Nele Wohlatz viaja por la identidad y el lenguaje en "El futuro perfecto"

La primera película de Nele Wohlatz es un prodigioso ejercicio en el que la noción del cine como puerta abierta hacia lo lúdico se vuelve la manera más inteligente y audaz de pensar la creación cinematográfica. Estreno.

Los Inrockuptibles
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3 min readSep 1, 2017

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Por Diego Lerer

Hay algo central a la idea de El futuro perfecto que tiene que ver con entender el cine como una forma un tanto más “profesional” de lo que habitualmente llamamos “juego de roles”. ¿Qué es la ficción cinematográfica sino la reunión de un grupo de personas que juegan a ser otros, parecidos o no a ellos mismos?

La película surgió de ensayos y experiencias que la directora –quien daba clases de alemán en un instituto– tuvo con algunos alumnos que estudiaban español en ese mismo lugar, la mayoría de ellos chinos. De todas esas historias de vida que se cruzaron por el camino de Wohlatz –también una inmigrante alemana en la Argentina, algo que la ponía en pie de igualdad con sus personajes–, el eje principal pasa por la de Zhang Xiaobin, una joven china que ha llegado hace poco tiempo a Buenos Aires y que, al tener muy poco manejo del castellano, se ve muy limitada tanto a la hora de conseguir trabajo como de conectarse con gente por fuera de su familia y su comunidad.

Con Xiaobin como cocreadora de la ficción que cuenta este documental (o del documental que cuenta esta ficción), Wohlatz crea una suerte de híbrido que funciona, a la vez, como una historia de vida, una lúdica trama amorosa y, como su título lo deja entrever, una suerte de ensayo semiótico acerca de las posibilidades que se abren a partir del manejo del lenguaje. Xiaobin va a clases de castellano, y el aprendizaje del idioma le abre el panorama en más de un sentido. Por un lado, de un modo práctico, ya que logra manejarse lo suficientemente bien como para tomar trabajos fuera de su comunidad y abrirse al mundo exterior. Esa apertura también le trae la posibilidad de un romance con un chico de la India, que no es fácil de concretar por motivos familiares de ambas partes. Por otro, ese manejo idiomático le permite al film incorporar nuevos elementos en el devenir narrativo, como si la capacidad de los protagonistas (y de la directora) de entender más el idioma le permitiera a la película complejizar más su estructura hacia el “potencial”, algo que hace desde su propia narrativa de una manera muy lograda. Manejar idiomas estructurados de una manera tan distinta, como el castellano y el chino (tanto el mandarín como el cantonés), le permite a Xiaobin pensar y pensarse de otras maneras. A mejor manejo del lenguaje –pareciera decir la película–, más son las opciones y las puertas que se abren. Y eso, que le sirve en su vida personal, también funciona como una reflexión sobre el acto de hacer cine.

Todo esto, que podría generar un film complejo, denso y teórico, es lo opuesto en la práctica. La película es liviana, lúdica, amable, casi como una rejtmaniana comedia, cuyos diálogos, ritmos y curiosos silencios están marcados por las limitaciones de los protagonistas, tanto con el idioma como con la “actuación” en un sentido tradicional. Pero lejos está la directora de burlarse de sus protagonistas. Al contrario: comparte su viaje, su evolución y sus problemas como si gracias a ellos revisitara su propia experiencia, la de una mujer joven que llegó a la Argentina sin conocer casi a nadie y con mínimo manejo del lenguaje. Viendo El futuro perfecto uno tiene la impresión de que aprender un lenguaje que no es el propio es también una forma de jugar a ser otra persona, de reinventarse en otro lugar, con otras palabras. Y divertirse en el viaje.

El futuro perfecto
De Nele Wohlatz
Con Xiaobin Zhang, Saroj Kumar Malik y Mian Jiang

> facebook.com/elfuturoperfecto

Todos los días a las 21.30 en la Sala Lugones (Av. Corrientes 1529, CABA). A partir del 10 de septiembre en Malba.

> complejoteatral.gob.ar

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