Moda: la vuelta de las remeras rocker
El regreso de las remeras rocker: desde las marcas top a los famosos en las revistas, nadie quiere quedarse sin el toque rock que da la remera de tu banda favorita. / Por Marcela Mazzei
-
Están en todas partes. En el catálogo de A.Y Not Dead, en la vidriera de famosos de las revistas, a montones: Julieta Ortega con su remera de AC/DC, la actriz Bárbara Lombardo con la suya de Guns ‘n Roses, la misma que usó el diseñador Benito Fernández en un evento top. Varias chicas van a la MSTRPLN –la fiesta– con la suya de Nirvana (que es de Fujimoda); otras preguntan en el muro de Facebook de 47 Street en qué local quedan las de The Ramones. Estampadas con la imagen de bandas consagradas, las remeras de rock salieron otra vez del fondo del placard y los blogs fashion les dedican sus post, donde algunos comentan: “¡No saben la letra de una sola canción y usan la remera!”.
Para Ellie Motolo, blogger de It Style Blog, hay algo de vicio retro, pero es una apropiación legítima. “Tiene que ver con la trayectoria de las bandas y –aún sin saber mucho de ellas– se las aprecia como íconos de un momento particular de nuestra historia. Son representantes de un lenguaje particular, de una estética”, dice la blogger, que posa en las fotos con un modelo de Complot de esta tendencia. “A lo largo de la historia, la remera ofició como bastidor para proclamas de moda y política”, explica Victoria Lescano, autora de Prêt à rocker. Moda y rock en la Argentina. Su anécdota favorita: 1985, Katherine Hamnett fue a una cumbre con la Thatcher con una remera antibélica que decía “El 58% no quiere los Pershing”. En la escena local, la punta del ovillo se desprende y va en paralelo a la industria del merchandising y la puerta de los recitales. En el capítulo que le dedicó a las remeras rocker, Lescano deja hablar a Lee-Chi, pionero que comenzó en 1992 en la galería Bond Street: “Es el recordatorio de que son fans a muerte y que se conocen todo el disco, mientras que las marcas de moda venden a chicas que compran remeras de Los Ramones o de Sumo, puesto que venden un disfraz del rock”. Marcelo Ortega, diseñador de Unmo/Clothink y otro de los pioneros de la Bond Street arriesga: “Que la estampa best-seller sea la de Ramones –mucho más conocida que sus discos– se debe a un valor estético del diseño gráfico… Aunque también muchos en su snobismo creen que la lengua de los Rolling Stones (de Rapsodia) es de Andy Warhol”. La necesidad de poner de moda otra vez una prenda barata y masiva también impulsa a las marcas, que no dudan en hacer de esos nombres, dibujos o diseños disparadores del proceso creativo de una colección, siguiendo la pista de Little Stone y Ona Saez (de las pocas que compra licencias) que se aventuraron primero en esto de proclamar con la remera lo rocker –y fashion– que somos.
