Monger, un viaje por el turismo sexual de Buenos Aires

El realizador Jeff Zorrilla, norteamericano radicado en Argentina, plasma en Monger un retrato del turismo sexual en Buenos Aires, a partir del seguimiento de tres personajes, que revelan distintas experiencias del furtivo mundo del mongering.

Los Inrockuptibles
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4 min readAug 22, 2017

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Por Javier Diz

¿En qué momento aparece la posibilidad de hacer un documental sobre el turismo sexual en Buenos Aires?
En 2013 di por casualidad con los foros online donde los mongers se comunican y comparten experiencias y consejos. Me interesó el tema, y sin saber todavía muy bien cuál iba a ser el foco empecé a investigarlo y ahí contacté a los personajes. Al conocerlos me di cuenta de que la mejor manera de contar ese mundo era a través de las vidas cotidianas de ellos.

¿Cómo diste con esos tres personajes?
Publiqué un posteo en uno de los foros en el cual, con total sinceridad, les decía que quería filmar un documental, y los invitaba a contarme sus historias. Muchos rechazaron la idea, me decían cosas como “salí de acá, Michel Moore”, pero algunos, en particular Ramiro y Alan, me escribieron por privado diciendo que estaban interesados. A Joe lo encontré más tarde, a través de grupos de Facebook de mongering y su canal de YouTube.

Hay en ellos una despreocupación total por exponer sus ideas sobre el sexo y la mujer de manera bastante desagradable…
El hecho de que yo sea varón y norteamericano habilitó que ellos me hablaran con completa confianza, y dijeran cosas que no hubieran dicho frente a una mujer argentina por ejemplo. También me aseguré de que el equipo de rodaje fuera compuesto solo por hombres para lograr eso. Pero además, hay que entender que la base ideológica de este movimiento o submundo es la intención de sacar a la luz su actividad, normalmente tabú y considerada reprobable, y convertirla en algo de lo que puedan estar orgullosos. No fue muy difícil apelar a eso para lograr esa crudeza y honestidad brutal en sus relatos.

Se trata de un tema no demasiado visitado por el cine, aunque esté muy a mano. ¿Tuviste algún reparo o imposibilidad cuando decidiste abordarlo?
Creo que uno de los valores de esta película es que no estamos develando algo oculto, no es una película de investigación y denuncia, simplemente dirigimos la mirada hacia algo que está ahí y que incluso vemos sin ver continuamente. La comunidad monger me aceptó y varias veces me invitaron a lugares o eventos donde no me permitieron filmar, pero eso me ayudó a conocer más su mundo, qué hacen y qué piensan.

"La base ideológica de este movimiento o submundo es la intención de sacar a la luz su actividad, normalmente tabú y considerada reprobable, y convertirla en algo de lo que puedan estar orgullosos. No fue muy difícil apelar a eso para lograr esa crudeza y honestidad brutal en sus relatos."

En varios momentos, además de una mirada ultra machista, los personajes también ensayan una muy negativa de la Argentina en otros aspectos. Es curioso el lugar de exposición en el que ellos mismos se ponen…
Como norteamericano siempre me fascina la ignorancia elegida de mis compatriotas sobre el resto del mundo, incluso de los lugares que visitan; ese desinterés por tratar de entender o empatizar aunque sea un poquito con un lugar, su gente, sus costumbres o dinámicas. Cuando Alan dice que “Argentina es una mierda” hay que entender que viene de una persona a la que nunca le importó integrarse en la cultura donde vivió durante siete años. Para mí tiene que ver con la dinámica de explotación primer mundo-tercer mundo, donde al primero no le interesa (e incluso no le conviene) saber nada del otro más que cuál es la ventaja económica que puede obtener.

¿Cómo planificaste la utilización de las imágenes súper 8?
Siempre trabajo en formato analógico y muchas veces en un registro experimental, así que para mí era bastante natural incluir esos fragmentos. La idea detrás fue aprovechar las asociaciones que genera el súper 8 con las películas de viajes y su fetichización del lugar exótico, para generar cierto distanciamiento o extrañamiento en el espectador. Por otro lado, usamos los momentos en súper 8 casi como separadores donde aparece el cuarto personaje, que es la voz en off de mongers anónimos que justifican sus acciones o explican su punto de vista particular sobre el mundo, que contrasta con la vida cotidiana de los personajes que vemos en las escenas de observación y entrevistas en digital.

Jeff Zorrilla

¿Qué sensación te quedó al haberte participado de ese micromundo? ¿Surgieron cosas que preferiste no incluir o que te pidieron que no lo hicieras?
Entré a ese mundo con bastante miedo, y de hecho el primer día de rodaje fue un poco terrorífico. Después, a medida que fui conociendo un poco mejor a lospersonajes se fue tornando un poco más fácil. Pero lo único que decidí no incluir –y fue una decisión de montaje muy consciente– fue entrevistas con las mujeres –que habíamos hecho bastantes. Decidimos que el punto de vista de la película fuera exclusivamente el de los hombres, porque nos interesaba indagar en las motivaciones y la ideología de los consumidores de prostitución. Queríamos generar una situación incómoda en la que el espectador tiene que empatizar con esos personajes, para luego romper esa complacencia y forzarlo a decidir por sí mismo cómo se relaciona con lo que sucede en la pantalla.

Monger
De Jeff Zorrilla

> facebook.com/mongerdoc

Funciones todos los días 13.30 y 20.50 en BAMA Cine (Av. Pte. Roque Sáenz Peña 1145, CABA)

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