“Mi laburo es íntegramente cagarme de risa”

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles
Published in
8 min readJun 19, 2017

Ya sea en Últimos cartuchos, ESPN Redes, TVR o su cuenta de Twitter, Migue Granados sigue cagándose de risa en cada cosa que hace, y no para de laburar. Hablamos de todo con una de las caras más destacadas de la nueva comedia nacional.

Por Hernán Panessi / Foto Luis Sens

Migue Granados

Migue Granados es un vago. No le esquiva al bulto y lo reconoce: “Yo soy un vago, amigo. ¡Tú sabes!”. Sin embargo, pertenece a una extraña casta: es de los vagos que hacen. Televisión, radio, publicidades, PNT en redes sociales, asados con amigos, chistes en Instagram… Cualquier cosa, pero hace, hace y hace. Y está en un momento luminoso: como un pulpo, agarra todo. “No puede parar de laburar”, reconoce el humorista Martín Garabal, su compañero en Últimos cartuchos, programa que conduce en Blue FM. Migue Granados es un “vago” en el sentido más chillón de la palabra: es de esas personas que hacen reír, un tipo que vive para la risa. Esa es su bendición.

Hijo de Pablo Granados, una de las leyendas de la golden age de Videomatch, Migue heredó de su padre cierta irreverencia, algo de desparpajo y esa cosa mitad slapstick, mitad criolla: hacen reír con lo que encuentra a mano, con nada. Tiene treinta años y una vida pegada a los medios de comunicación. De hecho, fue en los últimos años que levantó el perfil con Peligro: Sin codificar, Resacados y ESPN Redes, donde sumó tribuna en redes sociales y ganó en popularidad. Con la tevé, el joven Granados se volvió famoso. Nunca hizo ficción y, parece, nunca la hará. En todos lados, trabaja de sí mismo: siempre es él mismo.

Antes de su experiencia al frente de la tarde de Blue FM, venía de romperla en Black and Toc, el programa de Elizabeth Vernaci. “Gooordo”, lo llamaba la Negra, y él reía. Ahí interpretaba a Martincito, un niño gorila que despotricaba contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Por estos días, Migue participa de la vuelta de Polémica en el bar y conduce TVR, junto con Horacio Embón. “No tengo conocimientos de política, no sé nada”, le dijo alguna vez al diario La Nación. Además, acaba de confirmarse el regreso de Peligro: Sin codificar. No obstante, su verdadero anhelo no tiene que ver ni con la comedia, ni con la televisión, ni con ningún retorno. Migue Granados sueña todos los días con ser un músico exitoso pero tiene un miedo: parar. Y que todo esto que está rodando… se detenga. Y ya no volver a ser un vago que hace reír.

ENTREVISTA> ¿Cuál es tu primer recuerdo de un estudio de televisión?
El de Videomatch, un estudio chiquito en la calle Pavón, cuando iba a la medianoche. Muchos años después ese fue el estudio de Sin codificar en Telefé. Yo laburé ahí, fue un flash total. Para mi viejo, que yo laburara ahí también lo fue: teníamos la misma edad, en el mismo estudio.

¿Qué cosas artísticas tenés o reconocés de tu viejo?
El amor por la música y toda la buena música que él me pasó: Charly García, Fito Páez y Spinetta. La diferencia con él es que a mi viejo le gusta trabajar, es un enfermo del laburo al nivel obsesivo de la prolijidad. Todo al revés mío. Él es un artesano, digamos.

“A todos los trabajos uno le busca la parte divertida, así como el recolector de basura va colgado del camión charlando con su compañero y cagándose de risa. Si no, se moriría. Pero mi laburo es íntegramente cagarme de risa. Es una bendición, no lo puedo creer. A mí me pagan por eso.”

¿Cómo estás llevando la conducción televisiva en TVR?
Es un programa que me divierte mucho y me gusta desde el principio. Siempre me acompañó a la hora de la cena, cuando no tenía un asado o una reunión. Por eso, cuando me llamaron, flasheé. Me dijeron que había cambiado un poco y no era tan político, como fue la última temporada, la de Pablo Rago y Gabriel Schultz. Los amo a los chabones pero fue el programa que casualmente generó más fanatismo político. La gente esperaba un poco eso y se dio cuenta que ahora es más TVR: critica la realidad sea quien sea el presidente, como siempre fue el programa.

¿Qué tal va la experiencia en radio?
La verdad es que me sorprendió, porque yo venía de laburar con la Negra Vernaci, Humberto Tortonese y Diego Della Sala, que son tres cracks. Estaba jugando en primera, y ahí te das cuenta cuánta potencia tiene el respaldo de quién esté al lado. Me refiero a que ellos se reían de algo que yo decía y eso ya era increíble: me estaban respaldando con sus risas. La verdad es que fueron dos años divinos; adoro a todos los de ese programa, aprendí un montón y me cagué de risa. Ahora, este año, tengo mi programa en Blue FM con Martín Garabal. No podemos creer cómo explotó. Es un programa único, con toda la humildad del mundo: somos dos enfermos alimentando nuestra enfermedad durante tres horas.

¿Qué humorista o qué cosas te hacen reír?
Me hace reír todo, aunque no sea humorístico. Por ejemplo, todas las noches miro Showmatch comiendo y me río. Me hace reír desde José María Listorti hasta Mr. Bean. Lo miro a Beto Casella, que no hace un programa de humor, y los informes me hacen reír con ruido. Me causa mucha gracia lo bizarro, el delirio, Capusotto me vuelve loco. También tuve el placer de trabajar con Yayo y con Pichu, que son dos tipos mágicos, que ya con su cara te hacen reír. O como Francella, que solo hace “uh” y te morís. Es una bendición lo que provocan estos tipos.

¿Harías algo en televisión o radio que no fuera humorístico?
Sí, pero debería prepararme. Tampoco es que me siento preparado para hacer humor: en todos los lugares hago de mí. En Polémica en el bar hago de mí, un gordo políticamente incorrecto y rompebolas. En TVR también. Me llamaron este año de dos lugares muy grosos y fue como un piropo sarpado: de Pol-Ka y de Underground, para que esté en una comedia. No sé si podría hacerlo. Este año preferí hacer radio porque ahí encontré mi lugar en el mundo.

“Ahora es más TVR: critica la realidad sea quien sea el presidente, como siempre fue el programa.”

¿Tenés tiempo para escuchar música más allá de lo que suena en tu programa? ¿Qué escuchás?
Mirá, yo soy un conservador total de la música. ¿A qué me refiero? No escucho cosas nuevas. Ya me alcanza con lo que tengo. Me alcanza con Serú Girán, con Charly, con Fito, con Calamaro, con Spinetta, con Pappo. Me alcanza y no me animo a escuchar cosas nuevas. Ya está, me alcanzó.

¿Cambiarías lo que tenés por ser un músico reconocido?
Sí, absolutamente. Te lo repito: sí, sí, sí. No sé si ahora me animaría a hacerlo porque estoy acá rodando y por lo gordo. No me animo a hacerlo porque hay que parar. Hay que parar y hacerlo. Cuando Benja Amadeo preparó su disco estuvo un año sin laburar en tele, por ejemplo. Me encantaría, pero hay que ver si me toman en serio. Antes te hostigaban más si venías del palo del humor. Mi viejo es un compositor de la puta madre, pero no sé cuánta credibilidad se genera en la gente si venís del palo del humor disfrazado y después cantás un tema de amor. Me da un miedito… Pero me encanta cantar y siempre estoy subiendo videos cantando. Tengo mi nicho musical ahí.

¿Mirás cine? ¿Dibujos animados?
Hace nueve meses fui papá y la verdad es que desde entonces lo único que estoy mirando son cosas infantiles: Peppa Pig, La casa de Mickey Mouse. Hay un dibujo que, además de distraer a mi niña para que podamos comer, es increíble, es ruso y no se puede creer. Se llama Masha y el Oso y está espectacular. Miro de todo, pero lo único que me volvió loco fue Breaking Bad, y a partir de ahí nunca más nada. No tengo mucho tiempo, prefiero estar al pedo sin hacer nada o boludeando con el teléfono, no quiero estar prestando atención. Me gusta el cine, obvio, me gusta mucho la animación.

¿Qué es lo más piola de tu trabajo?
A ver… A todos los trabajos uno le busca la parte divertida, así como el recolector de basura va colgado del camión charlando con su compañero y cagándose de risa. Si no, se moriría. El tipo que labura en un call center también dialoga con el de al lado, le muestra un video que le mandaron por WhatsApp… Como el que labura en el banco. Pero mi laburo es íntegramente cagarme de risa. O sea, ponele que hay un tipo que labura en la oficina con el Excel y está mirando Facebook y lo tiene que cerrar porque se acerca el jefe. En mi caso es al revés, digamos: si yo estoy con el Excel es que no estoy laburando, ¿me explico? Mi laburo es una bendición, no lo puedo creer, porque mi trabajo es cagarme de risa. A mí me pagan por eso. Y en la radio, ni hablar.

¿Por qué creés que tenés tanta tribuna en las redes sociales?
Antes de laburar en tele, yo ya era tuitero. Me refiero a que tuiteaba boludeces. Estaba desesperado porque me retuitearan. Obviamente, la platea masiva me la dio Sin codificar, en América, en Telefé. En realidad, me contrataron por tener seguidores. Hoy en día es así, se fijan mucho en los seguidores que tenés porque es tu canal, tu público “fiel”. Aunque una vez dije: “Tengo 900 mil seguidores, voy a tocar en La Trastienda”, y me vinieron a ver catorce. Hay que ver dónde está esa “fidelidad”.

¿Te figurás una idea de “carrera”?
Soy un gran sostenedor de que la felicidad no está en el trabajo. Sí la diversión, probablemente. No me preocupan el nombre y los premios, me preocupa tener laburo el año que viene. Porque a mí me interesa la guita, me encanta la guita, pero para alquilar una casa e invitar amigos a comer asado, para ir al súper cuando vienen a cenar y no tener que dividir después, porque es mi casa e invito yo. Me gusta para irme de viaje, para comprarle un regalo a mi vieja. Entonces, pensando en la carrera, digo: “Yo me voy a morir igual que Steve Jobs y me voy a morir igual que el cartonero que pasa por mi casa”, así que la carrera me chupa un huevo. A veces me llaman de un laburo y me dicen: “Migue, te vamos a pagar quince pesos, pero pensá en tu carrera, en el prestigio”, y ese hijo de puta no se compró la casa con prestigio.

TVR
Todos los sábados a las 22 por C5N
c5n.com

Últimos cartuchos
De lunes a viernes de 13 a 16 por Blue FM (100.7)
ultimoscartuchos.bluefm.com.ar

ESPN Redes
De lunes a viernes a las 17 por ESPN 2
espn.com/redes

--

--

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles

El medio para los que hacen — Música, cine, libros, artes y más.