El gran momento de Louta
El proyecto creado por Jaime James es una de las grandes revelaciones que dejó 2017. A los 23, este joven con un futuro promisorio repasa cómo construyó este presente mágico.
Por Nazareno Brega
Tu primer disco salió hace más un año. ¿Te esperabas la reacción que generó?
Fue un año especial, con un avance muy fuerte. Y al mismo tiempo eso genera el primer paso para ponerse a soñar en grande, más allá de que esa intención ya la tenía antes de sacar el disco. Siempre tuve la sensación de que Louta iba a ser algo potente, pero la respuesta enérgica que encontré hace que realmente desee que pasen muchas más cosas. No sé muy bien qué esperaba, pero siento que Louta no es una creación de encierro, como una novela que uno escribe solo durante dos años y después sale a mostrar. La reacción esa ya estaba metida en la creación misma. No es que no tenía ni idea de qué podía provocar el disco. Cuando compongo, mucha gente escucha los temas o yo los toco en vivo. No me los guardo. Y ya con la reacción de mis amigos me voy dando cuenta, aunque a veces uno se encapricha igual con cosas que terminan haciendo todo el proceso más largo.
¿En qué momento tomaste conciencia de eso que le provocabas al público?
Me gusta hacer música fuerte. Y eso me interesa en todos los planos artísticos. Quiero que la música salga afuera del parlante, que no se termine todo en una sensación musical, sino que quiero que también pique en lo físico. Cuando me decidí a escribir el disco sentía que los temas que tenía no estaban tan buenos, pero al tercer recital ya me di cuenta de que la gente sentía algo. El show no tenía nada que ver con el de ahora, pero la propuesta ya era muy arriesgada y provocaba algo. Y cuando toqué en el Lollapalooza fue el primer momento que sentí un clic. Había dos mil personas y se volvieron todos locos. Yo tengo la sensación, y confío en que en algún momento me va a pasar, de que me ponen a tocar donde sea y al final termino ganando siempre.
“Me interesa abrir nuevas puertas, que la gente sienta algo y le pasen cosas nuevas en mis shows. Me encantaría hacer algo indiscutible, como Lennon.”
Tus shows son muy físicos. ¿Cómo fue la búsqueda de plasmar eso en un disco nada más que con música?
Me costó tomar la decisión de hacer el disco, el resto después fue más sencillo. Hay chicos que a los 16 ya tocan y tienen todo claro, pero yo ni siquiera tuve una banda en el secundario. Por más que soy joven, me llevó mucho tiempo tomar esa decisión. Al principio tenía un montón de canciones, pero al final salieron otras muy diferentes. Cuando estás muy decidido, lo único que necesitás es sentarte y ponerte a laburar. Son horas de estudio nomás. Si no te ponés, las ideas no aparecen solas. A mí no se me ocurre nada hasta que no estoy frente a un papel. La composición siempre es espontánea, pero hace falta sentarse a escribir antes. Hay que sentirse cómodo y divertirse, pero también hace falta disciplina. A mí me funciona sentarme todas las mañanas a escribir al menos quince minutos. Ya el hecho de pasar quince minutos sin mirar el celular, hoy en día, es un montón de tiempo. A veces necesito ponerme a jugar con un amigo y otras prefiero sentarme a escribir en un café. A mucha gente solo le sirve encerrarse en un estudio, pero yo no funciono así. Lo importante para avanzar es que, lo hagas como lo hagas, te sientes a laburar. Uno sabe qué es lo que realmente quiere hacer. Podés tener un buen trabajo, con un buen sueldo, que te haga viajar a varios países, pero si lo que vos querés es sacar un libro de cómics, no te termina cerrando nada de lo que hagas en ese trabajo. Siempre hay que ir por el sueño. No es que ahí esté la solución a los problemas, pero ir a buscar eso siempre termina destapando algo.
¿Siempre tuviste claro que querías hacer algo tan teatral? ¿Cómo apareció ese costado?
Sabía que quería hacer algo simple en vivo, que no implicara llevar instrumentos, pero no lo tenía tan claro. En algún momento pensé que el proyecto fuera con un DJ y yo gritando arriba. El resto fue apareciendo de a poco. Siempre supe que quería algo visual, sentía que las canciones tenían que ser como trailers de películas. La música que más me gusta a mí es visual, nunca fui más del palo de la música más realista. Siempre preferí la parte más ficcional de la música, me interesa mucho más Gorillaz que Foo Fighters. Los Beatles jugaron con los dos mundos, según la etapa. No me imagino sacando un disco con mi nombre. Me gusta que no quede tan claro si me llamo así, si es un nombre inventado o el de alguna otra cosa. A lo sumo, si alguna vez hago algo más acústico sobre lo que le pasa a alguien en la vida, capaz le ponga un nombre inventado a ese solista.
¿Por qué casi todas las canciones de Louta parecen tratar de subvertir distintos géneros musicales?
Lo que me gusta de los géneros es levantarlos, que se note bien que es ese género, y a partir de ahí irme para otro lado. Por ejemplo, es muy fuerte lo que puede pasar cuando uno pone el rallador de la cumbia. En un segundo ya te pasan mil cosas por la cabeza, es una locura todo lo que implica. Hay una cadencia, una picardía y toda una cultura muy relacionada con ese sonido. Y lo mismo pasa con ese bombo de la música electrónica que te lleva directo al boliche, a la noche. Y ya está todo eso tan definido con un solo sonido que después podés jugar para ampliar las emociones. Me interesa abrir nuevas puertas, que la gente sienta algo y le pasen cosas nuevas en mis shows. Me encantaría hacer algo indiscutible, como Lennon. Cuando hacés canciones tenés la misma sensación que tiene el que hace autos, que quiere hacer el que vaya más rápido de todos. El arte no es objetivo, pero me imagino que cuando escucharon por primera vez en el estudio “One More Time” de Daft Punk ya se deben haber dado cuenta que lo que habían hecho era increíble. Había una anécdota sobre la mamá de Kurt Cobain, que la primera vez que escuchó Nevermind le había avisado al hijo que se le venía una tremenda. Más allá que después hay un factor sorpresa, está buenísimo cuando ya desde el vamos en el estudio tenés la sensación de que hiciste algo así.
“Siempre tuve la sensación de que Louta iba a ser algo potente, pero la respuesta enérgica que encontré hace que realmente desee que pasen muchas más cosas.”
¿Empezaste a trabajar en el sucesor de Louta?
Este año saco un disco sí o sí. Quiero que salga antes de mitad de año. Tengo muchas canciones, pero necesito trabajarlas más. En el primer disco me quedaron cuarenta temas afuera y para este segundo también ya tengo otros cuarenta. Tienen encima un poco de la energía que se ve en vivo. Fui del estudio al escenario, pero ahora estoy llevando el escenario también al estudio. Igual quiero que haya un cambio conceptual grande. Obvio que cada vez quiero hacer temas mejores. Estoy tranquilo y muy confiado con todo lo que está pasando. Empecé a creer en todo esto y, al confiar en que hay algo, ya no te tan volvés loco con eso. Mirá los Wachiturros: estaba ese tema que ya de entrada se sabía que era un tiro y de repente iba a explotar sí o sí. Pero si tu crecimiento es orgánico, por más que vayan pasando cosas, todo es más natural. En un día podés avanzar lo mismo que en un año en tu crecimiento como persona. Hay algo que el tiempo te da naturalmente, por las experiencias vividas, pero si uno está decidido a desarrollarse, con lo que puede pasarte en un año te podés volver irreconocible. Es cierto que todo lo que me pasó este año con Louta fue demasiado rápido, pero todo eso también puede pasarte en diez días. O en dos. Capaz mañana un pibe saca un tema en YouTube que es una bomba y explota al instante. Qué sé yo, mañana puede cambiar la historia de la humanidad… Pero bueno, nosotros estamos muy metidos una noción muy lineal del tiempo.
Louta
En vivo el jueves 11 a las 19 inaugurando el Parador Konex junto a Morbo y Mambo en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131, CABA)