siempre me cruzo con algo nuevo que me atrae y me influye.”

Acaba de salir Vibración, el disco con las canciones presentadas en cada luna llena desde febrero con UN, la banda de Migue Castro.
Sí, ahora salen en vinilo estas nueve lunas llenas que grabamos. Ahora ya nos pasamos a la luna nueva. Con Miguel tengo una gran relación desde Victoria Mil. De los discos en los que participé, uno de mis favoritos es el segundo de ellos, Más Victoria Abril. Me gusta todavía más que Armas, que también lo hicieron conmigo y está mucho más hypeado. Los dos son muy buenos. Fueron de los mejores discos que produje, capaz junto al primero de Los Brujos, que también fue descomunal. En esa época funcioné como un catalizador que aceleraba los procesos. También me pasó con Soda. O con Babasónicos, aunque con ellos las cosas fueron más conceptuales, por más que hicimos discos juntos. Fui más de hacer gestiones o aprovechar alguna coyuntura que pudiera ayudarlos para conseguir un contrato. Creo que es una pequeña vanidad que puedo citar. Pero siempre tuve una muy profunda admiración por Victoria. Tengo mucha afinidad con Miguel y me atrae mucho su música. Y eso que somos personas muy distintas, sobre todo en la visión de lo espiritual y en las cuestiones alimentarias. Aunque a él no le guste, yo ya estoy listo para probar las píldoras de comida que tenían Los Supersónicos. Y estoy fascinado con unas frutillas que están modificadas genéticamente y son las mejores que probé. Pero en la música sí hay un eje que me une con Miguel. Compartimos una idea que yo siempre relaciono con una ventaja que tienen los ingleses en un aspecto del lenguaje musical. Ellos dicen ‘to play music’, juegan con la música, no la tocan. No creo que esté bien eso de andar manoseando la música. Hay que dejar que fluya. La gente cree que al estar tocando música, la música ocurre. No, la estás tapando. Hay que dejar que la música juegue con vos. Y él es un gran jugador musical. Es curioso que nunca haya sido un integrante de mi banda, pero desde que lo conozco siempre fue parte de mi mundo. Hablo siempre, lo quiero y lo admiro. Y esta vez le dije que quería figurar en tapa y le encantó. Creo que ya no estaba bien producirlo, porque Vibración es algo conjunto. Y él tuvo esa gentileza.

Estás involucrado de alguna manera en el tributo a Los Encargados que también se acaba de editar.
Fui el postproductor de sonido del tributo, pero en el disco hay gente que ni siquiera conozco. Me gustó mucho lo que hizo Aldo Benítez con “Trátame suavemente”. En lugar de colgarse de las tetas de la canción, la puso en un lugar que es a la vez propio y nuevo para él. La canción termina siendo ajena a todo. Me parece sensacional. Más que un cover, consiguió recrear la canción. El espíritu del disco es tratar de hacer las canciones más interesantes, incluso para quienes respetaron las versiones. Yo ya estoy aburrido de esas canciones, y cuando las toco necesito hacerlas de otra forma. Me pasa cuando toco “Líneas”, que noto que fue muy importante para mí en el tiempo. Tal vez fue la que más me acompañó, junto a “Sangre en el volcán”. La idea de este disco se le ocurrió a Yuliano. No sé muy bien cómo fue porque solo fui un partícipe secundario en este delito.

Pero de alguna maneras sos el instigador…
Sí, eso seguro. Al menos sé que en el peor de los casos, todavía resisto el archivo. Forma parte de una estructura moral que siempre tuve y no cambió demasiado. Y eso que produje más de trescientos discos. Si siento que no tengo que estar, no estoy. Muy pocas veces fui a buscar a alguien para producirlo, y nunca nadie me pidió que no le produzca el disco siguiente. Alguna vez sentí que no tenía hacerlo, por diversos motivos. Me pasó con Don Cornelio, que me buscaron como productor, pero en ese momento yo estaba muy cerca de Andrés (Calamaro) y pensaba que él podía hacerlo mejor que yo, que en esa época ya estaba más interesado en Todos Tus Muertos. Y eso que Don Cornelio me caía bien y nos veíamos, pero Andrés era mejor para eso y lo hizo bárbaro. En un punto yo tal vez me parezca a José Pekerman. Es como si sacara campeones a los juveniles.

Daniel Melero
Cristales de tiempo

(RED)

En vivo junto a Susi Pirelli el jueves 15 de febrero a las 21 en La Tangente (Honduras 5317, CABA)

> red-distribuidora.tumblr.com

> danielmelero.net

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