Mis Documentos > Sergio Pángaro
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¿Cuál fue el primer disco que te voló la cabeza?
Cuando salió The Wall fue novedoso el modo en que surgían las canciones de en medio de texturas sonoras y volvían a sumergirse en la misma masa abstracta. Si bien ya existían discos conceptuales, este parecía desarmarse en frases y motivos reconocibles que se rearmaban en otra canción. Esto me acercó a una manera de entender obras más elásticas como pueden ser composiciones programáticas, que presentan fugazmente una idea melódica para representar un símbolo argumental, como por ejemplo usa Wagner con sus leitmotiv, o elementos reconocibles en el desarrollo de la opera en general. Lo que parecía sacrificar una buena canción, jugaba a favor de una narración global que resignificaba las composiciones particulares del álbum.
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¿El que más escuchaste en los últimos meses?
Peri Azar encontró un baúl con partituras pertenecientes a la orquesta de Héctor Lomuto y su gran orquesta de jazz. Lo que puede parecer rimbombante en este título, se confirma al escuchar esta “gran” orquesta, que por suerte alguien digitalizó y circula de forma más o menos secreta. El nivel de los ejecutantes entre los que se encuentran los mejores músicos de los años 50–60, muchos de los cuales tocaban también en las orquestas de Samy Davis Jr., Ella Fitzgerald, o Duke Ellington cuando llegaban al país, se dimensiona con los arreglos de Martín Darre. El compilado de esta orquesta es sorprendente. Todo tipo de ritmos, al uso de la época, se enriquece con el agregado de composiciones argentinas como “Taquito militar” algo que uno no espera en este tipo de orquestas de jazz. Pronto nuestra amiga Peri presentará la película que documenta este hallazgo.
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El mejor recital que viste en tu vida.
Creo que Tony Bennett en el Gran Rex. Desde conseguir tercera fila por 20 pesos, a que realmente Tony viniera a la Argentina, todo fue milagroso. No hacía mucho que había descubierto a quien –según Sinatra– era la verdadera “Voz”, y aunque todavía no me había enterado de la opinión de Frank, yo ya lo sospechaba. Me creía un afortunado por haber descubierto a este cantante que todavía no había ido a MTV. Sus versiones de “I left My Heart in San Francisco” o “The Shadow of Your Smile” todavía me hacen llorar, así que es difícil describir lo que me pasó cuando después de cinco o seis canciones, sorpresivamente se abrió el telón de fondo y apareció toda una orquesta con arpa incluida. La generosidad de esta puesta en escena, que no esperaba, y la elegancia en el uso de los arreglos (solo un acorde final a cargo de los violines, por ejemplo), me tenían paralizado en la butaca. Cuando Tony dejó el micrófono y cantó “Fly Me to the Moon” para la acústica de la sala, fue la apoteosis.
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¿Qué canción no te vas a cansar de escuchar nunca?
Es difícil asegurarlo, pero hasta ahora “I Say a Little Prayer” por Aretha Franklin, parece inmune a los estragos del acostumbramiento, y eso que la escucho desde la infancia. A lo mejor, que se trate de una de las mejores cantantes que dio la humanidad ayude en algo. También que esas canciones tengan algo de inspiración religiosa probablemente las haga sagradas. Pero que otras hermosas canciones me hayan aburrido, confirma que esta es especial.
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¿A cuál de tus canciones querés más?
Creo que “Autoayuda”, si paso por alto que puede resultar un poco épica, describe bien lo que me gusta en una composición. Tiene una buena relación entre el texto, el ritmo, la armonía y la melodía. La canción surgió de una progresión de cuatro acordes que se fue desarrollando según las necesidades de la letra, pero después esta tomó un rumbo determinado por la música. La aceleración y su final relajado, en un primer momento parecían divertidos, pero después quedaron justificados por la verborragia paranoica que ataca al narrador.
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¿Qué banda descubriste hace poco y te encantó?
Las Taradas son excelentes y estimulantes. Tocan increíble y el repertorio es original. Con ellas canté “El perro salchicha”, de María Elena Walsh, y la pasé bárbaro.
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El último libro que devoraste.
Estoy en eso, pero la acción de devorar se ajusta bien a lo que provoca este libro de Thomas Bernhard, El sobrino de Wittgenstein. Más allá de que se trata de uno de los últimos revolucionarios de la lengua alemana, en este breve y ágil libro este autor trata sobre un personaje que vivió en los 50–60 y fue muy influyente en el mundo de la ópera del Estado de Viena. Tanto influyó, que con una extraña huelga de asistencia a las funciones de este teatro, logró que admitieran a una cantante en su elenco estable. Esta cantante mucho tiempo después fue mi maestra. Y el libro de Bernhard también la menciona veladamente, junto a su fascinante protagonista, Paul Wittgenstein.
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El mejor personaje y/o momento de una serie.
Johnny “Drama” Chase, el hermano del protagonista de Entourage, me parece maravilloso, y cada vez que aparecía lo miraba sólo a él. Creo que el esfuerzo que le pone a sobrevivir con la sombra de la fama que tuvo, y la gracia con la que supera muchas veces el ridículo, son una lección de actuación pero también de cómo comportarse. La serie a pesar de ser un clásico, ahora resulta un poco adolescente, pero Drama es magistral.
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La película que más veces viste.
En los 80 alquilé tantas veces Blue Velvet (David Lynch) que gasté la cinta. Creo que todavía me la sé de memoria y puedo ir anticipando cada escena. Mis favoritas: el play back de Candy Clown a cargo de Ben, el llanto de Laura Dern arrollando el labio inferior, los petirrojos al final o el estrangulamiento con la manguera del principio. Qué peliculón.
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¿A qué personaje de ficción le harías una canción?
Me gustaría poder acercarme al menos a evocar la figura y la evolución estática (no estética) de Bardamu, en El fin de la noche de Louis-Ferdinand Céline. Es un personaje inspirador aunque un pésimo ejemplo. Es gracioso en las peores circunstancias, despiadado con todo y antes que nada, consigo mismo. Lo hizo todo, incluso sobrevivir.
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Sergio Pángaro / El Cisne Negro
En vivo el sábado 14 de Mayo a las 23.50 en Bebop Club (Moreno 364, CABA)
Foto Catalina Bartolomé
